Todo desconsolado abrazó a su madre: “se me fue, mamita, se me fue” alcanzó a musitarle a su pobre madre, “ya no quiero la vida, sin ella soy un inútil para seguir viviendo, era la única que con sus caricias me hacía sentir diferente, que hago mamá, que hago”
Su madre, con un nudo atorado en la garganta, no sabía ni que decirle, solo escucharlo, lo abrazaba fuertemente, besándolo en la frente, sosteniéndole por la cintura para que no se cayera, la gente pasaba, mirando esa escena tan enternecedora, preguntándose qué les habrá pasado.
De pronto, se separó bruscamente del regazo maternal y tomo una decisión: ¿Sabes que madre?, me voy lejos de aquí, donde no me alcancen estos tristes recuerdos, voy a cambiar mi forma de vivir, ser otro, por el recuerdo de ella; por su gran amor, tratare de ser un hombre de bien, buscare trabajo, ese será mi aliciente para tratar de olvidar este dolor que lacera mis sentidos y todo mi cuerpo, madre, me voy. La madre, no acertaba que decir, no hizo ningún intento de detenerlo y así como lo vio llegar a la vida, así le dio la despedida, dándose media vuelta para dirigirse a su hogar. Pero muy dentro de su ser, sentía, como que esa despedida era para siempre, que esta sería la última vez que vería a su hijo, su corazón todo oprimido le decía adiós y sólo una lágrima en su rostro fue lo que pudo salir, porque ni una palabra expulsó de sus labios.
Así es como en un cerrar de ojos, la vida de Freddy cambia totalmente, se fue lejos de su terruño, todo lo que llevaba era la ropa puesta y el ánimo de cambiar, se encontró en un lugar y con personas diferentes, empezó a buscar donde trabajar, porque el hambre le apretaba y le nublaba los sentidos, no razonaba con cordura, todo en el, era confusión. Pidió limosna fuera de la iglesia, algunos se compadecieron de él y otros le lanzaban sentencias como “eres muy joven para trabajar” “no te da pena estar pidiendo” etc., pero él no se daba por vencido, todo un día se dedico a esa labor y al llegar la noche, tenía un buen capital, así que encamino sus pasos a una fonda, donde le atendió una linda mesera quien con toda diligencia lo atendió, así que nuestro buen amigo degustó una opípara cena, que lo dejo tan satisfecho, que empezó a bostezar en señal de que el cansancio y la cena, le reclamaban un buen sueño.
Rendido por sus problemas, por el cansancio y por el banquete que se había dado, se quedó en la banca del jardín de un parque cercano a la iglesia del lugar, ahí, se acomodo quedando completamente dormido, pero la suerte no estaba de su lado, unos pandilleros que asolaban ese lugar al verlo, comenzaron a esculcarlo, freddysbundo al sentir ese manoseo se levantó de inmediato, solo para recibir una golpiza que lo dejó todo lastimado y con la cara como si lo hubieran picado unas abejas africanas, perdió todo su dinero y también el conocimiento, despertó en el hospital todo golpeado y con su cuerpo adolorido preguntando ¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? La enfermera de turno le comentó en qué condiciones llegó, y que afuera lo estaban esperando unos gendarmes para tomarle su declaración.
Así que después de golpeado, comparece ante los guardianes del orden a rendir su confesión, estos dudan que lo hayan asaltado y lo involucran con un asalto que sucedió esa noche en una tienda de vinos licores, por tal motivo, aun con el cuerpo magullado por la golpiza, se lo llevan detenido, pasándolo a barandilla, donde el juez calificador, le notifica que se harán las averiguaciones pertinentes para establecer su status, por el momento se le considera como principal sospechoso en la modalidad de robo calificado a mano armada, sin daños a terceros, por lo cual podría alcanzar una penalidad de 6 a 12 meses de prisión, o, una fianza para salir en libertad de 3 a 5 mil pesos .
Al oír lo anterior, Freddysbundo aún con el cuerpo todo golpeado, siente que le falta el aire, su visión se nubla, cuando está a punto de desfallecer, oye la voz de un defensor de oficio (que en todas las delegaciones se encuentran) quien tomándolo por el brazo le susurra: