QUISIERA Y ME GUSTARIA.

Quisiera decirte lo siento, pero sé que mis palabras te sonaran muy falsas.

Quisiera expresarte todo el amor que dentro de mí se anida, para poder entregártelo, pero no me creerías.

Necesito demostrarte que muy arrepentido estoy de todo lo que sucedió, pero esto desafortunadamente sucedió.

Fue mi culpa o quizás la de ella, no lo sé, lo único que alcanzo a comprender es que fue culpa de las circunstancias.

Créemelo, me duele haberte lastimado en esa forma, pero la verdad, no sé quien salió más lastimado de los tres, lo que llega a mi razonamiento es que salió muy lastimado un corazón.

No me alcanzarías a comprender, que ni yo mismo sé por que pasó, sólo entiendo que me dejé llevar por las circunstancias y quizás por la calentura del momento.

Pediría perdón a las dos, pero sé que ninguna me lo concedería, la escena se desarrollo para que yo saliera culpable y como tal lo acepto.

No es tiempo de lágrimas, es tiempo de reflexiones, no es tiempo de lamentaciones sino de cavilaciones, ni mucho menos es tiempo de arrepentimiento sino de ser sincero con uno mismo.

Me duele tu indiferencia, pero más me duele haber sido tan débil, me duele tu rechazo, pero quizás más me duele la forma tan fácil de haberme entregado.

Como quisiera que el tiempo retrocediera, no para evitar la tentación, sino para decirte cuanto te amo, para poner una venda en mis ojos y no mirar otra mujer que no seas tu, lo pediría para tener más madurez y poder ubicar a cada persona en su tiempo y en su edad.

Me gustaría hablar sinceramente contigo y decirte que no es cierto lo que tu me reclamaste airadamente, al estar con esa persona no pensé jamás en tener un cuerpo joven sin mancillar, lo que ofusco mi mente era el sentirme atracción de alguien más joven que yo, fue mi ego el que me hizo caer tan fácilmente.

Si pudiera te abriría mi pecho y mostrarte que en mi corazón, no hay otro nombre gravado más que el tuyo, que el flujo de la sangre por sus venas se oye claramente ese tu nombre.

Pero en fin lo que pasó, pasó, y ya no hay más vuelta de hoja, espero que el tiempo y Dios lleguen a hacerte entender que lo único que necesito para ser feliz, es tu amor y tu presencia junto a mi, me sigas queriendo como antes o a lo mejor más, por mi parte te sigo queriendo igual, ya que tu eres la dulce salvación de mi alma.