domingo, 6 de diciembre de 2009

¿VERDAD QUE DUELE?


Eran días que me pasaba dando vueltas por los mismos lugares;

Noches largas en que me asaltaba el insomnio, y sólo la almohada sabía cuantas vueltas daba en mi cama;

Tardes en que trataba de apaciguar mi deseo de ir a buscarte, mirarte o saber algo de ti;

Fueron días, semanas, meses o tal vez años, en que de todas las formas posible, trate de sacarte de mi corazón, de mi mente y de mi cuerpo;

Dios fue testigo de todo mi sufrimiento, de todo mí pesar, porque a veces en él me refugiaba, en él depositaba mi dolor, en mis oraciones, supe transportar toda mi carga de abatimiento, sólo él pudo mandarme el consuelo y la recuperación;

Hoy, que tus amigas me cuentan que por tu orgullo no me buscaste, que lamentas demasiado todo el daño que me hiciste, que has buscado el momento o circunstancia para aparecer en los lugares que frecuento, que tu vida =según tú= es un infierno, que no puedes vivir porque no has encontrado un amor noble y sincero como el que te di;

Hoy que te suceden muchas cosas que jamás te imaginaste, hoy con gran tranquilidad y regocijo en mi corazón, sólo te puedo expresar: “¿VERDAD QUE DUELE?”

AMIGO DE MI ALMA.

Héroe de mil batallas, compañero fiel de toda mi infancia, orgullo inquebrantable, tesón siempre sostenido, todo eso y toda la grandeza lo eres tu mi fiel compañero.

Te he visto bregar por la vida con todo el ímpetu que te caracteriza, jamás te me doblaste cuando tenía que cumplir con ciertas citas, siempre fiel, siempre leal, por causa mía sufriste enfermedades, pero era lógico que yo jamás te dejaba solo, siempre te atendía y te daba lo necesario para que siguieras fuerte y sano.

Jamás tuviste límites, nunca te puse un freno, siempre rebelde, siempre erguido, atento a los reclamos de tu amigo para poder hacer un buen papel. Nunca oí de ti un quejido, un reproche o un acto de rebeldía que me hiciera suponer que ya estabas harto de mí, porque fuiste consecuente y quizás un poco alcahuete, pero, como dicen los chavos de hoy, “siempre aguantaste vara”.

Hoy que han pasado los años, hoy que te veo un tanto cargado del costal del tiempo, siento que abuse mucho de ti, y nunca fui para darte un agradecimiento, porque te lo reconozco, creciste a la par mía, a la forma tan mezquina que siempre he tenido, no dejo de lamentarme que quizás te hice madurar a muy temprana edad, cuando tu eras solo un polluelo y necesitabas tener otra clase de diversiones, pero no, ahí estaba mi terquedad para que hicieras lo que a mí me satisfacía, lo que me daba un gran gozo y alegría a todo mi cuerpo.

Siempre de mis extravagancias, salías derrotado todo golpeado y amedrentado por tener que estar en lugares tan inhóspitos en los cuales te hacía entrar, pero jamás te rebelaste, seguías el curso de mis instintos y de mis pasiones tan desbordadas.

Hoy que mi cuerpo necesita reposo, que los años me han vuelto más prudente y cauteloso, hoy que mi pelo se ha llenado de esa riqueza plateada, que mis manos poco a poco se van encogiendo, que en ellas aparecen las primeras pecas, que mi andar se esta volviendo un poco lento, que algunas enfermedades me rondan como pretendientes, hoy que mi rostro se ha transformado, regreso mi vista hacía ti, y, veo con mucho asombro que tal parece que en ti, los años no han pasado, sigues igual de jovial, igual de atrevido aunque con un poco de retardo en tu accionar y en tu actuar, pero desafortunadamente sigues complaciéndome.

No puedo más que agradecerte por todos los años que me has dado felicidad, que me has llenado de tanta emoción y cosquilleo dentro de mi cuerpo, que junto hemos andado por ese sendero que se llama la vida, y de la cual tu me diste lo mejor que yo podría haber recibido, que has sido la sangre de mi sangre, carne de mi carne, ferviente latido de mis sentimientos desbordados, hoy, con todo mi amor y de corazón de te lo digo, GRACIAS MI QUERIDO PENE.

domingo, 21 de junio de 2009

TE DESEO LO MEJOR.



Deseaste que te amara, y como a nadie te llegué a amar;
Me pediste fidelidad y cariño, las dos cosas sin reserva te entregue;
Me exigiste toda mi atención, y aún con el temor de terminar con mis amistades te la di;
Renuncie a mis habitos, para acostumbrarme a los tuyos, porque mi tiempo era solo de ti;
Me exclamabas que te recordara a cada rato y aquí me tienes sin poderte olvidar;
Muchas cosas me pediste y a todos tus caprichos me doblegue, y de nada sirvio porque muy pronto me llegó tu olvido y junto con el la separación.
Y aquí me tienes, esperando tu regreso y tu amor también, pero sé que ninguno de los dos retornara a mi, porque jamás fuiste sincera , solo querías llenar tu vanidad y lo conseguiste al precio de lastimarme.
Pero sabes, no me arrepiento de haberte amado, de entregarte mi corazón y todo mi ser, porque en el tiempo que lo hice fui feliz.
No te deseo ningún mal, al contrario, te deseo todo lo mejor de la vida, porque supiste ilusionarme, y también tuviste la primicia de ser quien destrozara mis ilusiones.

Más sin embargo, todo esto me quedó como una lección, porque jamás llegaré a amar a otra persona como a ti, porque seré más reservado en demostrar mi sentimiento, sobre todo tendré la precaución de poner a prueba el amor que me ofrezcan.
No será culpa tuya mi actuación, será culpa de mi pobre corazón que se enamoró sin fijarse de quien, fue tan ciego y torpe que no se conectó con la mente para poder decidir, pero viendolo bién el tampoco es el culpable, le echare todo el pecado a mis ojos, porque ellos te vieron primero y quedaron prendados de tu figura, si, esa es la mejor solución.
Desearte algún mal, o que te hagan lo mismo que me hiciste a mi, sería demostrarte que jamás tuve un gran sentimiento por ti, sería fingirte una gran indiferencia u odio, cuando por dentro mi pecho esta gritando tu presencia, anhelando tu cuerpo, extrañando tus caricias, no, jamás pensaré en desearte alguna deficiencia en el transcurrir de tu existencia, de corazón, solo te deseo que seas feliz, porque viendo que lo eres, yo también me sentire igual.

¿VERDAD O MENTIRA?


En un país encantado en donde lo increíble se vuelve realidad, lo ficticio se hace creíble, ahí donde las más hermosas flores son cultivadas, lugar en el cual existen todos los dones otorgados por la naturaleza, ahí vivía un padre desolado, sin animo de disfrutar de todas las bondades que existían a su alrededor.

La vida para él transcurría igual que siempre, para él no había cambios en su rutina, todos los días era lo mismo, se sentía solo, deprimido, abandonado, encerrado en sus mismas cavilaciones, asaltándolo los mismos recuerdos, viviendo de sus añoranzas y muriendo en sus tristezas.

¿Cómo hacer para realizar cambios? ¿Cuál debería ser su actitud ante tal situación? cuantas veces se preguntaba siempre lo mismo, y siempre eran las mismas respuestas, no encontraba salida a sus tormentos, solución a sus dudas, calma a sus remordimientos, ¿Por qué a mi Señor, por que? y jamás le llegaba la respuesta. A pesar de estar en un lugar maravilloso, a él jamás le llegaban sus beneficios.

Un día a su vida llegó la persona que siempre estaba esperando, pero imaginaba que venía en un plan de rebeldía, de reproches y de verdad no lo entusiasmo mucho la idea de verla, pero, se equivocó rotundamente, ella llegó en un plan cordial y podría decirse que llena de amor hacía él, con sus palabras lo desarmó completamente, sus argumentos fueron tan convincentes que él estuvo a punto de derramar unas lagrimas, pero su orgullo las supo retener, se quedó impávido, sin palabras, sin reproches, sin ganas de explicar nada, ella lo había dicho todo, fue tan explicita que poco tenía que agregar, sólo reconocer que ante él atesoraba a la joya que un día había extraviado.

Se ilusionó, hizo planes, reactivo su vida, todo tenía que cambiar, el sol nuevamente brillaba para él, existían razones para seguir viviendo, coexistía un motivo para levantar el ánimo, su panorama cambió totalmente, ahora veía hermoso ese lugar en donde por mucho tiempo todo le parecía oscuro y tétrico, hoy era otro, le habían inyectado nuevos ánimos para seguir viviendo, se preguntaba: ¿acaso estoy soñando? si es así, por favor no me despierten, porque es el sueño más hermoso jamás tenido. Si esta felicidad llegaba tarde, no importaba, más vale tarde que nunca.

Pero bien se dice que lo bueno tarda poco y se disfruta igual, y cuando uno cree que la felicidad que tocó a su puerta es para toda la vida, vuelve a uno a la realidad, esa realidad que creía uno se había alejado para siempre. Esa persona que un día llegó de una forma diferente a su vida, volvía a mostrar la careta de la indiferencia, del importa poco, nuevamente las frustraciones, el desencanto, y otra vez la misma interrogante: ¿Por qué a mi Señor, por que? y nuevamente el silencio, no existía el eco a esa interrogante, eran palabras al viento que el viento se encargaba de alejarlas para que no se escuchara ese lamento.

Y, como al principio, en ese lugar encantado y encantador, en donde lo increíble se hacía realidad y lo ficticio se hacía creíble, ahí en ese lugar se encontraba un hombre solo, esperando a que su suerte cambiara, esperando encontrar nuevamente a esa joya que otra vez se le volvió a extraviar.

domingo, 29 de marzo de 2009

NO LE TEMO A LA VEJEZ.


De niño soñaba y ansiaba ser joven, siendo joven pensaba lo mismo pero de ser un señor con una familia, cuando tuve mi familia deseaba llegar a la madurez, en este momento no temo llegar a ser un anciano.

Existen personas que menosprecian llegar a esta edad, -según la tercera edad- pero yo no, porque pienso que es en esta etapa en la cual llega uno a la reflexión, a pensar más detenidamente en sus actos, a disfrutar mas calmadamente la vida, a sonreír con la familia, a disfrutar a los nietos, volver a ser padres con ellos, porque uno no termina de criar a los niños.

Mi niñez la disfrute en medio de tantas carencias pero lleno de mucho amor, no creo que haya sido sufrida, sino más bien de una vasta muestras de superación, tuve una rápida transformación pues a temprana edad tuve que madurar, tanto física como emocionalmente, pero fue algo hermosa mi niñez.

En mi juventud el transitar fue un poco entre espinas y obstáculos, pero la disfrute, porque en esta etapa fue que conocí lo que era el amor, -o al menos lo que yo creí que lo era-, me amaron, tuve la fortuna de tener toda clase de mujeres de las cuales de cada uno tengo un singular recuerdo, quizás sea un poco presumido al externar que fui amado, pero esa es la verdad, no me considero guapo, pero si con suerte.

Mi vida ya de adulto, ha sido la más esplendorosa, han sido momentos de calma, mucha tranquilidad respecto al amor, me he asentado en ser feliz con una hermosa mujer, acompañándonos un muy sincero y noble hijo. Tengo la dicha en mi hogar, tengo la paz en mi corazón, tengo la serenidad en mi mente pero también la firmeza en mis decisiones. He cambiado totalmente y en todos aspectos, ya pienso y razono mis actos y me conduzco con toda la rectitud para ejemplo de mi familia.

Avizoro los tiempos de la vejez, pero no me asusta, he conocido gentes que viven su ancianidad con tanta dicha, que los envidio, parejas que pasan por mi vista y todavía derrochan mucho amor, familias con sus abuelitos bonachones y felices que acuden a la iglesia, un poquito de tranquilidad en nuestro alocado ser es necesario a esa edad, personas que a pesar de tener que usar bastón para moverse lo hacen con una candencia que tal parece que el tiempo no ha podido vencer.

Dice la poesía Juventud divino tesoro que te vas para no volver, quizás yo diría Vejentud divina etapa, que te tardas para disfrutar, ya me veo en mi sillón con mis nietos en mis piernas disfrutando las caricaturas de Tom y Jerry o de los Power Rangers, o si bien me va, la de Cenicienta o la de Blanca Nieves y los 7 enanos, con mis pantuflas o mi pijama, con mi mujer a mi lado poniéndome un poco de alcohol en las piernas por mis reumas, o dándome masajes en la espalda.

A poco no se siente bonito exponerlo, por eso lo repito, a mi no me asusta la vejez, siento que es el premio que la vida nos da, por llevar una vida ordenada fuera de tantos problemas y sinsabores, dentro de los parámetros que nos indica la naturaleza para llegar a esa edad, noto más paz en los rostros de esas personas, un remanso de tranquilidad, siempre rodeados de sus familiares, consentidos de todos y mimados por todos, de verdad siento que incluso sus canas son el tesoro que nunca pudieron tener sus arrugas son los surcos de tantos caminos tan accidentados que tuvieron que transitar, la caída de sus dientes fueron por tantas visitas que le hizo el ratón, su cuerpo doblegado por los miles de problemas que tuvieron que resolver pero que jamás los quebraron.

Esa es la vejez, que muchos jóvenes menosprecian porque creen que la juventud les va a durar toda la vida y hacen mofa de los ancianos, sin saber que quizás esa etapa es la mejor forma de demostrar que aún se tienen ganas de seguir viviendo, que el tiempo aún no los ha podido vencer, que nuestro Padre Eterno todavía tiene asuntos pendientes que encomendarle, que todavía faltan miembros de la familia por conocer, en fin cosas que podría seguir escribiendo para demostrar que no hay que temer a la vejez.

A MI FLAQUITA.


AMOR, sentimiento diseñado por nuestro padre eterno, para vivir en armonía con nuestros semejantes;

MUJER, ser existente para proporcionarnos la felicidad;

SILVIA, nombre de la mujer llena de amor que es la razón de mí vivir.

Así como el mar no tendría razón de ser sin sus olas, así como el firmamento se vería incompleto sin su sol, luna y estrellas, así mi vida sin ti no tendría razón de ser.

Cada latido de mi corazón es un suspiro para tu persona; podrán morir los cedros, podrá morir el día, pero mi amor por ti seguirá vivo y firme como un roble y resplandeciente como una nueva alborada.

Dios creo a la mujer para ser compañera del hombre, pero el mismo Dios te mandó a mi vida para que seas el aliciente que mueva el motor de todo mi cuerpo.

Siempre bendeciré a tus padres por haberme otorgado a esta criatura que es el iris de mis ojos, eres el aire que inunda mi cuerpo y sobre todo, eres la única razón de mí existir. Jamás imagine que mi Padre Eterno se fijara en mí, y dejase a su reino sin un ángel para mandármelo y fuera la compañía ideal en este mundo terrenal.

Te amo sobre todas las cosas, te llevo siempre dentro de mi, y con el corazón en la mano te expreso: tu significas mucho para mi, porque sin ti la vida no tiene ningún significado, tu has llenado mi mundo con tu presencia, me has enriquecido y fortalecido, me has dado la dicha de ser padre, con ese hijo que es un dechado de bondad y de humildad, por eso, no encontrando unas palabras tan fuertes que resuenen y te hagan vibrar, solo puedo decirte: Gracias mi flaquita adorada, te quiero mucho y por siempre te amaré.

jueves, 12 de febrero de 2009

¡QUE DIFICIL!


Que difícil es vivir la vida cuando no se tiene el ánimo de seguir viviendo;

Que difícil es convivir con nuestros semejantes, cuando no se tienen las ganas de seguir respirando el aire de este ambiente;

Que difícil es encontrar un amor, cuando no se tiene la suficiente fuerza para seguir amando;

Que difícil es mirar con ternura, cuando se tiene el alma tan dañada;

Que difícil es decir te quiero, cuando nuestros labios han sido corrompidos por tantas mentiras;

Que difícil es besar a alguien, cuando nuestra boca esta envenenada de tantos ósculos llenos de hipocresía;

Que difícil es escribir poemas llenos de amor, cuando nuestra mente esta estacionada en tantos deslices;

Que difícil es creer en un Dios, cuando la adversidad nos está dominando;

Que difícil es madurar, cuando nuestra mente se ha quedado estancada en una época;

Que difícil es salir de un apuro, cuando te sobran muchas necesidades, pero te faltan brazos que te tiendan para ayudarte;

Que difícil es tener recursos económicos, cuando tienes muchas deudas monetarias;

Que difícil es poder ayudar a alguien, cuando no se deja que lo ayuden;

Que difícil es ser Padre, cuando tu pareja no te deja acercarte a tus hijos;

Que difícil es amar a nuestros recién nacidos, cuando te separan de ellos, te los esconden y te los niegan para que no puedas ofrecerle tu cariño;

Que difícil es mirar el mañana, cuando tienes todavía compromisos en tu pasado;

Que difícil es enseñar cuando se es analfabeto;

Que difícil es llorar a nuestros muertos, cuando te tachan de ser hipócrita;

Que difícil es entender a nuestros hijos, cuando se creen suficientemente capaces y apenas les vienen saliendo las alas;

Que difícil es llevarse un bocado, cuando sabes que hay mucha gente hambrienta en el mundo;

Que difícil es hablar de Dios, cuando tu alma esta llena de egoísmo y rencores;

Que difícil es volver a vivir la vida, cuando le han quitado la vida a tu Madre;

Que difícil es pronunciar la palabra perdón, cuando te han ofendido demasiado;

Que difícil es decir Papá a aquel que un día maldijo cuando tú naciste;

Que difícil es presenciar a un hijo cuando esta sufriendo y tu no puedes hacer nada;

Que difícil es cuando sin tener trabajo, tus hijos te piden regalos para un día de reyes o de Santa Claus;

Que difícil es mirar tanta comida y no tener siquiera para un taco;

Que difícil es decir adiós a una persona que tanto amas;

Que difícil es mirar a tu Madre dentro de un ataúd;

Que difícil es querer y no poder, poder y no tener, tener y no saber, saber y no compartir;

Pero que difícil es vivir, sin querer vivir, amar sin querer amar;

Más difícil aún es dejar a tus hijos que vivan su propia vida, cuando los tuviste a tu lado toda una vida;

Que difícil, que difícil y que difícil, pero aún con todos estos inconvenientes lo más difícil es que sin tener fe, sin creer en los milagros, sin desear tener una religión, te aferres a la idea que no existe un Dios que nos hace ser y deshacer, amar, querer, y sobre todo a decir que por algo estamos en esta vida.

¿Tú crees que todo esto es muy difícil?

viernes, 9 de enero de 2009

ADIOS, AMIGO MIO.

(EN TU MEMORIA AUGUSTO *27 ags.1962 +25 nov 08)
De verdad, me causo un hondo pesar la noticia que por conducto de mi hija se me daba, no podía creerlo, de verdad, no quería creerlo, pero era verdad, momentos antes de la llamada tu habías emigrado hacía un lugar desconocido para todos los mortales, habías partido como siempre en vida lo habías hecho, sin decir nada, ni una explicación ni siquiera una señal, pero te habías marchado.

Tu ausencia deja un enorme vacio en muchas vidas, en muchos seres, que supimos o más bien tratamos de entenderte para saber convivir contigo, porque fuiste algo especial, porque fuiste una persona no tan fácil de comprender por tus inquietudes, pero así fuiste, no tratare de justificar tus acciones, no me corresponde hacerlo, pero si podré expresar el porque te llegue a estimar demasiado.

Podría decirte cuñado o compadre, pero el termino más aceptable para mi sería el decirte mi amigo, porque eso fuiste para mi, una persona que me supo entender en el poco tiempo que conviví con tu hermosa familia, aún tengo presente todos los conceptos que vertiste cuando me conociste y además todas las prevenciones que me hiciste para que pensara seriamente en el emparentar con tu familia.

Sabes, no sabes cuanta razón tenías, pero sin embargo fui terco y emparentamos, como olvidar los pequeños momentos que convivimos, o la ocasión en que me prestaste tu pequeño datsún blanco, para llevar mi ropa que me habían tirado al patio de la casa en la que yo pagaba la renta, jamás lo olvidaré.

Tampoco olvidaré, cuando veías que las cosas se ponían de color de hormiga con tu familia y mejor, con cualquier pretexto me sacabas y nos íbamos a otro lugar a platicar, creo que sería ingrato no reconocer que por ti pude estar en la ceremonia del bautizo de mi hija, y, claro que me gustó que tu fueras el padrino de mi nena, porque sabía del gran amor que le tenías, pero también el gran aprecio que gozaba de tu parte.

No mencionaré tus títulos o especialidades que tenías, no, porque esos se quedaron contigo, esos ya nadie los va a utilizar, fueron solamente tuyos, de verdad muy tuyos, fueron el orgullo de tu familia y porque no decirlo fueron los alicientes para seguir mejorando, yo osare tomar para mi, tu amistad esa que quizás solo este conmigo, no pienses que por haberte ido de este mundo terrenal debe uno hablar muy bien de ti, no, porque sería pecar de muy zalamero y tu me conociste, yo no soy así, yo soy franco y digo las verdades aunque duelan, aunque lastimen sensibilidades, pero así soy yo.

Y, quizás esa característica también tuya, haya sido la que nos hermanó, la que hizo entendernos, que aunque a veces tenías un genio disparejo que lo mejor era salir por piernas, pero todo eso dentro de lo normal, te lo vuelvo a repetir, de verdad sentiré mucho tu ausencia, porque quizás fuiste la segunda persona en el orden de tu familia, que me supo tratar como quería ser tratado, me hablaste con verdades que me hicieron pensar que tu no querías ser mi cuñado, pero que con el tiempo fue realidad lo que me advertías.

El sentir de todos los que te pudimos tratar, es de tristeza, es de dolor, es de rabia de ver que nuestro señor, se lleva a la gente buena, a la gente trabajadora, a la gente que busca su superación para el bienestar de su familia, pero en fin, a lo mejor, ya no había algo en que te ocuparas aquí en la tierra que nuestro Padre Eterno te llevo con el para emprender un nuevo proyecto allá arriba.

Sé que lograste obtener un beneficio para tu querida escuela, te felicito, pero quizás mi felicitación vaya más allá, porque por ese detalle obtuviste el reconocimiento de muchos alumnos que te consideran como amigo benefactor, todo eso lo oí en los comentarios cuando fui a tu velada, me imagino que tu ahí en el lugar en que te encontrabas acostado durmiendo, también los escuchaste y presiento que tu querías ampliar aun más ese sueño que se cumplió, porque ese fue tu afán el de ayudar, no por algo en una visita en que nos vimos en la ciudad de México, te dije que tenías alma de guerrillero, y tu explotaste en una carcajada, contestándome que ocurrencias las mías, pero ya vez yo también le atine.

Podría ser recordando miles de cosas más, pero no es necesario, porque al igual que yo, existen muchas personas que tienen buenos detalles tuyos, solo puedo decirte algo que desde el fondo de mi corazón brota muy sinceramente, de verdad no sabes cuando te voy a extrañar, porque sé del gran amor que le tenías a tu familia, a la vida, a tu profesión, a tus amistades, pero sobre todo ese gran cariño que tenías por mi hija, y eso con nada podré agradecértelo, más que con una frase, aunque un poco trillada pero representa todo el sentimiento que uno puede expresar, Gracias compadre, gracias cuñado pero el mejor concepto GRACIAS, QUERIDO AMIGO.

jueves, 1 de enero de 2009

SE ME OLVIDO.


Al momento de conocerte se me olvidó mi forma de vivir, tú lo cubrías todo, eras lo que tanto había esperado, ese ángel que me miraba, que estaba atenta a lo que yo dijera, sé que te apasione con mi forma de ser, pero la verdad tu me enterneciste mas por esa hermosura que cubre todo tu cuerpo, por esa sonrisa angelical que emiten tus delgados labios, por esa voz tan bien timbrada que se apodera de mis oídos, por todo lo que tu representas, por todo eso fue que algo se me olvidó.

Cuando empezamos a andar como amigos, me gustó demasiado tu forma de cubrir todos los temas que me exponías, me agradó tu amplio conocimiento sobre diversos tópicos de la vida, además me cautivo ese gran amor que le tienes a la existencia, así te conocí tan amena, tan amable, tan cordial pero sobre todo tan sencilla, todo eso me hizo cada día enamorarme más y más de ti, eran noches y amaneceres en vela siempre pensando en ti, te tenía tan metida en mi corazón que se me hacia imposible hacerte a un lado, aun en los momentos mas tediosos de mi trabajo, ahí estabas, en las platicas con mis amigos tu nombre surgía, pero algo se me olvido decirte.

A los pocos días de conocernos o quizás fueron semanas, te pedí que si deseabas ser mi novia, me contestaste que si, ese día fue el más maravilloso de mi vidorria, empecé a tomar la vida con más calma, volví a sonreírle a todos, me torné más tratable, en mi trabajo me convertí en una hormiguita, en todas partes estaba, tu amor me cambió en único, volví a amar, reanudé a creer en la mujer, porque tu fuiste el bálsamo que se untó a mi cuerpo para devolverle la vitalidad que creí que ya había perdido.

Pero dentro de mi me sentía muy culpable, porque a pesar de todo lo que me has dado, al estar contigo se me ha olvidado algo, sé que no he sido sincero contigo, de mi amor ten la certeza de que es verdadero, te quiero con todas las fuerzas que mi pobre cuerpo pueda desarrollar, mi corazón sólo tiene una dueña y esa eres tu; Los momentos más felices que últimamente he pasado han sido a tu lado, tu transformaste mi vida, tu cambiaste mi semblante, ahora río, gozo, disfruto y me convenzo que esta vida es la que quiero vivir.

De ti no tengo la menor duda que soy el amor de tu vida, me lo has demostrado, sé que soy el hombre ideal para una mujer ideal como lo eres tu, me has hecho sentir todo tu cariño, lo puedo sentir en el calor de tu cuerpo, lo puedo ver en el brillo de tus ojos, puedo presentirlo por el latir de tu corazón, pero quiero que sepas que lo mismo que sientes por mi es reciproco, porque te quiero, te adoro y te extraño en los momentos en que no te encuentras junto a mi, eres la media naranja que por mucho tiempo estuve esperando, pero que quizás por algo que se me olvido decirte no sea el prototipo de hombre que tu esperas para poder unir tu vida.

Me siento tan ilusionado que desearía contigo formar un hogar; Un hogar en el cual me estuvieras esperando para dar rienda suelta a nuestro cariño, un hogar que bien podríamos formarle al hijo o hijos que deseáramos tener, ese hogar que sería nuestro cómplice en nuestras noches de amor y de entrega total en la intimidad de nuestra recamara, ese nidito de amor que serviría para ver a nuestras familias reunidas, ver a nuestros hijos correr por todo lo largo y ancho del lugar, pero me entristezco demasiado ver que estos sueños jamás se podrán realizar por algo que se me olvidó.

Sé que te debo una explicación y como hombre, o tal vez como un enamorado insaciable de tu persona debo de expresarte lo que se me olvido decirte cuando te conocí, que se me siguió olvidando cuando te pedí que fueras mi novia, pero ahora que soy yo el que quiero tener una relación tan sería como el llegar al altar los dos juntos, antes de que suceda algo más en nuestras vidas, debo de tener la entereza de decírtelo antes de que comentes con tu familia nuestra relación, sabes, se me olvido decirte que SOY CASADO.

LA YEGUA Y EL GARAÑON








Cuantas veces he acudido al zoológico para deleitarme la vista con los animales, me gusta ver que en el reino animal, se tenga también ese sentimiento tan bonito que es el amor, leones feroces lamiendo a su pareja en señal de cariño, esas focas que se unen con sus aletas para abrazarse, los monos colgándose y así boca abajo uniendo sus cuerpos para balancearse y besarse, los mismos elefantes elevando sus trompas para pasarse la comida, en fin, esos habitantes del reino animal se ven tan felices que olvidan su condición de estar encerrados para disfrutar y amarse sin que los cohíba el hecho de que son objetos de las miradas de los miles de paseantes -¿o curiosos?- que se detienen en sus jaulas a admirarlos.

Hace tiempo tuve un sueño, me vi convertido en un caballo compañero de un garañón, el cual disfrutaba de la compañía de las yeguas, sin importarle si tenían pareja o no, si tenían potrillos o no, en fin era un corredor incomparable, me gustaba verlo, era mi admiración, a todas partes lo acompañaba, el me dejaba hacerlo, porque era un vanidoso, le gustaba lucir sus conquistas ante mi, pero, ese Garañón tenía algo de especial, le gustaba conversar, era un maestro en el arte de hablar, con esa facilidad emitía consejos, lo que tenía de conquistador lo tenía de buena persona al preocuparse por el bienestar de los demás, aconsejaba para que las parejas tuvieran una buena relación marital.

En una ocasión trotando en las praderas, se encontró con una potranca de muy buena estampa, con ancas bien delineadas, un rostro bien formado, todo en ella era perfecto, el único defecto que él le encontró fue que esa bestia tenía su macho, junto con una familia de lindos potrillos, le sedujo esa familia, se acerco a ellos en plan cordial, ella lo aceptó como su consejero, lo llegó tanto a estimar que nada le ocultaba a su macho, quien ocupado en galopar por la pradera, se pasaba todo el tiempo fuera de la manada, ausencia que bien aprovechaba el Garañón para frecuentar a esa familia. Era un seductor, un calavera, pero desafortunadamente pecaba de sentimental, ya que le ganaba el cariño por esos potrillos, pensando que así fue él en su infancia, era muy cariñoso con esa familia.

Sucedió un día en que a la Yegua se le antojó cabalgar en compañía del Garañón, salieron a la campiña a retozar, a admirar el resplandor del día, a disfrutar del agua gélida de la cascada, el alba era propicia para trotar y llenarse los pulmones de ese aire tan limpio y puro que sólo existe en el campo. Con la complicidad de la espesura de los matorrales, se unieron en uno solo, cruzaron sus miradas, comprendiendo al instante que se atraían el uno al otro, se revolcaron, hicieron eso que los humanos llaman el amor. Tuvieron una relación sexual muy a su manera, pero disfrutaron del momento, solo el eco fue el reflejo de sus relinchidos de felicidad; esperaron en el campo la llegada del atardecer para volver donde estaba el resto de la manada.

El Garañón se sintió molesto consigo mismo, porque no era eso lo que él quería, él admiraba a esa Yegua, quería mucho a los potrillos, respetaba a la manada, pero sucedió y no era momento de arrepentirse, el sabía lo que eso significaba, no en vano ya había andado correteando con varias yeguas, nunca sintió remordimientos, pero ahora era diferente, había correteado con esa Yegua sin pensar en correrse, el sólo quería estar con ella, admirar esa belleza equina, contemplar sus formas, acariciar con su hocico sus sedosas crines, mirarse en sus ojos tan cristalinos como el agua del hermoso lago que se encontraba frente a ese campo frondoso.

Pero él era así, solo le gustaba vivir la vida, porque él era libre, no le ataban ninguna clase de ligaduras, a los amos que había tenido se les había fugado, porque su vida era el campo, su Padre el Sol y su Madre la Luna, así era él. Más la desilusión llegó tiempo después, cuando constató que la Yegua no era la clase de animal que el se había imaginado, les gustaba trotar con otros, correteaba a campo abierto, importándole poco sus potrillos, ella vivía su vida, sin importarle el mal que le hacía a su macho, no hacían efecto todos los consejos que ella recibía, solo quería vivir la vida sin tener que adoptar ninguna obligación, era triste verlo, pero así la miraba el Garañón.

Después de su encuentro amoroso, jamás la volvió a buscar, no quiso ser participe de su desgracia, porque en cualquier momento le echarían el lazo y acabaría encerrada en cualquier corral, lejos de su gente, lejos de su campiña, lejos del amor de su familia, pero lo más importante lejos de su libertad. El Garañón ya no volvió a cruzar relinchido con ella, solo se limitaba a verla de lejos, pensando que él la creía otra clase de animal, pero que rápido lo desilusiono; Él, que tanto se había arrepentido de lo sucedido, que en las noches volvía el rostro hacia el firmamento, con la esperanza de que en alguna estrella se reflejara su estampa; Ella, que quería separarse de la manada para relinchar en otras campiñas.

Cuantas veces no relinchó de coraje por no poder hacer nada para remediar este fracaso, las muestras de cariño ya no encajaban, los modelos de vida tampoco, los mordiscos menos, entonces sólo había que esperar un milagro, pero habría que tener paciencia para esperarlo, el Garañón sólo pedía la felicidad de esa Yegua, sólo quería ver la alegría de una nueva vida; Para el importaba la Yegua, el lograba seguir vagando, sabía seguir correteando a las yeguas que se le pusieran enfrente, porque así vivía feliz, ese era su gusto, pero le preocupaba la Yegua, con gusto daría toda su vida si ella lo hubiera entendido, que el jamás quiso retozar con ella, porque el tenia mejores amantes que correteaba con placer por el campo, a el no le enseñaban el enseñaba, por eso era un Garañon.

Más todo acabo, la ultima vez que lo vi, me contó que se iba triste por no haber sido realmente comprendido por esa Yegua, se iba lejos a otras llanuras, a buscar otra manada, que no tiene hogar, ni tierra, ni manada; Sus padres eran el Sol y la Luna, su hermana la Oscuridad, su hermano el Resplandor, su ilusión vivir la vida, su meta: Llegar a ser el mejor, su gran sueño encontrarse una Yegua que le ofreciera todo su cariño y sobre todo que supiera darle esos Potrillos que tanto añoraba, para enseñarlos a ser como él y así seguir viviendo en ellos.