jueves, 17 de octubre de 2013

BIENAVENTURADOS.

Bienaventurados aquellos que ven a su esposa como su compañera y no como su esclava;

Bienaventurados los que respetan la vida ajena;

Bienaventurados los que no hacen escarnio de sus enemigos;

Bienaventurados los que viven su vida y dejan a los demás que vivan la suya:

Bienaventurados los que enseñan a sus hijos con el ejemplo y no con golpes;

Bienaventurados los que se privan de un bocado por dárselo al hambriento;

Bienaventurados los que viven con honestidad;

Bienaventurados los que aplican la humildad;

Bienaventurados los que aman a la naturaleza y a sus animales;

Bienaventurados los que ofrecen una oración por sus hermanos enfermos;

Bienaventurados los que practican la caridad;

Bienaventurados los que tienden su mano en tiempo de desgracia;

Bienaventurados los que a pesar de ser ofendidos saben perdonar;

Bienaventurados los que acuden a socorrer al necesitado sin ser llamados;

Bienaventurados los que creen sin necesidad de ver;

Bienaventurados los ancianos que todavía tienen alma de niño;

Bienaventurados los que ofrecen su risa a cambio del llanto;

Bienaventurados los que aman a los niños y no los maltratan;

Bienaventurados aquellos que desde su posición económica ayudan, sin que lo anden divulgando;

Bienaventurados esos padres que saben educar a sus hijos;

Bienaventuradas esas mujeres que saben perdonar ante tanto maltrato físico;

Bienaventurados los que luchan por superarse sin perjudicar a nadie;

Bienaventurados los que se alejan de la violencia y saben amar a su projimo;

Bienaventurados los que cuidan su cuerpo y su alma sin intoxicarlos;

Bienaventurados los que tienen fe y nunca reniegan de su Dios;

Bienaventurados los que teniendo tantos descalabros saben levantarse y seguir adelante;

Bienaventuradas las madres que ofrendan su vida por sus hijos;

Bienaventurados los que saben respetar y honrar su hogar;

Bienaventurados todos los que practican la fidelidad y el respeto;

Bienaventurados los que a pesar de que les ofrecen riquezas no tuercen su camino;

Bienaventurados los que se dedican a hacer el bien sin mirar a quien;

Bienaventurados los que teniendo poco saben dar demasiado;

Bienaventurados aquellos que sin criticar saben orientar;

Bienaventurados los que se conduelen de sus semejantes y les brindan ayuda;

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