martes, 3 de septiembre de 2013
EL TAXISTA.
Una de las profesiones quizás un poco desairada, por no reconocer lo que es la persona que la ejerce, es sin duda la del taxista, pero la persona que se jacte por serlo en toda la extensión de la palabra, aparte de contar con su licencia de conducir, deberá conocer a la perfección las rutas y calles de su población, en algunos se da el ser paciente para escuchar a sus clientes, ofrecer consejos, dar soluciones a sus problemas y poder tener paciencia para recibir todas sus lamentaciones.
Dentro de una organización de choferes y ruleteros de la ciudad del Acapinolillo, denominada Taxistas Unidos por bien de Aca (TUBA), era muy bien reconocido nuestro personaje de nombre Chafirete Ford Sentrado, su don de servidor publico estaba a la vista de todo el que se subía a su unidad, además de tener una conversación amena, que hacía corto los viajes que realizaba; el trabajaba en la zona turística, su dominio en el Inglés lo convertía en un conductor preferido para realizar recorridos y conocer tan bello puerto por los turistas que lo visitaban.
Podríamos decir que el taxista, pero el que se presume de serlo totalmente en el sentido de la palabra, es un personaje que sabe escuchar a su clientela, buscarle soluciones a sus problemas, aconsejarle donde comprar recuerdos o artesanías del lugar, claro, todo esto tiene su beneficio, que es la comisión que les dan en los lugares donde llevan a los clientes o el tiempo que ellos tasan por hora en los recorridos para conocer los principales sitios importantes de la ciudad, tomarles fotos o esperarlos afuera del local donde van a divertirse o a ingerir sus sagrados alimentos.
Nuestro amigo Chafirete, desde su corta edad le gustó mucho emplearse en cualquier labor que le redituara ganancias, estudio su primaria en la noche e hizo tanto la secundaria como la preparatoria en la modalidad abierta, ya que necesitaba trabajar para ayudar a su pobre madre, además de costearse sus estudios, dentro de lo que era su trabajo, tomo cursos para capacitarse como guía turístico, labor que desempeñaba cuando daba su taxi a trabajar, siendo muy joven, con el fruto de su ahorro, pudo pagar el enganche para su primera unidad que por medio de la agencia se lo entrego pintado de taxi y con su capuchón con la leyenda de Taxi, los primeros meses trabajó el solo el auto casi todo el día, salía de su hogar a las 7 de la mañana y regresaba casi a las 9 de la noche.
Dentro de su Organización destacó por la soltura de sus argumentos, se expresaba tan claramente que era una delicia escucharlo, los agremiados se fijaron en el y lo invitaron a que se incorporara al Comité Ejecutivo de dicho organismo, estuvo como secretario de finanzas, de conflictos, desempeñó la labor de Ajustador y por ultimo se convirtió en el secretario General, cargo que repitió por tres periodos consecutivos, por cierto en los diversos cargos que desempeñó siempre se preocupo por el bienestar tanto de su agrupación como de sus compañeros, consiguió ante las autoridades beneficios a favor de la organización, pensión para los de la tercera edad, descuentos en el pago de la tenencia de sus vehículos, en los refrendos de sus permisos de taxi, pero quizás lo más importante que gestiono y fue complacido, fue el otorgamiento por parte de las autoridades del terreno y construcción de la casa del taxista, un edificio que aparte de albergar las oficinas de su agrupación, también estaban situadas una refaccionaria, que con aportaciones de los socios se logro instalar, además de un consultorio medico para atender a todos los socios.
Cuando cumplía años su organización, hacia bailongos que tardaban todo el día, ellos principiaban asistiendo a la misa de las 8 de la mañana, para dar gracias al altísimo por todas las bendiciones recibidas, ahí mismo se aprovechaba el momento para la bendición de los autos, posteriormente al medio día aprovechaban para llevar un show para los niños y toda la tarde era para su festejo, con conjuntos y artistas de la localidad, se rifaban enseres domésticos, cámaras de video, televisores plasma, así como vales para surtir sus despensas. De verdad era algo emotivo poder constatar la fraternidad que existía en estos trabajadores del volante.
La vida de Chafirete siempre fue en ascenso, el destino lo premio en lo económico, pero también en lo familiar, con su esposa Opelina Renault logró conformar un matrimonio ejemplar, con sus dos hijos llevaban una vida apegada a la religión católica, todo lo que ellos realizaban era con la bendición del Dios en que creían; quizás por ese motivo era que la labor de nuestro amigo se le facilitaba, ya que salía con una oración de su casa y volvía dándole gracias a su creador por lo que había ganado.
Desafortunadamente la riqueza cambia mucho la forma de pensar de algunas personas y esta no fue la excepción en nuestro amigo, de pronto empezó de fantoche en el sentido de tener mucho dinero, que hasta podía comprarles los permisos a sus compañeros, toda la humildad que había demostrado en su corta carrera dentro del gremio se estaba viniendo abajo, muy pronto sus compañeros empezaron a apartarse de él, a sus espaldas rumoraban mucho de que se le habían subido los humos, ya no era el mismo de cuando entró al movimiento, dos de sus íntimos amigos: Fordelio Impala Dinamo y Hyundai Tsuriño Alemán, hablaron con el queriendo ubicar y sobre todo hacerlo entrar en razón aconsejándole que moderara sus comentarios, pero él hizo oídos sordos y siguió su vida igual.
En una ocasión que se encontraban los tres buenos amigos, lavando sus unidades, se pusieron a libar en un restaurante que se encontraba frente al auto lavado, al calor de las copas, recordando lo que fue la infancia de cada uno y el como habían sobresalido en la vida, los sacrificios que habían realizado para comprar sus unidades y las placas de alquiler, de pronto se levanta Chafirete y exclama: “Tengo tanto dinero que ya ni sé que hacer con el”, y en un momento de ser tan grande su jactancia, alzando los ojos hacía el techo expresa: Dios mío, mándame una enfermedad para gastar algo del dinero que tengo.
A los pocos días de haber tenido Chafirete esa reunión con sus amigos, saliendo de la escuela, secuestran a uno de sus pequeños hijos, posteriormente se comunican con él pidiéndole una fuerte suma de dinero, la cual da, sin dar aviso a las autoridades, para no poner en peligro a su retoño, pero por el susto de la noticia y al recibir sano y salvo a su hijo, cae enfermo, nadie se explica su enfermedad, quizás por estar en la alegría de mirar al bebe rescatado, los días pasan y nuestro amigo Chafirete empieza a perder peso, su rostro demacrado acusa los signos de su enfermedad que aún no conoce, pero aconsejado por sus amigos acude a hacerse análisis que el doctor le había recomendado hacerse.
Pero su salud cada día se iba agravando, cuando le dieron los resultados nuevamente acudió al doctor, interpretando las hojas de los análisis, se le hacía saber que padecía de la diabetes y de triglicéridos, encontrando una señal de insuficiencia cardiaca, que requiere de una atención inmediata, para lo cual le recomiendan: evitar emociones fuertes y de estrés, evitar el acto sexual, por igual prescindir del exceso de trabajo, realizar ejercicios respiratorios profundos y gimnasia relajante, llevar una alimentación purificadora a base de vegetales y de fruta fresca, cada día tomar un zumo de naranja por la mañana y otro de uva por la tarde, antes de acostarse tiene que tomar una infusión de hojas de ortiga, y en el caso de sufrir palpitaciones o dolor intenso en el corazón, tiene que aplicarse compresas calmantes de agua fría sobre el corazón.
Y es así, producto de una petición elevada al Altísimo, como la situación financiera de Chafirete da un giro de 360º, el pago por el rescate de su hijo, el tratamiento de su enfermedad y sobre todo el ya no trabajar su unidad, hacen que poco a poco vaya mermando su capital económico, al grado de que tuvieron primero que rentar sus placas y vender su automóvil, posteriormente con el paso del tiempo su permiso de taxi, es vendido, para seguir costeando tanto los estudios de los niños, la manutención del hogar su tratamiento medico y los gastos que originan los servicios públicos.
Chafirete murió al poco tiempo, no tanto por la enfermedad, la cual estaba controlada y podría haber vivido durante muchos años, él murió por la desesperación de ver como el tiempo poco a poco consumía el capital que por años había logrado atesorar, todos sus compañeros lamentaron su partida, pero su obra dentro de la organización quedó como muestra de una persona que deseando hacer mucho bien con la ayuda de otros lo logra, Chafirete fue objeto de diversos homenajes el día de su defunción, el gobierno se encargo de hacerle llegar a la viuda, la caja mortuoria y el pago total por los servicios funerarios, así como donación de la cripta en donde serían depositados sus restos, fue velado en las instalaciones de la organización TUBA, el recinto donde se rindió el acto luctuoso, a partir de ese momento fue denominado como Salón de sesiones CHAFIRETE FORD SENTRADO.
La máxima de esta historia sería: Entre más alto estés, entre más dinero tengas, en cualquier posición de fama que tú obtengas, siempre se humilde, jamás presumas lo que atesores, al contrario vuélvete sencillo y accesible, la vida se vive solamente una vez.
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