Un día, encontró a su pareja ideal, una jovencita que destacaba por sus atributos que resaltaban a primera vista: Unos labios muy abultados, baja de estatura, una verruga en medio de nariz y labios, un ojo chueco (bizca),una oreja arrugada, pero aún de esta forma, él la deseo como su novia, se lo pidió y ella acepto de inmediato.
Su noviazgo tórrido transcurrió normal como los demás que se ven en la tele. Es necesario hacer notar que él no trabajaba de forma continua, andaba de mil usos, ocasiones se iba como chalán de un camión de pasaje, otras como cargador en el mercado, en las mañanas cuando se le iba el sueño se iba a vender bolillos y teleras, y en ocasiones se metía al cine a andar haciendo maldades a los enamorados, esto le redituaba algunas carteras que lograba sustraer a sus propietarios.
Pero como ya lo he expuesto, jamás le cambió su suerte, y fue en un viernes 13, cuando esperaba a su amada, sus amigos le notifican que en la avenida principal, un camión de pasaje atropello a su dulcinea al tratar de cruzar, dejando el cuerpo todo ensangrentado tirado a mitad de la calle, mismo que fue levantado por socorristas y llevado al Servicio Médico Forense, de inmediato y como loco dirige sus pasos a dicho lugar para tratar de identificarlo, quería cerciorarse que efectivamente se trataba de Frumencia.
Pero al llegar a susodicho lugar le notifican que sus familiares ya se la habían llevado, y ahí sentado en las escalinatas de ese tétrico lugar, llora y lamenta su mala suerte, y es que de verdad él la quería y la amaba con todas sus fuerzas, ella había sido la única mujer que lo había aceptado con sus defectos, no podía aceptar que ella ya no estaba a su lado, que ya se había marchado a un lugar desconocido, preguntaba y preguntaba, que había hecho para merecer ese castigo, pero sus lagrimas, rebeldes se negaban a salir, por dentro su alma toda ultrajada gritaba, sintiendo el enorme deseo de morir también y así poder alcanzar a su amada.
Y es que hasta este momento se daba cuenta que no sabía nada de Frumencia, ni quiénes eran sus padres, ni donde vivía, si era soltera o casada, lo único que conocía de ella, era que trabajaba en el interior del mercado, donde la conoció haciendo la limpieza de las fondas del lugar, jamás se preocupo por conocer su vida, no le intereso, estando con ella, todo su atención se centraba en sus caricias, sus mimos, sus besos, cuantas veces, ya de noche, utilizaban el mostrador con mosaicos del local, para dar rienda suelta a sus instintos sexuales, al final cada quien tomaba su camino, solo la acompañaba a tomar su autobús y de ahí el se iba a su cantón.
Ahora, en esta realidad tan lastimosa para él, toda su vida se derrumbaba, no sabía ni que rumbo tomar, no quería llegar a su casa, ni tampoco reunirse con sus amigos para irse al billar a tomarse unas cervezas, no, quería estar solo, digerir este trago amargo, pensar, meditar, para tomar una decisión, ya que su razón de vivir, su estimulo, había fallecido, y así pensando y cerrando sus ojos se fue la noche y llego el nuevo día, y solamente volvió a la realidad, cuando sintió una suave mano sobre su hombro, ahí estaba su madre, que se pasó toda la noche buscándolo en todos los hospitales, cárceles, clínicas, sitios donde se reunía con sus amigos, hasta que le comunicaron que se encontraba en el semefo identificando el cuerpo de su novia. (CONTINUARA)
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