En mis ratos de total lucidez, pienso y hablo para mí mismo, que me faltó por darle mucha comprensión a mi mami, ahora comprendo y entiendo a ese cantante famoso que compuso amor eterno, porque tanto a él como a mí nos faltó tiempo para amar a nuestra madre, sabemos que pudimos haber hecho mucho más por ella, pero que por nuestros tontos compromisos, siempre lo dejamos para la próxima ocasión, por eso, es esta oscura soledad que estoy viviendo, soledad que muchos catalogan como una locura, pero quizás preguntaría, ¿Quién me ha preguntado por que soy así? NADIE, ¿Quién me ha prestado su atención cuando les he pedido algo? NADIE, para ellos soy el loco y nada más. Y a ti te preguntaría, ¿si me vieras en la calle, te detendrías y me preguntarías que me pasa?
El juego que nos presenta la vida, nos lo presenta equilibrado, sin ventajas ni desventajas, sin vencedor ni vencido en el tablero nos pone oportunidades, pero también dificultades, nos pone amor y a la vez odio, talento e ignorancia, respeto y altanería, honradez y deslealtad, riqueza y pobreza, blanco y negro, belleza y fealdad, todos esos ingredientes nos lo deja la vida, nos toca a nosotros saber elegir, poder llevar a cabo nuestra sapiencia o nuestra ignorancia, la educación se amamanta, no se adquiere, los principios son nutridos en nuestro hogar y el respeto nos lo infunden nuestros padres, el vivir bajo todas esas premisas nos vuelven locos, pero también nos heredan cordura, no es más loco aquel que no disfruta los dones de Dios, sino aquel que teniéndolos a manos llenas los desprecia.
¿Quién podrá ser más despreciable, aquel que teniendo riquezas y se preocupa por tener más o aquel que viviendo en su pobreza anhela superarse pero dentro de la honradez? Mi locura es aprender a vivir con lo necesario sin envidiarle nada a nadie; cierto día me encontré una cartera repleta de billetes, pero también de imágenes religiosas y fotografías familiares, al ver la felicidad en esas fotos, la locura me invadió y busque al dueño de la cartera y la devolví, quizás más demencia cometió el dueño, que en lugar de darme las gracias, me preguntó que a que horas se la saqué de su pantalón. Y me pregunto ¿obrar con rectitud es una locura?
Cuando me toca descanso en mi trabajo, por lo regular voy a la oficina, pero cuando trabajo como quisiera estar descansando, no me entiendo, no me comprendo, a veces ni yo mismo sé quién soy, unos dicen que un soberano inocente y otros que un ser gruñón, me hablo frente al espejo, me sincero conmigo mismo, me reprocho mis defectos, incluso me increpo por el rostro que tengo, un rostro adusto, rezongón, me tranquilizo cuando pienso que esa faz es la misma de mi padre, pero aquí es donde raya por completo mi locura, ¿Cómo puedo estar orgulloso de tener el rostro de mi padre, si fue un señor que jamás se preocupo por mi? Y me lleno de satisfacción y también de mucho orgullo, porque la cara es de mi Jefe, pero los sentimientos, esos son de mi Jechu, mi cabecita de algodón, porque de ella herede esta hermosa locura, de querer sin ser querido, de amar cuando me lastiman, de perdonar cuando me ofenden, de ayudar cuando me insultan, de reír cuando tengo un gran dolor, de besar cuando me muerden, de dar miel cuando me ofrecen vinagre, de hablar de frente cuando hablan a mis espaldas, esa paranoia, queridos amigos, esa gran locura la heredé de mi Madrecita. (CONTINUARA......................)