Esto es algo que en su momento escribí, cuando la violencia empezaba a tomar vuelo en mi bello puerto,narración que solo dejare por uns días posteriormente la eliminaré.
Mi bello puerto ha pasado de ser una ventana de México al mundo entero, en un charco de sangre que mancha nuestro océano Pacifico, han pasado varios años desde que como ciudadanos, nos dimos cuenta de esas escenas de horror y terror a la cual no estábamos acostumbrados, corrían los primeros días del año 2006 (enero 27), por los diarios nos enteramos de una balacera en la colonia la Garita, hubo varios muertos y unos tantos desaparecidos, que nuestra autoridad no tuvo el valor de reconocer en su boletín y por consiguiente no salió toda la noticia en los periódicos, manejaron la versión de que habían sido 4 los muertos y 3 heridos, entre ellos 2 policías, declarando que todo se inició con una persecución de la policía contra hombres que circulaban por la ciudad fuertemente armados. Se rumoró que habían matado a Carlos Landeros, lugarteniente del Chapo Guzmán, el policía que le dio el tiro de gracia fue Mario Núñez Magaña, a este hecho se le conoce como el Viernes Negro en la garita.
Quizás todo estos sucesos se debían –según rumores- de que la plaza se había vendido al Chapo Guzmán y las autoridades no respetaron ese pacto que había entre la autoridad municipal y los delincuentes, por cierto tiempo después se rumoró insistentemente que el delincuente en cuestión fue al palacio municipal y cacheteo en ese entonces al presidente Municipal Manuel Añorve, por haberle vendido la plaza a otra persona, pero todo esto solo se ha caracterizado por eso, por ser solo rumores, nada confirmado, puras voces que se alzaron en la oscuridad de la clandestinidad, ya que ni los periódicos dieron razón de esto. Por cierto he de hacer un pequeño retroceso, porque no es posible que un gobernador emita palabras sin sentido y sin razón, el 2 de agosto del 2005, el gobernador Zeferino Torreblanca, emitió estas palabras en rueda de prensa: Ni quiero, ni puedo ni tengo que combatir al narcotráfico.
Pasó quizás un mes o dos, en ese mismo lugar aparecen unas cabezas ensartadas en la reja de una oficina gubernamental, con una leyenda demoledora “Para que aprendan a respetar”, se rumoró que las cabezas pertenecían a un comandante llamado Mario Núñez Magaña y un oficial de nombre Alberto Ibarra Velásquez (adscritos al grupo Relámpago), que habían participado en la matanza de la garita, en ese entonces no sabíamos a que hacían referencia, todos estábamos llenos de un temor indescriptible, de verdad no sabíamos que estaba sucediendo, oíamos de drogas, narcotráfico, carteles, pero ignorábamos el fondo de todas estas muertes, los diarios se volvieron de nota roja, les producía más ganancias que una plana de sociales, los reporteros se mantenían ocupados buscando la noticia, los atropellados, las mujeres golpeadas, los niños violados, etc., pasaron a un segundo término, la palabra muy en boga era Narcotráfico.
Lo que a mí en lo particular me causó más escalofrío, fue esa mañana del 15 de marzo del 2010, cuando según por versiones de personas conocidas me platicaron que como a eso de 5:45 de la mañana, un convoy de al menos 15 camionetas con sicarios vestidos de playera negra con logotipos de la PGR y chalecos porta cargadores, pasaron por el maxi túnel sin pagar peaje y justo frente a la entrada de la populosa colonia Emiliano Zapata, ya los estaban esperando un comando contrario, originándose una balacera que duró aproximadamente 30 minutos, ahí quedaron siete vehículos entre camionetas y autos de lujo, la mayoría sin placas y otros con matrículas del Distrito Federal con siete hombres muertos, dejando el inmueble donde expenden comida rápida, todo rafagueado, una vitrina donde se encuentra una imagen de la Virgen de Guadalupe con los vidrios rotos, los muertos tirados en la carretera unos y otros al pie de una escalera.
En lo particular, cuando salí al centro, me tocó presenciar los cuerpos tirados en el pavimento, y la avenida llena de soldados, policías federales, estatales y municipales, tomando fotos y anotando; hubo personas vivillas que antes de que llegaran las autoridades, les quitaron sus pertenencias a los difuntos, pero por versiones extraoficiales, todos los que cometieron esas pillerías, amanecieron en taxis colectivos ejecutados, cuando presencie estas escenas, sentí un frio recorrer por todo mi cuerpo, algo lógico, jamás en toda mi vida, había visto esas escenas, claro se dirán ¿ni en la tele?, si, pero esto era en vivo y a todo color, como vulgarmente se dice, las corvas se me aflojaron y las manos me temblaron, me preguntaba, ¿Qué está pasando? ¿Por qué tanta violencia?, preguntas que jamás obtuvieron una respuesta, jamás llegue a pensar, que esto, solo era un inicio de todas las ejecuciones, balaceras y decapitaciones que habrían de suceder en el tiempo por venir.
Por cierto en el año del 2010, agosto 30 para ser exactos, pensábamos que la delincuencia organizada había llegado a su fin con la captura de Edgar Valdez Villarreal (a) La Barbie, y posteriormente el 12 de septiembre de este mismo año, personal de la marina capturó en Puebla a Sergio Villarreal Barragán (a) El Grande, pero un poquito antes el 16 de diciembre del 2009, elementos de la marina se enfrentaron a balazos con sicarios de Beltrán Leyva en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, donde en un intento por huir muere abatido a tiros Arturo Beltrán Leyva (a) El Barbas o El Jefe de Jefes, con estas noticias, muchos respirábamos aliviados pensando que todo iba a cambiar, que Acapulco volvería a su normalidad, pero que equivocados se intensificó aún más tanto las balaceras como las ejecuciones, decapitaciones, desmembramientos, etc.,etc.,
A principios del año 2011 en la entrada principal de un centro comercial ubicado en las afueras de Acapulco, dejan 15 cuerpos la mayoría decapitados, que estaban esparcidos junto con sus cabezas y la totalidad desnudos a quienes se les apreciaban impactos de arma de fuego en todo su cuerpo con leyendas que decían: Esto les pasará a los que intenten entrar en la plaza, Atentamente el Cartel Pesado. Chapo Guzmán Atentamente a toda la ciudadanía ya no se cobrarán cuotas. Atentamente el Chapo Guzmán. Pero antes en la madrugada de este mismo día se reportaron varios incidentes violentos, entre ellos levantones, encerrones a varios autos y múltiples disparos de arma de fuego en varios puntos, en donde participaron alrededor de seis a ocho camionetas de lujo.
En el mes de enero siendo las 10.30 de la mañana, un comando armado se enfrentó a una camioneta de la policía preventiva, esto sucedió en la colonia Simón Bolívar, pero a los delincuentes se les trabaron los cuernos de chivo, los policías contestaron la agresión al momento de salir huyendo hacia la comandancia, hasta donde los persiguió otro comando, resultando un elemento herido, al llegar a la comandancia rafagueron la misma pero los elementos policiacos ya se encontraban preparados, los cuales sostuvieron un encuentro, dejando a dos delincuentes heridos y que posteriormente según por versiones extra oficiales murieron.
jueves, 27 de febrero de 2014
LA LAVANDERA (capitulo 10)
Aquí deseo insertar lo que en mi relato de MI VIDA anote:
Salimos de Tenosique rumbo al Triunfo, tardamos aproximadamente unos 45 minutos para llegar a la villa del Triunfo, estando ahí, me señaló Jorge una casa, diciéndome “ahí vive el viejo”, como tenía unas rencillas con la mujer de Chucho, le mandó a llamar con un niño, nosotros fuera del carro, enfrente de donde se encuentra la Delegación Municipal, procedimos a esperarlo, no tardó en aparecer, un gran hombre, casi barbado de un color serio moreno, tirándole a negro como la noche, iba en short sin camisa, se acercó a nosotros, Jorge lo saludó diciéndole: “Que tal viejo, venimos a que veas este carro, porque está fallando, quiere ver que es lo que tiene, para que lo repares”, mi hermano serio contestó: “Claro orita lo vemos”, pero al estar diciendo esto, se nos quedó viendo como queriendo adivinar algo, pero ese algo yo creo que jamás imagino lo que era; Jorge volvió a decirle “Ya vistes negro de donde son las placas del taxi” mi hermano contestó “Si, son de mi tierra”, pero quería adivinar ese algo que tal vez presentía, pero como lo vuelvo a repetir jamás se imaginó lo que iba a suceder, volvió al ataque Jorge “¿Negro no te recuerda nada ese taxi?”, Mi hermano “Claro que si, a mi familia que tengo allá”, Jorge “Pues mira te presento a Enrique, tu hermano que vino a verte desde Acapulco”, creo que Chucho no oyó todo lo que Jorge le dijo, porque casi con los ojos nublados por lo que quizás fueron el asomo unas lagrimas, me miro fijamente a la cara, se quedó petrificado como que quizás creía que era una broma o porque no decirlo un sueño con los ojos abiertos, yo como es lógico me acerqué a él, lo abrace, también porque no decirlo con lágrimas en mis ojos, de alegría de ver a ese hermano del cual yo tenía muchos años de no ver.
Ahí estaba el primer hijo de mi Madre, el producto de sus tantas preocupaciones, pero en fin él estaba delante de mí, yo lo tenía tan cerca, que también no podía creer que lo íbamos a encontrar tan bien, con esa panza de borracho tequilero, pero ahí estaba, el ya repuesto de la sorpresa se dejó abrazar, preguntando cómo estaba mi Mamá, le dije: “Mira no vengo solo, el es Nicolás (por referencia ya sabía de Nico), en Tenosique se encuentra mi Jefa esperándote, porque la traje especialmente a verte, a comprobar que aún vives, arréglate porque te vas a ir con nosotros”, él accedió, se regresó a su casa a traerse su camisa, volvió donde nosotros estábamos, nos subimos al taxi, volviendo de regreso a Tenosique, al encuentro de dos seres que tenían muchas ganas de verse, se tenían mucho amor, mucho cariño y también un gran recuerdo.
Tanto Jesús como doña Juana no midieron el caudal de sus lagrimas, él, llorando sobre su hombro y ella tratando de abrazar a ese gran gigante que tenía en sus brazos, todo un cuadro recordando las santas escrituras evocando el regreso del hijo prodigo, jamás ninguno de los dos se imagino que un día se volverían a encontrar, lejos del ogro que represento el padre de Jesús, pero ahí estaban los dos sin querer despejarse, los que presenciamos esta escena, se nos hizo un nudo en la garganta, quien narra esto, no pudo y desbordó en un llanto silencioso, me dio mucho gusto ver a mi hermano pero más satisfacción sentía de que mi Madre hubiese tenido la dicha de volver a abrazar a su hijo, aunque ya la desgracia se cernía sobre nuestra familia.
Aún recuerdo cuando llegamos a Tenosique, le dije a Chucho: “Mira ella es mi Mamá,” -pobre iluso, si el, sin verla y con sólo tocarle la mano supiese que ella era su Madre, porque el físico podrá cambiar a través de los años, pero el sentimiento jamás- mi Madre ya conocía a su hijo, creo que salieron sobrando mis presentaciones; Lo hermoso fue ese abrazo tan lleno de cariño, inmenso en amor, repleto de ternura, que comprendí que era lo que faltaba para que mi Madrecita fuera completamente feliz, vi esa felicidad reflejada en los ojos de mi Jefecita, lo tedioso del viaje se disipó, ella estaba radiante de felicidad; Como es el cariño de una Madre, que perdona todo, al solo encuentro del hijo –no descarriado- que desde hace tiempo se le había perdido, pero frente a ella, él estaba, ahí se encontraba el motivo de sus tantas noches de desvelos, noches llenas de llanto, también por así decirlo, noches de consumo de cigarros por el nerviosismo, pero nuevamente estaban juntos, sentí que esa felicidad se extendía hacía mi, claro, porque yo formaba parte de esa unión, además de que me sentía realmente contento, porque le había cumplido un deseo –casi sin saberlo- para poderse ir feliz mi Madre de este mundo, pero ese será un comentario aparte.
Ya pasada la emoción, procedimos a irnos con Jesús al lugar donde él vivía, a El Triunfo, emprendimos el viaje sólo la familia, los familiares de Tenosique como es lógico no nos acompañaron, porque según tenían diferencias con la mujer de Chucho; Llegando al Triunfo se nos presentó a la familia de mi hermano, su mujer y sus tres hijos, algo bueno sucedió pues en ese momento mi Jefa se identificó con la familia, fueron días que pasaron en completa armonía, pero es lógico toda felicidad no es duradera, después de pasear por el Triunfo y lugares aledaños, como sitios arqueológicos, procedimos a hacer maletas para regresar al “rancho”, con el dolor reflejado en el rostro de mi hermano por nuestra partida, el quiso que nos quedáramos otros días mas, pero no podíamos extender por más tiempo la visita, arreglamos todo, revisamos el carro y vamos de retache, pasamos a Tenosique a despedirnos de la ex=familia de Chucho, prometiendo volver pronto.
Llegando a Acapulco, seguimos en nuestra rutina, doña Juana sin querer dejar el lavadero, ya que pues era su modo de pasar el día en compañía de sus amigas, comiendo unas buenas enchiladas o picadas, acompañadas de un rico y frio chilate, quien esto escribe, cuando tenía oportunidad me descolgaba con el taxi y me tomaba mi buen vaso de chilate. La señora por lo regular vivía en la Zapata, pero como no dejaba solo a su hijo se venía a su departamento y ahí le preparaba su desayuno para irse a trabajar, quedándose a hacer el aseo y de ahí, irse a la lavandería aproximadamente a las 12 del día, en ocasiones se quedaba a dormir, pasaba largas temporadas en el departamento, ya a la zapata iba en el transcurso de la mañana.
Podemos anotar de que Doña Juana tenía un rostro adusto que la mayoría de las personas la catalogaban como una persona muy enojona, pero todo lo contrario, le gustaba mucho platicar y cuando lo hacía no había quien la parara, su gusto fue siempre el de tomarse una coronita al tiempo en la mañana, por las tardes o en las noches fumaba sus cigarros delicados o cuando había para más unos fiesta, claro este material se lo proveía Enrique, quien siempre le llevaba su paquete de cigarros y le compraba su cartón de cervezas.
Salimos de Tenosique rumbo al Triunfo, tardamos aproximadamente unos 45 minutos para llegar a la villa del Triunfo, estando ahí, me señaló Jorge una casa, diciéndome “ahí vive el viejo”, como tenía unas rencillas con la mujer de Chucho, le mandó a llamar con un niño, nosotros fuera del carro, enfrente de donde se encuentra la Delegación Municipal, procedimos a esperarlo, no tardó en aparecer, un gran hombre, casi barbado de un color serio moreno, tirándole a negro como la noche, iba en short sin camisa, se acercó a nosotros, Jorge lo saludó diciéndole: “Que tal viejo, venimos a que veas este carro, porque está fallando, quiere ver que es lo que tiene, para que lo repares”, mi hermano serio contestó: “Claro orita lo vemos”, pero al estar diciendo esto, se nos quedó viendo como queriendo adivinar algo, pero ese algo yo creo que jamás imagino lo que era; Jorge volvió a decirle “Ya vistes negro de donde son las placas del taxi” mi hermano contestó “Si, son de mi tierra”, pero quería adivinar ese algo que tal vez presentía, pero como lo vuelvo a repetir jamás se imaginó lo que iba a suceder, volvió al ataque Jorge “¿Negro no te recuerda nada ese taxi?”, Mi hermano “Claro que si, a mi familia que tengo allá”, Jorge “Pues mira te presento a Enrique, tu hermano que vino a verte desde Acapulco”, creo que Chucho no oyó todo lo que Jorge le dijo, porque casi con los ojos nublados por lo que quizás fueron el asomo unas lagrimas, me miro fijamente a la cara, se quedó petrificado como que quizás creía que era una broma o porque no decirlo un sueño con los ojos abiertos, yo como es lógico me acerqué a él, lo abrace, también porque no decirlo con lágrimas en mis ojos, de alegría de ver a ese hermano del cual yo tenía muchos años de no ver.
Ahí estaba el primer hijo de mi Madre, el producto de sus tantas preocupaciones, pero en fin él estaba delante de mí, yo lo tenía tan cerca, que también no podía creer que lo íbamos a encontrar tan bien, con esa panza de borracho tequilero, pero ahí estaba, el ya repuesto de la sorpresa se dejó abrazar, preguntando cómo estaba mi Mamá, le dije: “Mira no vengo solo, el es Nicolás (por referencia ya sabía de Nico), en Tenosique se encuentra mi Jefa esperándote, porque la traje especialmente a verte, a comprobar que aún vives, arréglate porque te vas a ir con nosotros”, él accedió, se regresó a su casa a traerse su camisa, volvió donde nosotros estábamos, nos subimos al taxi, volviendo de regreso a Tenosique, al encuentro de dos seres que tenían muchas ganas de verse, se tenían mucho amor, mucho cariño y también un gran recuerdo.
Tanto Jesús como doña Juana no midieron el caudal de sus lagrimas, él, llorando sobre su hombro y ella tratando de abrazar a ese gran gigante que tenía en sus brazos, todo un cuadro recordando las santas escrituras evocando el regreso del hijo prodigo, jamás ninguno de los dos se imagino que un día se volverían a encontrar, lejos del ogro que represento el padre de Jesús, pero ahí estaban los dos sin querer despejarse, los que presenciamos esta escena, se nos hizo un nudo en la garganta, quien narra esto, no pudo y desbordó en un llanto silencioso, me dio mucho gusto ver a mi hermano pero más satisfacción sentía de que mi Madre hubiese tenido la dicha de volver a abrazar a su hijo, aunque ya la desgracia se cernía sobre nuestra familia.
Aún recuerdo cuando llegamos a Tenosique, le dije a Chucho: “Mira ella es mi Mamá,” -pobre iluso, si el, sin verla y con sólo tocarle la mano supiese que ella era su Madre, porque el físico podrá cambiar a través de los años, pero el sentimiento jamás- mi Madre ya conocía a su hijo, creo que salieron sobrando mis presentaciones; Lo hermoso fue ese abrazo tan lleno de cariño, inmenso en amor, repleto de ternura, que comprendí que era lo que faltaba para que mi Madrecita fuera completamente feliz, vi esa felicidad reflejada en los ojos de mi Jefecita, lo tedioso del viaje se disipó, ella estaba radiante de felicidad; Como es el cariño de una Madre, que perdona todo, al solo encuentro del hijo –no descarriado- que desde hace tiempo se le había perdido, pero frente a ella, él estaba, ahí se encontraba el motivo de sus tantas noches de desvelos, noches llenas de llanto, también por así decirlo, noches de consumo de cigarros por el nerviosismo, pero nuevamente estaban juntos, sentí que esa felicidad se extendía hacía mi, claro, porque yo formaba parte de esa unión, además de que me sentía realmente contento, porque le había cumplido un deseo –casi sin saberlo- para poderse ir feliz mi Madre de este mundo, pero ese será un comentario aparte.
Ya pasada la emoción, procedimos a irnos con Jesús al lugar donde él vivía, a El Triunfo, emprendimos el viaje sólo la familia, los familiares de Tenosique como es lógico no nos acompañaron, porque según tenían diferencias con la mujer de Chucho; Llegando al Triunfo se nos presentó a la familia de mi hermano, su mujer y sus tres hijos, algo bueno sucedió pues en ese momento mi Jefa se identificó con la familia, fueron días que pasaron en completa armonía, pero es lógico toda felicidad no es duradera, después de pasear por el Triunfo y lugares aledaños, como sitios arqueológicos, procedimos a hacer maletas para regresar al “rancho”, con el dolor reflejado en el rostro de mi hermano por nuestra partida, el quiso que nos quedáramos otros días mas, pero no podíamos extender por más tiempo la visita, arreglamos todo, revisamos el carro y vamos de retache, pasamos a Tenosique a despedirnos de la ex=familia de Chucho, prometiendo volver pronto.
Llegando a Acapulco, seguimos en nuestra rutina, doña Juana sin querer dejar el lavadero, ya que pues era su modo de pasar el día en compañía de sus amigas, comiendo unas buenas enchiladas o picadas, acompañadas de un rico y frio chilate, quien esto escribe, cuando tenía oportunidad me descolgaba con el taxi y me tomaba mi buen vaso de chilate. La señora por lo regular vivía en la Zapata, pero como no dejaba solo a su hijo se venía a su departamento y ahí le preparaba su desayuno para irse a trabajar, quedándose a hacer el aseo y de ahí, irse a la lavandería aproximadamente a las 12 del día, en ocasiones se quedaba a dormir, pasaba largas temporadas en el departamento, ya a la zapata iba en el transcurso de la mañana.
Podemos anotar de que Doña Juana tenía un rostro adusto que la mayoría de las personas la catalogaban como una persona muy enojona, pero todo lo contrario, le gustaba mucho platicar y cuando lo hacía no había quien la parara, su gusto fue siempre el de tomarse una coronita al tiempo en la mañana, por las tardes o en las noches fumaba sus cigarros delicados o cuando había para más unos fiesta, claro este material se lo proveía Enrique, quien siempre le llevaba su paquete de cigarros y le compraba su cartón de cervezas.
LA LAVANDERA (capitulo 9)
Ya para ese entonces se separan las hermanas, Rosita se va a vivir con su hijo Víctor, que ya se encontraba casado, Mayòn se queda en el domicilio de la fabrica, ya que como seguía vendiendo tortillas, prácticamente le quedaba cerca el mercado, doña Juana con el terreno que le regalaron se trasladó a la Zapata, pero no dejaba de venirse a lavar ropa a la fabrica, por consiguiente pasaba a ver a Mayon, o se quedaba en la casa de la fábrica, en ese tiempo, le ofrecen a Enrique empleo en Zihuatanejo, por lo cual se ve precisado a vivir 5 días en esa ciudad y solamente dos en Acapulco, por lo cual los fines de semana se las pasa en compañía de su madre, pero mientras Enrique descansa en dicha colonia, la señora se sale a lavar la ropa, dizque porque tenía mucha y no quería quedar mal con sus clientes.
Doña Juana se sobresalta demasiado cuando su hijo le cuenta (esto cuando se fue a trabajar a la Mira, Mich.,) que habían sufrido un asalto y que el delincuente le puso el arma en la nuca, a lo cual le pide que renuncie y que se venga a Acapulco, pero su hijo le dice que no se preocupe, que nada pasara, por cierto estando Enrique trabajando en la Mira, le comunican que su padre había muerto en el estado de Oaxaca, le dan permiso de ausentarse y se viene a Acapulco, donde le dice a su mamá que lo acompañe, pero como todo es de improviso doña Juana se queda, es de notar y muy meritorio, de que la señora a pesar de todo lo sufrido por sus 2 parejas anteriores y con ese mal sabor de su relación, jamás le habló mal de su padre a Enrique, al contrario, siempre le ordenaba que fuera a visitarlo, pero el muchacho no lo hacía hasta que iban sus hermanas por él, además decidió no volverse a casar, se quedó muy jovencita sin pareja, podemos decir, usando la calculadora que a partir de los 23 o 25 años en que nació Enrique, ella se dedicó en vida y alma al cuidado de su pequeño hijo, quien esto narra y que tuvo conciencia de lo que fue su madre, le consta que jamás le conoció alguna aventura o un noviazgo fugaz, siempre me pregunté porque mi madre no se volvió a casar, nunca lo supe porque no tuve el valor de preguntárselo, pero ya no viene al caso, ella no está presente y no quiero manchar su memoria con deducciones o presunciones que pueden rayar en lo estúpido.
Como los problemas de los asaltos seguían, Enrique le hace caso a su madre y renuncia al banco y se pone a trabajar como ruletero (chofer de un taxi), así que aprovechando que en el año de 1990 Enrique con su liquidación compra un automóvil de agencia, después de varios meses de adquirirlo, doña Juana le pide a su hijo Enrique ir a buscar a Jesús, es que con la relación por medio de las cartas, a la señora le entró la inquietud o el deseo de volver a ver a su hijo, ya teníamos una nueva dirección y teníamos entendido que se había establecido en Tenosique, tabasco, había formado una familia. Su hijo acepta a llevarla, con la condición de que fuera preparada para lo que fuera a suceder, esto es de encontrar a Chucho vivo o irlo a visitar al panteón si es que se encontraban con la noticia de que a había muerto, y es que podremos decir que la ultima carta ya tenía varios años de que la habíamos recibido, por lo cual pues no sabíamos nada de el incluso si el domicilio que nos anotó era todavía el lugar donde el vivía, ella acepta y es así como se preparan para realizar el viaje, esto sucedió como a fines de agosto o septiembre del 91.
Para tal efecto, acompañan a la madre y al hijo, Nicolás y su hija Jessica, va también la hija de Enrique, Gabriela Denisse y también su hija de crianza Leticia, para ir disipando poco a poco los nervios, primero llegan a México, visitan la catedral y es de imaginarse que las oraciones van encaminadas de que les vaya bien, pero sobre todo, de que encuentren con vida a Jesús, de ahí siguen su viaje, llegando al atardecer casi de noche a Puebla, donde pernoctan y al día siguiente muy temprano se dirigen al centro, visitan la catedral de nuestra señora de la Inmaculada Concepción, degustan el famoso mole poblano en el zócalo de la ciudad que es nombrada como centro histórico, de ahí parten y llegan a Veracruz casi anocheciendo, se hospedan en un hotel cercano al malecón, saliéndose a caminar un poco, es cuando conocen el famoso norte, que hacen que se vayan a refugiar en los locales de artesanías que se encuentran o se encontraban frente al famoso café de la Parroquia, al otro día muy temprano se van a visitar San Juan de Ulúa, se toman fotos donde estuvo preso Chucho el roto, compran las famosas muñecas de trapo negritas, en fin todo un día se la pasan en la calle buscando la manera de divertirse, en la noche se van a cenar a un restaurant de un señor que dice ser acapulqueño, esto sirve para que le den un buen precio en la cena, yéndose a dormir temprano, ya que al otro día les espera el ultimo tramo para llegar a Tabasco.
Salimos casi a medio día, llegando a los límites de tabasco después de casi 8 horas de camino, pero como no conocíamos la ruta, nos fuimos de largo y llegamos hasta una gasolinera en donde nos dijeron que estábamos en el estado de Chiapas, nos indicaron como llegar a la entrada o desviación hacía Tenosique un punto llamado Emiliano Zapata, de ahí nos fuimos guiando por los letreros que en ocasiones veíamos, por fin llegamos a Tenosique, alrededor de las 11 o 12 de la noche, quizás por intuición nos estacionamos mero en la casa donde se encontraba la persona que después nos dijo que había sido esposa de Jesús, pero como desconfiaron de nosotros o quizás porque ya era muy noche, no nos prestaron mucha atención, nos dijeron que ellos no sabían nada, que buscáramos más abajo, así que allá vamos, unas cuadras más adelante nos encontramos con unos tipos que se estaban peleando a pedradas, motivo por el cual metimos reversa y nuevamente llegamos al mismo lugar, Enrique se baja y pregunta, ahora si ya dando pormenores, diciendo que él era el hermano de Jesús, es cuando sale una persona que se presentó como Jorge, nos hace pasar a su casa, al hacer las presentaciones nos comentan todo lo sucedido con Jesús y nos hacen ver que Chucho ya no se encuentra viviendo ahí, pero que esta en un lugar cercano llamado el Triunfo, nos ponemos de acuerdo en que al otro día, nos acompañara Jorge a visitarlo.
Doña Juana se sobresalta demasiado cuando su hijo le cuenta (esto cuando se fue a trabajar a la Mira, Mich.,) que habían sufrido un asalto y que el delincuente le puso el arma en la nuca, a lo cual le pide que renuncie y que se venga a Acapulco, pero su hijo le dice que no se preocupe, que nada pasara, por cierto estando Enrique trabajando en la Mira, le comunican que su padre había muerto en el estado de Oaxaca, le dan permiso de ausentarse y se viene a Acapulco, donde le dice a su mamá que lo acompañe, pero como todo es de improviso doña Juana se queda, es de notar y muy meritorio, de que la señora a pesar de todo lo sufrido por sus 2 parejas anteriores y con ese mal sabor de su relación, jamás le habló mal de su padre a Enrique, al contrario, siempre le ordenaba que fuera a visitarlo, pero el muchacho no lo hacía hasta que iban sus hermanas por él, además decidió no volverse a casar, se quedó muy jovencita sin pareja, podemos decir, usando la calculadora que a partir de los 23 o 25 años en que nació Enrique, ella se dedicó en vida y alma al cuidado de su pequeño hijo, quien esto narra y que tuvo conciencia de lo que fue su madre, le consta que jamás le conoció alguna aventura o un noviazgo fugaz, siempre me pregunté porque mi madre no se volvió a casar, nunca lo supe porque no tuve el valor de preguntárselo, pero ya no viene al caso, ella no está presente y no quiero manchar su memoria con deducciones o presunciones que pueden rayar en lo estúpido.
Como los problemas de los asaltos seguían, Enrique le hace caso a su madre y renuncia al banco y se pone a trabajar como ruletero (chofer de un taxi), así que aprovechando que en el año de 1990 Enrique con su liquidación compra un automóvil de agencia, después de varios meses de adquirirlo, doña Juana le pide a su hijo Enrique ir a buscar a Jesús, es que con la relación por medio de las cartas, a la señora le entró la inquietud o el deseo de volver a ver a su hijo, ya teníamos una nueva dirección y teníamos entendido que se había establecido en Tenosique, tabasco, había formado una familia. Su hijo acepta a llevarla, con la condición de que fuera preparada para lo que fuera a suceder, esto es de encontrar a Chucho vivo o irlo a visitar al panteón si es que se encontraban con la noticia de que a había muerto, y es que podremos decir que la ultima carta ya tenía varios años de que la habíamos recibido, por lo cual pues no sabíamos nada de el incluso si el domicilio que nos anotó era todavía el lugar donde el vivía, ella acepta y es así como se preparan para realizar el viaje, esto sucedió como a fines de agosto o septiembre del 91.
Para tal efecto, acompañan a la madre y al hijo, Nicolás y su hija Jessica, va también la hija de Enrique, Gabriela Denisse y también su hija de crianza Leticia, para ir disipando poco a poco los nervios, primero llegan a México, visitan la catedral y es de imaginarse que las oraciones van encaminadas de que les vaya bien, pero sobre todo, de que encuentren con vida a Jesús, de ahí siguen su viaje, llegando al atardecer casi de noche a Puebla, donde pernoctan y al día siguiente muy temprano se dirigen al centro, visitan la catedral de nuestra señora de la Inmaculada Concepción, degustan el famoso mole poblano en el zócalo de la ciudad que es nombrada como centro histórico, de ahí parten y llegan a Veracruz casi anocheciendo, se hospedan en un hotel cercano al malecón, saliéndose a caminar un poco, es cuando conocen el famoso norte, que hacen que se vayan a refugiar en los locales de artesanías que se encuentran o se encontraban frente al famoso café de la Parroquia, al otro día muy temprano se van a visitar San Juan de Ulúa, se toman fotos donde estuvo preso Chucho el roto, compran las famosas muñecas de trapo negritas, en fin todo un día se la pasan en la calle buscando la manera de divertirse, en la noche se van a cenar a un restaurant de un señor que dice ser acapulqueño, esto sirve para que le den un buen precio en la cena, yéndose a dormir temprano, ya que al otro día les espera el ultimo tramo para llegar a Tabasco.
Salimos casi a medio día, llegando a los límites de tabasco después de casi 8 horas de camino, pero como no conocíamos la ruta, nos fuimos de largo y llegamos hasta una gasolinera en donde nos dijeron que estábamos en el estado de Chiapas, nos indicaron como llegar a la entrada o desviación hacía Tenosique un punto llamado Emiliano Zapata, de ahí nos fuimos guiando por los letreros que en ocasiones veíamos, por fin llegamos a Tenosique, alrededor de las 11 o 12 de la noche, quizás por intuición nos estacionamos mero en la casa donde se encontraba la persona que después nos dijo que había sido esposa de Jesús, pero como desconfiaron de nosotros o quizás porque ya era muy noche, no nos prestaron mucha atención, nos dijeron que ellos no sabían nada, que buscáramos más abajo, así que allá vamos, unas cuadras más adelante nos encontramos con unos tipos que se estaban peleando a pedradas, motivo por el cual metimos reversa y nuevamente llegamos al mismo lugar, Enrique se baja y pregunta, ahora si ya dando pormenores, diciendo que él era el hermano de Jesús, es cuando sale una persona que se presentó como Jorge, nos hace pasar a su casa, al hacer las presentaciones nos comentan todo lo sucedido con Jesús y nos hacen ver que Chucho ya no se encuentra viviendo ahí, pero que esta en un lugar cercano llamado el Triunfo, nos ponemos de acuerdo en que al otro día, nos acompañara Jorge a visitarlo.
ESA SOMBRA.
El día de hoy justo cuando leía unas notas en el periódico, viendo la triste noticia de un ex-repartidor de periódicos del Sur que se había ahorcado por falta de empleo, de frente veía la noticia pero de reojo podía vislumbrar como una sombra se deslizaba de arriba hacia abajo, entonces dejaba la lectura y volteaba a mirar al lado, pero no veía nada, solo el resplandor del sol que daba en la acera, entonces me enfrascaba otra vez en la lectura, viendo al cuate pendiendo de una soga dentro de su casa, como lo conocí sentía escalofrío y lamentaba que hubiera tomado esa decisión, pero bueno, cada cabeza es un mundo y la verdad yo no sé que pudo haber pensado en ese momento de ponerse la soga al cuello, pero nuevamente de reojo veía claramente la sombra como subía y bajaba, nuevamente interrumpía mi lectura y regresaba mi vista hacía un lado y se los juro no veía nada anormal.
Yo siento que esta ingrata huesuda como que se burla cuando veo noticias de alguien conocido o de una persona que aprecie y que ya haya partido al más allá, me preguntaba, ¿qué es lo que veo de reojo?, pero no podía contestarme con algo que se apegara a la realidad, ya que cuando regresaba al lugar donde veía la sombra, todo era un reflejo del sol sobre el cemento de la banqueta, no quise ponerme nervioso, todo se debía quizás al cansancio que últimamente he estado experimentando, y que es lo que me hace ver cosas fuera de la realidad, pero que las aprecio en mi entorno, por lo cual decidí ya no hacer caso, así que tomé la determinación de ponerme a leer una revista, tomé una novelita de Marcial Lafuente Estefanía, nada de monos, pura letras, la historia lucía interesante, así que cruzado de piernas disfrutaba de su contenido, justo cuando se encuentran los muchachos de la película batiéndose en un duelo, nuevamente aprecio por el rabillo de mi ojo, esa mancha (no voraz) porque ignoraba de que se trataba.
Nuevamente a dejar la lectura, tratar de indagar qué demonios estaba sucediendo, así que ahí me tienen bajando poco a poco mis gafas y rápidamente dirijo la mirada hacía donde veía esa figura, pero nada, solo el resplandor del sol en esa plancha de cemento que es la acera peatonal, ya molesto conmigo mismo, decidí no hacer caso y ahora si en serio, porque me estaba inquietando sobre esta visión, a lo mejor la gente que me observaba, pensaba que estaba loco, porque hasta me paraba de la silla para buscar, incluso, pensaba que era alguien que trataba de gastarme una broma poniéndose a mis espaldas o moviéndose rápidamente de arriba hacia abajo.
La lectura se tornaba más interesante, ya aparecía en escena la mujer mancornadora culpable del duelo de estos dos valientes, ella una mujer con un cuerpo robusto, de unas piernas bien torneadas ocultas por el faldón y las grandes botas femeninas, su busto amenazaba con romper ese botón que sufría pegado en su blusa, sus labios mojados esperando premiar a quien saliera victorioso de esta lid, justo cuando los duelistas deciden dar por terminada tanta platica, decidiéndose que a la cuenta de diez sacarían sus revólveres y ganaría quien fuera más rápido, en el momento de llegar a 9, surge la maldita sombra otra vez a un costado de mi ojo, ya verdaderamente sacado de quicio, decido poner fin a tan grande molestia, así que cerrando los ojos violentamente, me despojo de las gafas, abriendo poco a poco mis ojos pero en dirección a las esquinas de cada uno (o sea, me puse bizco al revés, no junté mis ojos, sino que hice lo contrario los separé, uno en cada lado de mis cuencas orbitales, jajajajaja, creo que se dice así y si no, pues búsquenlo en el diccionario).
Poco a poco, voy abriendo mis ojos, pero ayudado por un pequeño espejo que usa mi mujer cuando se pinta los ojos, voy observando detenidamente, paso a paso y con gran calma el entorno de mis ojos, sin lentes no veo ninguna sombra, entonces clavo detenidamente la mirada sobre el espejo, es cuando caigo en la cuenta que esa maldita sombra, no es otra cosa que un pedazo de pestaña que con el viento ondeaba en la esquina de mi ojo, que susto de verdad, yo pensando en fantasmas e incluso en un coqueteo de la puros huesos, así que lleno de alegría vengo y me despojo de ese pequeño vello, sonrío y digo, ahora si a leer mi novela en paz, pero justo cuando me estoy poniendo mis cristales, con tremendo terror nuevamente veo esa sombra, ahora si es el acabose, pero no, fue solo la sombra de un colectivo que pasó raudo y veloz por ganarse el pasaje.
Lo más triste de todo, es que por hacerla de Sherlock Holmes, ya es hora de cerrar el negocio, así que la lectura debe de esperar, ya que no puedo cambiar las reglas que me rigen en el manejo de mi horario laboral, en mi casa ya me esperan mi esposa y mi hijo, ¿les contaré lo que me sucedió?, no mejor no, de por si tengo fama de que escribo muchas fantasías y de que vivo en las nubes, así que lo mejor me bajo de ellas y aterrizo en mi hogar para disfrutar de mi pequeña familia y de una buena serie de televisión, sin quererlo llené todo un espacio de las tonterías que a veces me suceden.
Yo siento que esta ingrata huesuda como que se burla cuando veo noticias de alguien conocido o de una persona que aprecie y que ya haya partido al más allá, me preguntaba, ¿qué es lo que veo de reojo?, pero no podía contestarme con algo que se apegara a la realidad, ya que cuando regresaba al lugar donde veía la sombra, todo era un reflejo del sol sobre el cemento de la banqueta, no quise ponerme nervioso, todo se debía quizás al cansancio que últimamente he estado experimentando, y que es lo que me hace ver cosas fuera de la realidad, pero que las aprecio en mi entorno, por lo cual decidí ya no hacer caso, así que tomé la determinación de ponerme a leer una revista, tomé una novelita de Marcial Lafuente Estefanía, nada de monos, pura letras, la historia lucía interesante, así que cruzado de piernas disfrutaba de su contenido, justo cuando se encuentran los muchachos de la película batiéndose en un duelo, nuevamente aprecio por el rabillo de mi ojo, esa mancha (no voraz) porque ignoraba de que se trataba.
Nuevamente a dejar la lectura, tratar de indagar qué demonios estaba sucediendo, así que ahí me tienen bajando poco a poco mis gafas y rápidamente dirijo la mirada hacía donde veía esa figura, pero nada, solo el resplandor del sol en esa plancha de cemento que es la acera peatonal, ya molesto conmigo mismo, decidí no hacer caso y ahora si en serio, porque me estaba inquietando sobre esta visión, a lo mejor la gente que me observaba, pensaba que estaba loco, porque hasta me paraba de la silla para buscar, incluso, pensaba que era alguien que trataba de gastarme una broma poniéndose a mis espaldas o moviéndose rápidamente de arriba hacia abajo.
La lectura se tornaba más interesante, ya aparecía en escena la mujer mancornadora culpable del duelo de estos dos valientes, ella una mujer con un cuerpo robusto, de unas piernas bien torneadas ocultas por el faldón y las grandes botas femeninas, su busto amenazaba con romper ese botón que sufría pegado en su blusa, sus labios mojados esperando premiar a quien saliera victorioso de esta lid, justo cuando los duelistas deciden dar por terminada tanta platica, decidiéndose que a la cuenta de diez sacarían sus revólveres y ganaría quien fuera más rápido, en el momento de llegar a 9, surge la maldita sombra otra vez a un costado de mi ojo, ya verdaderamente sacado de quicio, decido poner fin a tan grande molestia, así que cerrando los ojos violentamente, me despojo de las gafas, abriendo poco a poco mis ojos pero en dirección a las esquinas de cada uno (o sea, me puse bizco al revés, no junté mis ojos, sino que hice lo contrario los separé, uno en cada lado de mis cuencas orbitales, jajajajaja, creo que se dice así y si no, pues búsquenlo en el diccionario).
Poco a poco, voy abriendo mis ojos, pero ayudado por un pequeño espejo que usa mi mujer cuando se pinta los ojos, voy observando detenidamente, paso a paso y con gran calma el entorno de mis ojos, sin lentes no veo ninguna sombra, entonces clavo detenidamente la mirada sobre el espejo, es cuando caigo en la cuenta que esa maldita sombra, no es otra cosa que un pedazo de pestaña que con el viento ondeaba en la esquina de mi ojo, que susto de verdad, yo pensando en fantasmas e incluso en un coqueteo de la puros huesos, así que lleno de alegría vengo y me despojo de ese pequeño vello, sonrío y digo, ahora si a leer mi novela en paz, pero justo cuando me estoy poniendo mis cristales, con tremendo terror nuevamente veo esa sombra, ahora si es el acabose, pero no, fue solo la sombra de un colectivo que pasó raudo y veloz por ganarse el pasaje.
Lo más triste de todo, es que por hacerla de Sherlock Holmes, ya es hora de cerrar el negocio, así que la lectura debe de esperar, ya que no puedo cambiar las reglas que me rigen en el manejo de mi horario laboral, en mi casa ya me esperan mi esposa y mi hijo, ¿les contaré lo que me sucedió?, no mejor no, de por si tengo fama de que escribo muchas fantasías y de que vivo en las nubes, así que lo mejor me bajo de ellas y aterrizo en mi hogar para disfrutar de mi pequeña familia y de una buena serie de televisión, sin quererlo llené todo un espacio de las tonterías que a veces me suceden.
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