Señor, tu bondad es infinita, siempre he creído en ella, porque así me lo inculco mi madre, tú que fuiste un hijo amoroso y respetuoso, tú que hasta el final de tu vida tuviste el apoyo de ella, cuando camino al calvario se arrojo a ti, limpiando el sudor de tu rostro, Tú Jesús mío, que diste tu vida para que ya no viviéramos en pecado, por el gran amor que sientes por ella, deja vivir a mi esposa y a su retoño, he de pensar que enviaste a dos de tus ángeles, esos que fueron parte de mi familia, para indicarme que no tenía que preocuparme de nada, que tú estabas al pendiente de sus vidas, padre mío déjalos vivir. Mi Morenita mi Virgencita de Guadalupe, intercede ante tu hijo para que proteja a los míos, que guie las manos de quienes vayan a intervenir a mi esposa, Madrecita, sin ellos, yo no sé vivir, te ofrezco mi vida a cambio de la de ellos, escúchame Niña Hermosa.
Con los ojos irritados por el llanto, Freddy se recostó en su cama, cansado por tanta preocupación, sin quitarse su ropa, se quedó profundamente dormido, soñando en su bebe, en su esposa, en su familia.
Al siguiente día, muy temprano se presentó ante el doctor de guardia, este lo turnó al médico que estaba atendiendo a su esposa, no había ninguna mejoría en el estado de Dulce, pero le comentó que estaban por entrar al quirófano para practicarle una cesárea, en virtud de que su presión no disminuía, por lo cual le volvía a preguntar en caso de extrema necesidad a quien de los dos autorizaba él que salvaran, la respuesta de Freddy fue la misma: “quiero a los dos vivos, pero si se complica la existencia dele prioridad a la vida de mi esposa, en el futuro podremos planear a otro bebé”
Con los nervios de punta Freddy vio marcharse al galeno, volvió a implorar la ayuda celeste, no quería quedarse sólo, necesitaba a su esposa, ansiaba ver a su retoño. De pronto sin sentirlo, a su lado se encuentran Doña Evodia y Don Eleuterio, preguntándole cual es el estado de su niña, el les comenta que no ha habido mejoría, que en esos momentos, ella está en el quirófano, en compañía de un grupo de especialistas, los cuales lucharan por salvarle su vida.
Casi cumpliendo 90 minutos de operación, una enfermera grita: familiares de Dulce Purificación Asunción de todos los Santos, Freddy se sitúa en el escritorio de donde surgió el grito y pregunta que es lo que pasa, le notifican, que su esposa acaba de dar a luz a una hermosa niña, la cual podrán ver en el momento en que salgan del quirófano los doctores que la atendieron y pasen a la madre a piso. Es así como un 14 de diciembre llega a la vida una hermosa nena, producto del amor de Freddysbundo y Dulce Purificación, marcando el reloj las 12.45 del día, de un día radiante, con un sol espléndido y una familia ansiosa por conocer a tan graciosa criatura.
Cuando les comunican que Dulce se encuentra en su cama convaleciendo, acude primero Freddy por ser el padre, al cual le presentan a una hermosa niña de cuerpo menudito, con un peso de 2.300 kg., y una talla de 35 cm. por su estado no tuvo necesidad de meterlo en la incubadora, ya que los profesionistas le comunicaron que la niña estaba en su peso, sólo requería de atención y que la mamá la amantara, para que el bebé aprovechara todo el calostro que su joven madre tenía en sus senos. Al tenerla en sus brazos, la niña tal parece que reconocía a su padre, pues –según Freddy- ella le sonrió y apretó con su manita el dedo índice de su mano.
Posteriormente, pasaron los tíos a saludar y felicitar a la nueva madre, Dulce aún con los dolores de la cesárea, apenas podía reír o moverse ya que estaban frescas las puntadas de la cerrazón de la herida que le hicieron para sacar a la nena, pero todo ese dolor lo aguantaba, al ver la felicidad de sus seres queridos, pero aún más por el rostro tan lleno de gozo y encanto de su esposo, al verlo en la forma como miraba a la criatura y su constante muestra de regocijo, al besar en la frente a su niña hermosa.
Después de guardar el reposo necesario, acudiendo al nosocomio para la revisión de su herida y sus costuras en la misma, llevando a la niña para su consulta con su pediatra, Dulce ve con regocijo lo feliz que se encuentra su familia con su bebe, en compañía de Freddy y sus tíos, acuden al santuario de Papa Chuy de Novotitlan a presentar a la niña en sus primeros 30 días de vida, ahí al pie del altar del santo de su Devoción, proponen ponerle a la niña el nombre de Juana Iris, ya que ese era el nombre que a la mamá de Freddy le hubiese gustado poner a alguna de sus hijas, pero desafortunadamente le salieron varones y el nombre quedó grabado en la conciencia de su hijo.
Con lágrimas en su rostro, Freddy se instala en el umbral del templo cargando a su hija entre sus brazos, hincado empieza a avanzar hasta el altar del Santo, orando en silencio, agradece que les haya salvado a su mujer y a su hija, diciéndole: (CONTINUARA......................)
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