De verdad, me causo un hondo pesar la noticia que por conducto de mi hija se me daba, no podía creerlo, de verdad, no quería creerlo, pero era verdad, momentos antes de la llamada tu habías emigrado hacía un lugar desconocido para todos los mortales, habías partido como siempre en vida lo habías hecho, sin decir nada, ni una explicación ni siquiera una señal, pero te habías marchado.
Tu ausencia deja un enorme vacio en muchas vidas, en muchos seres, que supimos o más bien tratamos de entenderte para saber convivir contigo, porque fuiste algo especial, porque fuiste una persona no tan fácil de comprender por tus inquietudes, pero así fuiste, no tratare de justificar tus acciones, no me corresponde hacerlo, pero si podré expresar el porque te llegue a estimar demasiado.
Podría decirte cuñado o compadre, pero el termino más aceptable para mi sería el decirte mi amigo, porque eso fuiste para mi, una persona que me supo entender en el poco tiempo que conviví con tu hermosa familia, aún tengo presente todos los conceptos que vertiste cuando me conociste y además todas las prevenciones que me hiciste para que pensara seriamente en el emparentar con tu familia.
Sabes, no sabes cuanta razón tenías, pero sin embargo fui terco y emparentamos, como olvidar los pequeños momentos que convivimos, o la ocasión en que me prestaste tu pequeño datsún blanco, para llevar mi ropa que me habían tirado al patio de la casa en la que yo pagaba la renta, jamás lo olvidaré.
Tampoco olvidaré, cuando veías que las cosas se ponían de color de hormiga con tu familia y mejor, con cualquier pretexto me sacabas y nos íbamos a otro lugar a platicar, creo que sería ingrato no reconocer que por ti pude estar en la ceremonia del bautizo de mi hija, y, claro que me gustó que tu fueras el padrino de mi nena, porque sabía del gran amor que le tenías, pero también el gran aprecio que gozaba de tu parte.
No mencionaré tus títulos o especialidades que tenías, no, porque esos se quedaron contigo, esos ya nadie los va a utilizar, fueron solamente tuyos, de verdad muy tuyos, fueron el orgullo de tu familia y porque no decirlo fueron los alicientes para seguir mejorando, yo osare tomar para mi, tu amistad esa que quizás solo este conmigo, no pienses que por haberte ido de este mundo terrenal debe uno hablar muy bien de ti, no, porque sería pecar de muy zalamero y tu me conociste, yo no soy así, yo soy franco y digo las verdades aunque duelan, aunque lastimen sensibilidades, pero así soy yo.
Y, quizás esa característica también tuya, haya sido la que nos hermanó, la que hizo entendernos, que aunque a veces tenías un genio disparejo que lo mejor era salir por piernas, pero todo eso dentro de lo normal, te lo vuelvo a repetir, de verdad sentiré mucho tu ausencia, porque quizás fuiste la segunda persona en el orden de tu familia, que me supo tratar como quería ser tratado, me hablaste con verdades que me hicieron pensar que tu no querías ser mi cuñado, pero que con el tiempo fue realidad lo que me advertías.
El sentir de todos los que te pudimos tratar, es de tristeza, es de dolor, es de rabia de ver que nuestro señor, se lleva a la gente buena, a la gente trabajadora, a la gente que busca su superación para el bienestar de su familia, pero en fin, a lo mejor, ya no había algo en que te ocuparas aquí en la tierra que nuestro Padre Eterno te llevo con el para emprender un nuevo proyecto allá arriba.
Sé que lograste obtener un beneficio para tu querida escuela, te felicito, pero quizás mi felicitación vaya más allá, porque por ese detalle obtuviste el reconocimiento de muchos alumnos que te consideran como amigo benefactor, todo eso lo oí en los comentarios cuando fui a tu velada, me imagino que tu ahí en el lugar en que te encontrabas acostado durmiendo, también los escuchaste y presiento que tu querías ampliar aun más ese sueño que se cumplió, porque ese fue tu afán el de ayudar, no por algo en una visita en que nos vimos en la ciudad de México, te dije que tenías alma de guerrillero, y tu explotaste en una carcajada, contestándome que ocurrencias las mías, pero ya vez yo también le atine.
Podría ser recordando miles de cosas más, pero no es necesario, porque al igual que yo, existen muchas personas que tienen buenos detalles tuyos, solo puedo decirte algo que desde el fondo de mi corazón brota muy sinceramente, de verdad no sabes cuando te voy a extrañar, porque sé del gran amor que le tenías a tu familia, a la vida, a tu profesión, a tus amistades, pero sobre todo ese gran cariño que tenías por mi hija, y eso con nada podré agradecértelo, más que con una frase, aunque un poco trillada pero representa todo el sentimiento que uno puede expresar, Gracias compadre, gracias cuñado pero el mejor concepto GRACIAS, QUERIDO AMIGO.