viernes, 26 de noviembre de 2010

EL INFORTUNIO DE FREDDYSBUNDO (CONTINUACION 06)

Mira muchacho, como a los cinco días que te marchaste de aquí, en el vecindario sucedió una desgracia desafortunada, en la noche, serían como la 1 o 2 de la mañana, la vivienda de tu madre, se empezó a incendiar, los vecinos al ver salir humo por debajo de la puerta, llamaron a los bomberos, mientras llegaban, Nicéforo el del 9, junto con Pascasio del 5, corrieron a tocar a la puerta del cuarto, pero no se oía nada, por lo cual decidieron tumbar la puerta, en esas estaban cuando llegaron los traga humo, echaron abajo la puerta y se dispusieron a apagar el fuego, desgraciadamente ya era tarde, todo se había consumido, los cuerpos de tu Mamá y de tus hermanos, estaban totalmente carbonizados en la cama en la cual dormían, tu madre tenía a tu dos hermanos abrazados, nos imaginamos que cuando vio el incendio los quiso proteger.

Más tarde cuando se hizo el recuento de los daños, el capitán de los bomberos, explico a la portera, que al parecer, una veladora que tenían prendida en la pequeña mesa donde estaban las imágenes de los santos, por descuido se cayó en el cartón donde tenían su ropa, posteriormente con la ayuda de varios cartones que se encontraban apilados, el fuego se propago, lo más grave es que tu mamá tenía un anafre y una garrafa de petróleo, con lo cual, todo el cuarto se convirtió en un refugio de Satanás, todo se perdió mi’ijo, los cuerpos quedaron irreconocibles.

Pero y ¿Don Modesto mi padrastro donde se encontraba? Llorando preguntó Freddy.

Ese, como siempre, metido en la cantina, bebiendo y gastando el poco dinero que ganaban, lo encontraron tirado afuera del local, arropado con unos pedazos de cartones, supo lo sucedido hasta pasado el mediodía en que todo crudo se presentó a la vecindad, donde vio todo el cuarto chamuscado y lleno de cenizas y brazas apagadas, pasado el momento de su sorpresa, salió y hasta la fecha no se le ha vuelto a ver.

¿Pero que hicieron con el cuerpo de mi jefecita y de mis hermanos? Preguntó Freddysbundo con el llanto desbordado.

Mira muchacho, tu sabes que en la vecindad siempre han sido solidarios, se cooperaron y en una sola caja de madera, la cual por cierto fue hecha por Sirenio el carpintero, se depositaron lo que quedó de los cuerpos de tu familia, se velaron en el patio, como no había dinero para cubrir los gastos de la funeraria, los mismos inquilinos proporcionaron todo el material, compraron velas y en botes llenos de arena las encajaron, fueron a recoger las flores que tiran en el mercado y con ellas pusieron y adornaron el altar, dieron café que por cierto mi tiendita proporciono, así como 20 piezas de pan.

Al otro día, todos acompañamos los cuerpos al panteón, el encargado de llevar la caja fue don Pantaleón, ese que dizque anda en la política, y que su patrón el líder de los comerciantes ambulantes, le prestó la combi que utilizan para difusión y reparto de la propaganda, a la cual le tapamos los logotipos de su partido, para que no creyeran que era un acto de proselitismo, solucionado todo eso, los llevamos al panteón que está en la lomita de donde vivimos, Sirenio se encargó de hacerle la cruz que dejamos colocada en la tumba, solamente con los nombres, porque jamás supimos como se apellidaban.

Al terminar su narración, Don Abundio dejo escapar un suspiro de tristeza, para expresarle a Freddy su pesar y que estaba con él, ya para finalizar le comentó:

Cuando vengas por acá, yo mismo te llevo al lugar en donde quedaron sepultados, me estás oyendo, mi’jo, Freddy, te estoy hablando, contéstame, Freddy, Freddy………

Pero, Freddy ya no oía, como sonámbulo e inconscientemente colgó el auricular y salió a la calle, por casualidad del destino volvió al parque donde lo detuvieron, ahí se sentó en una banca, con los ojos rojizos de tanto llorar, no dejaba de lamentar el haber dejado a su pobre madre, total se hubiera aguantado el dolor de haber perdido a su amada, se hubiera quedado a seguir su vida al lado de su familia, pero su capricho o quizás su dolor lo hizo pensar de una manera diferente, ese dolor tan profundo le laceraba su alma, le perforaba su contrito corazón, su cuerpo temblaba sus manos sudaban, sus ojos llenos de lágrimas, no le permitían ver lo que pasaba a su alrededor.

¿Por qué Dios Mío, me tiene que suceder todo esto? ¿Señor, por qué esta decisión de quitarme a los seres que más amo? ¿En qué te he faltado? Señor, yo no te pedí nacer, yo no pedí venir a este mundo lleno de sufrimientos, me diste una Madre y ahora me la quitas, pusiste una mujer maravillosa en mi camino, para ver la vida de una forma diferente y me la arrebataste, termina tu obra, llévame a mi también, no quiero la vida, no quiero este sufrimiento, esta amargura la llevo desde niño, con ella me crie y con ella crecí, quise ponerle entusiasmo para desechar todas las burlas que hacían de mi persona, y ¿Qué resultó? CONTESTAME SEÑOR, de que valió que me portara bien si toda mi vida ha sido un martirio y un dolor perenne.

El ambiente tenso, el viento callado, el ruido de los automóviles estancado, todo silencio, claramente se podía oír el latido acelerado del corazón de Freddysbundo, su llanto cubría de lagrimas su rostro, el cual se encontraba todo desencajado, era la viva imagen de la desgracia, nada podía contenerlo, nada podía calmarlo, por ratos se golpeaba el cuerpo y en otras ocasiones, golpeaba la banca de acero donde se encontraba, volvió a increpar al Todopoderoso:

Cuando iba a misa, escuchaba tu palabra y en todos sus párrafos hablabas de amor, jamás me enseñaste el dolor, nunca me hiciste recapacitar en la magnitud de la muerte, en tus evangelios escuchaba, que el que creía en ti, jamás moriría, y por eso murió mi Madre, por creer en ti, por encender sus veladoras en franca muestra de su amor infinito, y eso fue el motivo principal de que hayan muerto, ¿Dónde estás Señor? ¿Dame una prueba de que en verdad existes y que me has escuchado? Devuélveme a mi familia, ¿que no comprendes que sin ellos me he quedado sólo, que soy un huérfano triste y olvidado? Ten piedad de mi, contéstame señor, quiero saber porque me he quedado solo, que mal he hecho para merecer tantas desgracias, te lo vuelvo a repetir yo no pedí venir a esta vida, yo no reclamé ningún lugar en este mundo, a mi no me tomaron mi opinión, ni me dijeron que iba a tener una familia por poco tiempo, para terminar pronto, no quiero vivir, no deseo esta vida vacía, no me importa nada, si en verdad existes, manifiéstate. Mándame la muerte, aquí está mi vida, la pongo en tus manos, llévame al lado de mi familia, quiero estar con mi madre, ya no me importa vivir, Señor escúchame, por favor Dios Mío, ten piedad, compadécete de este pobre mortal que se ha quedado solo, quítame la vida, tú me la diste y tienes el derecho de arrebatármela, Señor, ya no quiero vivir, Señor, Señor, Señor……..

De pronto, sin darse cuenta Freddysbundo, una persona se sienta a su lado y le pregunta: (Continuara)

miércoles, 17 de noviembre de 2010

EL INFORTUNIO DE FREDDYSBUNDO (CONTINUACION 05)

Al salir de su turno y al ir caminando para tomar el autobús, se dio cuenta de la acción que le habían hecho a Freddy, e incluso ella fue quien llamó a la ambulancia para que lo recogieran, y como al otro día que se presentó a trabajar le comentaron que al pobre muchacho que golpearon los pandilleros, lo tenían encerrado, achacándole el robo de la tienda, pues no quiso que se cometiera una injusticia, por lo cual se presentó voluntariamente a declarar en la delegación.

Por lo tanto al no haber cargos que ameritaran el encarcelamiento de esta persona, se ordenó su pronta libertad con la consabidas disculpas y el dicho de “usted perdone, lo confundimos”

Con esta noticia, Freddy agradece al licenciado su ayuda, que por el momento no tiene con qué pagarle, pero que saliendo juntará el dinero suficiente para sufragar este adeudo, el joven licenciado sonriendo le expresa: Mira no te acongojes, a nosotros nos paga el gobierno y además esto nos sirve para foguearnos y así poder litigar cuando recibamos nuestro titulo y nuestra cedula profesional, me dio mucho gusto ayudarte en algo. De pronto se oye un grito que dice: “Ese freddysbundo, a la reja con todo y chivas”

Ah caray, ese soy, -expresa Freddy-. Nos vemos cuadernos de doble raya, este muñeco se va, y como dijo el de la telera, si tienen tele ahí se ven. Sobra decir que el tiempo en que estuvo encerrado, Freddysbundo, trabajó en los talleres del penal elaborando cuadros con imágenes resaltadas y pintadas con laca, por igual hacía barcos, trenes, pipas y camiones repartidores, de madera, su especialidad quizás que le brindó mayores emolumentos fue la fabricación de sillones tejidos; por igual aprendió el arte de la electrónica, es que hay que hacer notar, que era un joven que prestaba atención a lo que otros hicieran y al rato ya lo estaba haciendo él, tenía mucha retención en su cerebro, era una joyita en el aprendizaje, tenía mucha inteligencia y una fría forma de razonar.

Con el dinero acumulado de su paso por el penal, lo primero que pensó Freddysbundo, fue de ir a comprar ropa, con esa intención se encamino al centro de la ciudad, pero en el trayecto, vio en una casa, un tendedero con ropa, y sin pensarlo dos veces con el debido “con permisito” se agenció un par de mudas de ropa, incluso con todo y camiseta, los calcetines no podían faltar, así es que con su bulto en el hombro se encaminó a una casa de huéspedes, para tratar de rentar un cuarto y esperar a conseguir trabajo.

Ya descansado, con la mente fría por tantos sobresaltos, con la alegría de haber demostrado su inocencia, teniendo la firme intención de volver a empezar, con la firme intención de cambiar y pensando en su familia, pide al encargado de la hospedería le permita su teléfono para hacer una larga distancia a su pueblo, necesita saber que ha pasado con su madre.

Marca el número telefónico de la tienda que se encuentra a un costado de la vecindad donde estuvo viviendo; le contesta Don Abundio el tendero, al principio lo desconoció, pero cuando le comenta que es Freddysbundo el hijo de la señora Aldegunda la que vive en la vecindad del costado en el cuarto marcado con el número 6.

¿Sabes hijo? –le dice don Abundio, con mucho pesar te informo que tu Madre ya no se encuentra con nosotros.

¿Cómo? ¿Pues adonde se cambio? ¿Sabe usted su nueva dirección o donde pueda localizarla?, me urge hablar con ella. Contesta el buen Freddy.

Es…. que…. Mira…. Pues…. como te diré….. Mira…. Creo que debes ser fuerte…. Como explicártelo….

Don Abundio, déjese de tanto tartamudeo, ¿Qué paso con mi Madre? ¿Les sucedió algo a ella y a mis hermanos?, por favor, hábleme claro, no me deje con esta duda, Don Abundio, todavía se encuentra ahí, don Abundio, contésteme por favor, pregunta todo nervioso Freddy.

Cof, cof, cof, se escucha del otro lado de la línea.

Por fin don Abundio se decide hablar:

martes, 16 de noviembre de 2010

CARTA DE AMOR

Otro buen mensaje, que tuvieron a bien enviarme, disfrutenlo.
Estimada Cristina:
Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial.

A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.

Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:

- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.

- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.

- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.

- La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.

- La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.

- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.

- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.

- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:

- Los silencios.

- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.

- El sabor acre de los insultos y reproches.

- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.

- Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.

- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.

- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.

- Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc.) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:... Objetos.

Por último, recordarte el nº de teléfono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, Roberto.
Mayo de 2010, 18:28

sábado, 13 de noviembre de 2010

EL INFORTUNIO DE FREDDYSBUNDO (CONTINUACION 04)

-No te preocupes, pronto saldrás libre y sin pagar nada, te agarraron por confusión y sin pruebas, te soltaran más pronto de lo que te imaginas, ten confianza en mí, ellos quieren justificar que cumplen con su chamba y quieren un chivo expiatorio, pero nosotros les daremos a un mártir.

En estas circunstancias, solo y sin conocidos, pues a chaleco tiene que confiar en él, es su única tablita de salvación. En estos momentos es cuando el ser humano se acuerda de sus raíces familiares, y Freddysbundo, no es la excepción, le llegan a su mente todos los consejos que su buena madre le daba e implora al Eterno, en una súplica mental:

“Padre Mío, tu siempre has escuchado mis ruegos, líbrame de esta y te prometo ya portarme bien, buscar un trabajo decente, ser persona de bien, juntar dinero para enviárselo a mi familia, ayúdame Jesús, quiero ser libre, no puedo quedarme encerrado, me volvería loco, siempre me ha gustado la libertad, auxíliame Jesucristo Redentor.

Y es así, como en una fría mañana, el buen Freddy, ingresa al penal municipal, encerrado entre malvivientes, ladrones, violadores, rateros, asesinos, etc., etc., enfundado en su uniforme café militar (pantalón y camisa caqui), con el corte de pelo a rape tipo militar, confundido entre los demás reos, acompañado del celador se dirigen a la celda que le han destinado, mientras dura el juicio y acuda a comparecer para escuchar su sentencia. Así se consuma una nueva desgracia para el pobre de Freddysbundo.

¿Qué paso contigo carnalito, a cuantos te echaste allá juera”, le preguntan los reos.

No, a nadie, yo solo dormía en una banca cuando llegaron unos pandilleros, me golpearon y me asaltaron, dejándome tirado en el pavimento –contestó él-

Pos se ve que jue muy grande tu delito, mira que quererte echar 5 años en el tambo.

Les digo que soy inocente, yo no hice nada malo –seguía defendiéndose Freddy-.

No te preocupes men, así decimos todos los que por primera vez caemos en chirona, después nos acostumbramos y soltamos la sopa, no hay porrun, al ratón echamos el domino y nos abres el cuaderno de tus recuerdo, cámara ese, llégale a tu cueva.

Con el correr de los días, nuestro buen amigo Freddy, se va acostumbrando a su vida en el penal, es de hacer notar, que desde que entró, todos los reos empezaron a ver en él, a una persona que no se dejaba tan fácilmente que le gritaran, mucho menos que intentaran golpearlo, la experiencia más amarga fue la que les sucedió a sus compañeros de celda, cuando estos en un afán de molestarlo, quisieron abusar de él cuando se encontraba dormido, mejor ni lo hubieran intentado, es más ni pensarlo, fueron tres los sujetos que trataron de hacerle mal, fueron tres cuerpos que quedaron tendidos dentro de la celda, con unos dientes de menos, con ojos inflamados, con nariz rota en fin, quedaron como Santo Cristo, desde ese momento era él, quien mandaba a sus compañeros de celda a que le proporcionaran todo lo que les pedía.

Al salir al patio, lo miraban con respeto, cuando se metía al gimnasio a hacer sus ejercicios de rutinas, se ofrecían a ayudarle, Freddysbundo sabía cuánto miedo infundía, y lo aprovechaba para vivir con comodidad dentro del penal. Desafortunadamente como en todos los penales, el, en lugar de reformarse adquirió malas costumbres y se relaciono con personajes del bajo mundo, esos que extorsionan amenazando a personas por medio de celulares; en el poco tiempo que duro su estadía tras de las rejas, se nutrió de todas las mañas y los métodos para hacer este tipo de ilícito.

Como a toda capillita le llega su fiestecita, se llegó la audiencia para establecer la culpabilidad o inocencia de Freddysbundo, es así como con un aire retador comparece. El defensor de oficio, lo había adiestrado, para que en caso de no resultar la defensa como se esperaba, se declarara culpable y con ello obtener una sentencia benigna o una fianza lo más baja posible.

Los apoderados del negocio, no se presentaron a ratificar la denuncia, lo que se logró por parte de la defensa, fue que la mesera que atendió a nuestro amigo en la fonda, declarara, y lo hiciera en los siguientes términos: (CONTINUARA...........)