miércoles, 30 de enero de 2013

CERRANDO CIRCULOS.

En la vida, tenemos que cerrar ciclos, adaptarnos al tiempo en que realidad vivimos, sin tener que estar viviendo en épocas equivocadas, ni edades llenas de fantasías, todos como humano que somos, debemos de adaptar nuestra mente a nuestro cuerpo, por igual educar a nuestro sentido de visión a colocarnos en el sitio que debemos de encontrarnos.

Un hombre mayor debe inspirar respeto y no sarcasmo, una adolescente debe recordarnos nuestra juventud, un niño nos debe de dar ternura y un anciano un gran respeto.

No seamos viejos rabos verdes, que andemos detrás de una niña que todavía huele a pañales, ubiquemos nuestra realidad, respetemos nuestros años que son nuestra mejor carta de presentación de la vida que hemos llevado.

Tampoco nos portemos como niños cuando debemos de asumir nuestra responsabilidad, en nuestro hogar, en el trabajo o en cualquier actividad que tengamos, dejando que otros asuman ese compromiso por nosotros.

El polluelo no vuelve al huevo, ni tampoco la tortuga, si el hombre no regresa al vientre de su madre, tu tampoco puedes volver a las acciones de cuando eras joven, el mirar a una menor con lujuria, es estarte faltando a ti mismo.

Se maduro al pensar, razona tus acciones porque en ella se reflejara el respeto que te deban de tener los demás, dice un dicho que la escuela te educa y después te hace la prueba, en cambio la vida te manda una prueba y eso es lo que te educa, no tropieces con experimentos.

Las jovencitas ven en ti el conocimiento y sabiduría, por lo mismo te ven como a una persona en la que pueden beber de esa experiencia para no tropezar con la piedra que te hizo caer, pero en tu imaginación piensas que le gustas, sin darte cuenta que te toman como una figura paternal, buscan tu cariño no el amor, quieren tu sapiencia no tu sexo, están sedientas en ocasiones de la comprensión de un padre y por eso te hacen algunos cariños, pero no confundas todo esto porque puedes darte de topes en la pared.

Es mejor que tengas miles de jovencitas sedientas de tus conocimientos, a que busques una aventura que te pueda causar problemas familiares; cuando no se tiene conciencia de la edad que vives, acumulas decepciones y fracasos, cuando aceptas tu edad, permites a tu cuerpo habituarse a tus años. No trates de volver a vivir una vida que fue esplendorosa en su momento, disfruta tu madurez o tu vejez, goza a tus hijos o a tus nietos, pero lo más importante, alégrate de vivir tus años más felices, esos de completa tranquilidad y regocijo, de total armonía con tu familia.

Por eso nuevamente te repito, ya es hora de cerrar círculos, no vivas de recuerdos ni de esperanzas, vive tu vida diariamente y prepárate para tu fin, no te aferres demasiado a la vida porque sería como renegar a la misión que quizás ya hayas cumplido.

AL FINAL.

En el ocaso de cada vida que se está esfumando, se debe de pensar en el sincero arrepentimiento que se debe de tener, hacía esas personas a las que les hemos faltado o hemos ofendido, al amor que hemos dañado o al Dios del cual hemos blasfemado. Debemos de mantenernos en cama e irnos en completa paz y tranquilidad, suponiendo que hayamos vivido como nosotros quisimos, sin nada de que arrepentirnos, sin nada que no hayamos logrado, dejar todo arreglado y en orden, no dejar pendientes para que no andemos vagando esperando que nos escuchen, debemos de ir como llegamos con la total y completa felicidad en nosotros y en los que estén junto a nuestro lecho.

No te asustes al ver llegar tu hora de morir, al contrario debes de preocuparte por dejar de vivir, porque no sabes hacía donde vas, sin embargo si conoces el lugar del cual vas a partir, mira a todos los que tienes junto a ti, perdónalos y pídeles perdón, por lo que hiciste o por lo que quizás involuntariamente dejaste de hacer, perjudicando de esta manera a muchas personas, no te vayas en medio de lagrimas, márchate lleno de alegría y de todo el amor que te puedan prodigar en ese momento. No reproches a Dios por tu enfermedad, al contrario agradécele que te alargue tu existencia para poder despedirte de los tuyos.

Si al mirar hacia dentro de tu alma, te das cuenta de que has cometido algunas faltas, no te preocupes, habla con el Redentor para que te perdone y pídele que te aguarde ahí donde está su reinado, que te enseñe el camino para llegar a Él, pero sobre todo que te deje ver la luz de su divino rostro, para que puedas contemplar y disfrutar de la paz eterna en compañía de todos sus elegidos, admítelo en tu corazón, que sea parte de ti, confíale tus temores, para que el pueda llenarte de serenidad y sosegué a tu cuerpo intranquilo, pídele que al final del ultimo latido de tu corazón te deje conservar la felicidad en tu rostro, para que todos admiren la tranquilidad con que te fuiste de esta vida.

Si jugaste con las reglas que impone la vida, si cumpliste tu misión que te asignaron, de nada debes de preocuparte, piensa que la vida, solo fue un paso para tu completa realización, que todo lo que hiciste ha quedado grabado en el corazón de todos los que te conocieron. Tus temores son infundados porque no conoces el lugar adonde vas, si alguien te comentó de algún lugar que se dice que se van las almas que dejan este universo, debes de saber que están equivocados, nadie ha regresado a la vida después de muerto.

Jamás tengas miedo a lo desconocido, con lo que aprendiste de la vida, todo ese mundo que desconoces, se abrirá muy pronto a los ojos de tu inteligencia, porque solo el hombre que tuvo una vida ejemplar, podrá transitar en total calma y sin temor, por los caminos ignotos del sueño eterno. El dormir es entrenar para emprender el viaje sin regreso, allá donde duermen el justo sueño los que se nos adelantaron, las almas que Dios mandó llamar a su presencia, las que gozan del paraíso prometido por el Redentor, un mundo mejor al que estamos viviendo, eso rezan nuestros ancestros, según lo inculcado por los doctos de la religión.

Muestras con tu partida, la serenidad que se debe de tener cuando el libro de la vida, fue escrito con las mejores conductas, cuando el disco que guarda todas las acciones, puede mostrar que por el camino que Dios señaló para andar, fue sorteado a pesar de todas las tentaciones que se cruzaron, incluso después de los tropezones que se llevan con las envidias convertidas en piedra, porque has dejado en la mente de los que te trataron la imagen de alguien que supo vivir con rectitud y honestidad, del padre que convivio con sus hijos como su verdadero amigo, del esposo fiel y atento con su pareja, del abuelo que supo volver a ser padre con sus nietos, a los amigos que siempre lo recordaran por las anécdotas que gustaba contar, a todos los que supiste tratar y respetar, todos ellos sabrán que en ti tuvieron a la persona que supo escucharlos, pero que con tu partida, extrañaran demasiado.

Quizás pensaste que podrías sortear a la muerte, pero ella te mando muchos avisos para que te encontraras preparado, pero desafortunadamente, tu jamás te preocupaste por atender tu persona, viviste tu vida a la manera que pensaste era la correcta, jamás dejaste que otro cambiara el rumbo de tus pensamientos, pero supiste dejar el baúl de tus pecados, totalmente vacio, porque en el momento, que sentiste la presencia de un Ser Divino, comprendiste que tu hora había llegado, pediste perdón y también perdonaste, esto deja una gran lección en todos los que rodearon tu lecho de dolor, porque recordaran que: La magia del perdón es algo muy hermoso, porque el perdonar hace sentir bien a quien lo otorga, quien lo recibe incluso bien puede no enterarse, de ninguna manera denigra , por el contrario engrandece cuando en un acto de verdadero buen corazón y una gran calidad humana nos desprendemos del orgullo, la soberbia, y con toda humildad nos decidimos a perdonar, y así con ese gesto de humildad, ya puedes partir en paz.