Jamás se imagino el dolor que iba a sufrir por la delicia de haberse engullido varias rebanadas de piña y unas tantas de sandia, siempre que acudía a ese sillón que tenia frente al televisor, lo hacia para descansar, para despejarse de los problemas que le aquejaban como del cansancio que sentía en su cuerpo.
Un buen día se puso a mirar el fútbol y en su loca desesperación de querer ver a su equipo ganar, se levantaba momentáneamente y acudía al refrigerador, donde en su interior se encontraban algunas frutas para degustar, eligió la piña por fresca y sobre todo por lo dulce que se sentía, empezó con una hasta llegar a la cantidad de 6 o 7 rebanadas, pero la emoción se encontraba en su auge y decidió cambiar de botana, por lo cual eligió unas rebanadas de sandia que se veìan rojas como la sangre y llenas de un jugo dulcisimo, asì fue como empezó a gestarse una cruda realidad que lo habría de poner los pies sobre la tierra.
Terminando el partido, acompañó a su esposa al super para hacer las compras de la despensa de la semana, pasó por el área de mariscos y decidió llevar un recipiente conteniendo una combinación de mariscos denominado Vuelve a la vida, asì que llegando a su hogar sentado plácidamente en su sillón favorito, con la complicidad de su mujer resolvieron probar el platillo de mariscos, pero sin darse cuenta, quizás por la platica o tal vez por el suculento aperitivo pero este vio su fin en menos de lo que canta el gallo.
con el paso de los días, él empezó a manifestar molestias en su organismo, su rostro se demacró y su cuerpo adquirió una delgadez preocupante, motivo por el cual, decidió hacerse unos análisis que el doctor recomendó. Cuando le entregaron los resultados, el sospechó de su enfermedad y así lo comunicó a su esposa, ella para darle ánimos, le dijo que no se sugestionara, que esperara a ver lo que decía el doctor.
Al estar frente al galeno, este le confirmo lo que el tanto temía, era una persona más que era admitida en el circulo de los diabeticos y con problemas de triglicéridos, pero quizás fue un poco amortiguante el optimismo del doctor, el cual le explicó que lo primero que había que hacer era volver a los niveles adecuados de la glucosa, para lo cual le recetó medicamentos y le oriento sobre la dieta que tenia que llevar, le recomendó que no se preocupara mucho ya que probablemente este mal se manifestó por tanta fruta ingerida y sobre todo llena de dulce. La piña, la sandia y los mariscos, en especial el camarón fueron los que a esta persona le dieron una cordial bienvenida al club de los Diabeticos.
Y desde ahí sentado en su sillón de descanso, emitió una recomendación: Háganle caso a su organismo, chequense de vez en cuando y eviten tomar muchos alimentos dulces, no refrescos no bebidas y sobre todo lleven una vida tranquila, ya que también el estrés y las preocupaciones son motivo de adquirir la diabetes. El medico es tu amigo, no lo veas como tu enemigo y un cruel torturador que solo te receta inyecciones o píldoras.
martes, 3 de septiembre de 2013
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