domingo, 21 de junio de 2009

¿VERDAD O MENTIRA?


En un país encantado en donde lo increíble se vuelve realidad, lo ficticio se hace creíble, ahí donde las más hermosas flores son cultivadas, lugar en el cual existen todos los dones otorgados por la naturaleza, ahí vivía un padre desolado, sin animo de disfrutar de todas las bondades que existían a su alrededor.

La vida para él transcurría igual que siempre, para él no había cambios en su rutina, todos los días era lo mismo, se sentía solo, deprimido, abandonado, encerrado en sus mismas cavilaciones, asaltándolo los mismos recuerdos, viviendo de sus añoranzas y muriendo en sus tristezas.

¿Cómo hacer para realizar cambios? ¿Cuál debería ser su actitud ante tal situación? cuantas veces se preguntaba siempre lo mismo, y siempre eran las mismas respuestas, no encontraba salida a sus tormentos, solución a sus dudas, calma a sus remordimientos, ¿Por qué a mi Señor, por que? y jamás le llegaba la respuesta. A pesar de estar en un lugar maravilloso, a él jamás le llegaban sus beneficios.

Un día a su vida llegó la persona que siempre estaba esperando, pero imaginaba que venía en un plan de rebeldía, de reproches y de verdad no lo entusiasmo mucho la idea de verla, pero, se equivocó rotundamente, ella llegó en un plan cordial y podría decirse que llena de amor hacía él, con sus palabras lo desarmó completamente, sus argumentos fueron tan convincentes que él estuvo a punto de derramar unas lagrimas, pero su orgullo las supo retener, se quedó impávido, sin palabras, sin reproches, sin ganas de explicar nada, ella lo había dicho todo, fue tan explicita que poco tenía que agregar, sólo reconocer que ante él atesoraba a la joya que un día había extraviado.

Se ilusionó, hizo planes, reactivo su vida, todo tenía que cambiar, el sol nuevamente brillaba para él, existían razones para seguir viviendo, coexistía un motivo para levantar el ánimo, su panorama cambió totalmente, ahora veía hermoso ese lugar en donde por mucho tiempo todo le parecía oscuro y tétrico, hoy era otro, le habían inyectado nuevos ánimos para seguir viviendo, se preguntaba: ¿acaso estoy soñando? si es así, por favor no me despierten, porque es el sueño más hermoso jamás tenido. Si esta felicidad llegaba tarde, no importaba, más vale tarde que nunca.

Pero bien se dice que lo bueno tarda poco y se disfruta igual, y cuando uno cree que la felicidad que tocó a su puerta es para toda la vida, vuelve a uno a la realidad, esa realidad que creía uno se había alejado para siempre. Esa persona que un día llegó de una forma diferente a su vida, volvía a mostrar la careta de la indiferencia, del importa poco, nuevamente las frustraciones, el desencanto, y otra vez la misma interrogante: ¿Por qué a mi Señor, por que? y nuevamente el silencio, no existía el eco a esa interrogante, eran palabras al viento que el viento se encargaba de alejarlas para que no se escuchara ese lamento.

Y, como al principio, en ese lugar encantado y encantador, en donde lo increíble se hacía realidad y lo ficticio se hacía creíble, ahí en ese lugar se encontraba un hombre solo, esperando a que su suerte cambiara, esperando encontrar nuevamente a esa joya que otra vez se le volvió a extraviar.

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