Ahi estaba enseñando la materia que le tocaba impartir, pero también enseñando su anatomia tan bien proporcionada, ese cuerpo voluptuoso que era la envidia en las demás maestras, pero que por igual era el motivo para que algunos dejaran de tomar los apuntes, para tomar un mejor ángulo y ver en toda su proporción a esa gran hembra que era su maestra.
"Geografia es la ciencia que tiene por objeto la descripción y explicación de los fenómenos fisicos y humanos en la superficie de la tierra"
Y nosotros tratando de describir y explicarnos a ese gran fenómeno que teníamos por delante impartiéndonos la materia, que ¿acaso no había quien definiera el raro sentir en nuestro tan tierno cuerpo?, sentiamos un raro hormigueo en todo nuestro ser, que no alcanzábamos a definir de que se trataba, no lo asimilábamos ni con la propia instrucción de la quimica ni de la física, los polos positivos se atraen, los negativos se rechazan, ¿y como diablos saber que polo era la maestra y cual nosotros? Muchas dudas, pocas explicaciones.
Nos decían que el orden de los factores no alteran el producto, pero si la maestra en el orden era la número uno y nosotros como alumnos pasábamos a segundo termino entonces ¿qué pasaba? En donde quedaban todos esos técnicismos, ¿no era cierto que también nos explicaban que todo lo que sube tiende a bajar? y por que la maestra no bajaba a estar con nosotros?, ¿por qué sólo arriba en el templete donde estaba su escritorio?, ¿por qué ese deseo de llevar vestidos y sentarse con las piernas cruzadas?, ¿acaso no se daba cuenta que frente a ella había un sinnúmero de adolescentes?
Que algunos materiales al calor del fuego se funden, pero si nada más con tocarle su mano yo ya me estaba fundiendo; Me he preguntado ¿Cuántas veces me miró sentado en mi pupitre? Sin embargo yo podría decirle que todo el tiempo en su horario de clases me pasaba mirándola, que hacía castillos en el aire, en el cual ella era la Reina y yo su pobre vasallo, dispuesto a obedecerla en todo. Ese era mi amor imposible, era mi amor de estudiante.
Era la esperanza de un nuevo día para acudir a clases, era el largo esperar para que me tocara su materia, era el hacerme el encontradizo cuando la veía llegar a la escuela, era mi justificante para poder estudiar y superarme, me gustaba su presencia, su persona, su hablar, su explicar, en fin toda ella me atraía, lo más triste es que nunca lo supo, nunca se dio cuenta que tenía un admirador, un amor inocente que apenas podía disimular el cariño que sentía por ella.
Hoy que han pasado varios años, rememorando mis años en la escuela, evoco la grata figura de mi maestra y con agrado veo, que la sigo recordando con mucho cariño, a solas me digo de verdad, como es que de joven se sabe apreciar la belleza de la mujer; Si existiese la labor de saber catar la belleza femenina y el amor juvenil, ahí estaría en primera fila, porque no hay amor más inocente y limpio, que un amor de juventud, sin malicia, sin revanchismo, con mucha pasión y demasiada fogosidad, pero también con mucho dolor, por no saber amar a tan temprana edad,. Así me pasó.
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