Cuantas veces desilusionado de la vida, pensando que quizás jamás me iba a enamorar de alguien, en virtud de que no existía la persona ideal que se acoplara a mi forma de sentir, ¿Cuántas mujeres pasaron por mi vida? No sé, quizás fueron muchas o tal vez pocas, pero ninguna que me hiciera sentir el verdadero amor que tanto esperaba.
Reconozco, que jamás tomaba en serio a las chicas, porque tenía miedo quizás a entregarme totalmente o a que se fueran a burlar de mis sentimientos. Siempre quise ser el primero en todo, pero en el amor siempre fui el último. Cuantos dolores de cabeza cause a mi pobre Madre al verme tan desorientado, tan dejado de un cariño verdadero, tan juguetón en los sentimientos, que ella sufría porque no veía seriedad en mí.
Tuviste que llegar Tú a mi vida, mi Varita de Nardo, créemelo, desde que te vi, me impactaste con esa figura tan menudita, con ese rostro delgado y afilado, pero sobre todo con esa maravillosa sonrisa, que hacía que olvidara todos mis problemas ante tu sola presencia; Al principio no sé cómo te caí, pero eso no fue un obstáculo para seguir viéndote, es que ya formabas parte de mi necesidad de verte.
Contaba las horas para salir de mi rutina del trabajo, para correr e irte a ver. Con solo presenciarte ahí, tan sencilla, tan honesta, pero tan humilde, pensaba que feliz hubiera sido de haberte conocido con anterioridad. Más el destino nos depara lo mejor de la vida para dárnoslo al último; No cabe duda, has sido la única mujer que ha logrado calmarme en mis ímpetus de mujeriego, sólo Tú, con tu amor has logrado centrar mi forma de sentir y sólo Tú has tenido la sabiduría de estabilizar mi comportamiento.
Día a día le pido a mi Dios, que estoy que estoy viviendo no sea sólo un sueño. Esto que en la actualidad me sucede, es lo más hermoso de mi vida; Siempre fui un vagabundo en busca de la mujer ideal que junto a mi lado formara un solo Ser, hoy que la he encontrado, me siento realizado, he cambiado tanto, física como intelectualmente, soy otro, gracias a ti; Nunca me cansaré de agradecer a Dios, que te haya puesto en mi camino, porque Tú eres el amor de mi vida, porque Tú, en compañía del hijo que me has dado, forman la razón de mi vivir, me siento completamente feliz, este sentimiento que alberga mi corazón cada día crece más y más.
Sólo te pido, que si algún día dejaras de amarme, háblame con confianza, que por el amor que te tengo sabré comprenderte, porque no existe nadie tan feliz como yo, Flaquita, eres el sol que alumbra mi existencia, te has convertido en la droga que necesito para vivir, lejos de ti, sentiré morir como el pez lejos del mar, a tu lado he sabido apreciar el verdadero significado del amor, porque contigo aprendí a amar con los ojos cerrados, no quiero despertar porque en mis sueños siempre estarás Tú, te quiero tanto, que tengo miedo de perderte, pero sé que esto no sucederá jamás, porque con el tiempo he comprendido que nacimos el u no para el otro, somos dos almas gemelas que se necesitan para seguir viviendo.
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