Poco a poco las aguas van tomando su nivel, el engaño sufrido se va quedando sólo en el recuerdo, el dolor levemente amainando, el odio, rencor o la amargura se van desapareciendo, porque todo tiene su ciclo, porque nada es eterno ni tampoco dura 100 años, porque todo pasa, nada se queda, ya que debemos seguir la vida como ella misma no los marca, porque debemos dar prioridad a lo bueno que a lo malo, porque amor es sinonimo de sufrimiento, y este de resignación, amar no es solamente dulzura, porque para merecer debemos de buscar y al encontrar saber conservar.
Hoy me toca el tiempo del perdón, saber hacerlo y también pedirlo, tener el alma en paz para recobrar la calma, entender que vivir con sobresaltos es vivir con el miedo de perder más de lo que ya se perdió, tenemos que aceptar lo sucedido sin ofender a quien nos lo hizo, total sus motivos tuvo y debemos de estar conscientes que no todo sale como nosotros queremos, entendamos que siempre nos faltara tiempo para conocer a las personas, nuestros estados anímicos son camaleonicos son variables, no nos extrañe que nos digan si y después no.
Por eso nunca dejemos de valorar a quien este a nuestro lado, demosle su importancia en nuestro hogar, expresándole todo lo que nos puede hacer falta si llegara a faltar, ya que nos acostumbramos a la forma que nos tratan, y de verdad, nos hace falta reconocer la parte fundamental que representa nuestra pareja, dejemos de ser orgullosos, tengamos la humildad para expresarle día a día que ella es la piedra angular que forma nuestro hogar, que es el motor principal de esta maquinaria que mueve nuestra vida.
Quizás eso me faltó a mi, decirle a la flaquita lo importante que era en mi vida, que ella movía los hilos de mi vida para poder desplazarme por ella, porque entró a suplir las funciones de mi señora madre, porque me acostumbré tanto a su forma de conducirse, que hoy en día me cuesta trabajo ubicar mi conducción en la forma apropiada, hemos sorteado con mi hijo algunos detalles, pero aún no nos acostumbramos a comer lo que podamos encontrar o lo que sepamos hacer, es difícil entre hombres ejecutar el arte culinario de la casa, por eso extraño tanto a la flaca.
Pero debemos de tener en nuestra mente que esto ya murió, debemos de ejecutar el acto de saber vivir sin ella, duele y mucho, pero todo dolor siempre tiene su analgésico, y lo tenemos que aplicar, porque no podemos estar todo el tiempo sin poder dormir, extrañando, lamentándonos o arrepintiéndonos de lo que debimos haber hecho y no lo hicimos, no hay vuelta de hoja, necesitamos cerrar este capitulo y empezar a escribir en un libro con hojas limpias y blancas, el otro que quizás dejamos inconcluso debe de quedar ya archivado en el estante de nuestro pasado.
Reza una gran frase: Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre, cuanta verdad, desafortunadamente las cosas malas llegan cuando uno menos lo piensa y te agarran desprevenido, sin poder tomar algún tipo de precaución, pero en la brega de la vida, debemos de asumir la responsabilidad que nos toca, dejar de lamentarse o llorar por algo que pudimos evitar, ahora, ya no hay que voltear a ver para atras, ni detenerse a tomar aire, sigamos adelante, de los errores se obtienen las experiencias, porque tienes que perder para poderte hacer entender en lo que estas mal, pensar dos veces antes de precipitarte.
No puedo aceptar los caprichos del destino, porque una desilusión me avienta a los brazos equivocados y en lugar de salir de mi problema más me hundiré en ella, por eso es mejor razonar con sentido común y no obrar por un impulso visceral, porque no siempre se olvida tan facilmente, existen muchos recuerdos que sepultar, limpiar mi corazón no es tarea sencilla, porque cualquier lugar, sitio, persona o cosa, me habrá de recordar lo que siempre estuvo en mis manos y que por orgullo dejé ir. No esperaré a que las olas del mar me regresen lo que se llevo, no deseo que las cosas vuelvan a ser como antes, pediré mejor que sean mejores, pero primero debo de cambiar y mejorar en mi forma de ser, de sentir, de entregar y de valorar.
Me daré un tiempo de vigilia, dejaré en paz a quien se fue y me pondré en paz yo mismo, porque lo necesito, debo de seguir mi vida normal y sin sobresalto, no pensaré en amores furtivos ni en relaciones clandestinas, al contrario fomentaré el amor de mi hijo, viviré más cerca y al pendiente de él, porque me necesita y yo lo necesito aún más, porque necesitamos poner orden en nuestras vidas y en nuestro hogar, limpiaremos totalmente nuestro entorno de los recuerdos que nos puedan lastimar, dejaremos nuestras pertenencias visibles y haremos nuestra vida más estrecha, viviremos el uno para el otro.
Si el destino tiene sus caprichos, yo solamente los mirare pero jamás caeré en sus redes, mi vida estará enfocada en tratar de entenderme y conocerme para que así pueda pedir perdón a quien lo tenga que pedir, reconocer lo valioso que fue en nuestras vidas y poder expresarle que quizás nosotros perdimos más con su ausencia que ella con la nuestra, porque siempre ha sido mi lema, la mujer siempre será el pilar de un hogar, el hombre es el cemento que la cubre para poder ser fuerte y resistir todos los embates que se presenten, porque los hijos son la consistencia y resistencia de toda esa construcción, porque si falta un solo ingrediente el hogar puede sucumbir y caer en una total destrucción.
Por eso debo de ser fuerte, resistir hasta donde mis fuerzas me puedan sostener, esa fuerza, ese apuntalamiento es mi hijo, mientras me siga dando su amor y diciéndome que le de muchos abrazos y besos, serán las inyecciones que tanto necesito para vitaminar mi cuerpo, porque es hora de demostrar de que estamos hecho, porque ya no debemos de lamentarnos sino de remediar el mal que hemos hecho, por eso, con la mirada fija en el horizonte buscarnos nuevos caminos de prosperidad, porque lo merecemos, porque aún caídos tenemos de derecho de una nueva oportunidad.
viernes, 21 de marzo de 2014
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