Pasados unos minutos, Freddy con todo el amor que siente por Dulce, la mira fijamente, la vuelve a besar en los labios, la acaricia, le habla dulcemente expresándoles frases tan suaves que vuelven a estremecer a su dama, insaciable, deposita un beso en su frente y agarrándola de sus manos tiernamente le pregunta:
¿Eres feliz? ¿No estás arrepentida de haberte casado conmigo? ¿Me amas?
La chica aún con la visión nublada por esa entrega le contesta:
Amor, ¿no te lo he demostrado? En este momento tu eres mi vida, mi mundo, mi todo, en ti deposité mi confianza y todo mi amor, soy feliz, porque esa felicidad desde que te conocí la he llevado conmigo, porque creo que nunca me vas a fallar, contigo he conocido la bondad, la nobleza, la rectitud, pero sobre todo aprendí a amar, Freddy, nunca me vayas a dejar mi amor, en ti deposito mi existencia, sé que apenas venimos empezando la vida marital, tenemos mucho camino por recorrer, pero lo quiero transitar contigo tomados de la mano, espero que lo nuestro sea duradero y que juntos podamos mirar los hijos que Dios nos vaya a dar, porque mi deseo más grande en este momento es darte un hijo, quiero que derrames todo tu cariño en alguien que sea el fruto de nuestra relación, te quiero mucho Freddy.
Nace un nuevo día dentro de las vidas de esta pareja, después del desayuno, se aprestan a admirar las bellezas del puerto, contratan a un guía, en su automóvil, admiran las diferentes estatuas erigidas a diversos personajes y colocados a lo largo de la zona costera, ahí está el mimo Tin-Tán, la figura de Gandhi, más adelante una sirena con su arpa en plena sinfonía, destaca por igual la diana cazadora, el muelle marítimo, el asta bandera, el parque porteño, su antigua fortaleza marítima para la defensa del puerto ante los ataques de los piratas, un samurái, una gran estatua de Morelos y otra de Juárez en pleno zócalo, su rotonda de hombres ilustres, por igual recorren los lugares donde se encuentran las residencias de gentes famosas: Juan Gabriel, Emmanuel, Luis Miguel, Cantinflas, Tin Tan, Miguel Alemán Velazco, Johnny Weismuller, Carlos Salinas de Gortari, etc., acuden al sitio donde está el burro tomador de cerveza coronita, en fin un paseo esplendido, cultural e ilustrativo, las fotos no podían faltar y en cada lugar hay un alto para sacar unas cuantas tomas, los llevan a un cerro en donde está instalada una gran cruz panorámica a cuyos pies se encuentra una iglesia que sirve como tumba de los que fueron sus dueños de ese gran complejo turístico, recorren diversas playas, en una de ellas degustan el platillo característico de la región Pescado a la Talla, consumen mariscos frescos recién sacados del mar y por último acuden a tomarse la foto a orillas de una playa en donde se pueden contemplar en todo su esplendor la puesta del astro rey.
Todo lo bueno tiene su fin, la luna de miel no podía ser la excepción, en su ultimo día, la pareja se va a bailar a una disco muy de moda, tienen la fortuna de ver el show del azteca plateado con el tema de Dance with the Devils (Baila con el Diablo), se toman foto con el artista, graban el show, acto seguido se dirigen a cenar a un restaurant a la orilla del mar, estando ahí prosiguen con su diversión, en la terraza bailan al compas de las melodías de moda, así como de las cumbias costeñas, se unen a la multitud bailando el Cangrejito Playero y otras tantas melodías, lo importante es mover el bote y despedir la última noche como ordenan los estatutos del buen vivir. Es de hacer notar que como recién casados, la pareja en todo momento que tenían de estar en su habitación no perdían la oportunidad de tener relaciones sexuales, esto llevaba un solo propósito: querían que su retoño fuera concebido en ese puerto, paraíso de México y ventana turística al mundo entero.
Llegando a Novotitlán, a Freddy le espera una desagradable noticia, Don Abundio lo fue a buscar para notificarle que a Don Modesto (su padrastro), lo encontraron muerto afuera del Bar “Aquí me quedo” allá en San Ignacio del Cerro Prieto, según la necropsia murió de cirrosis hepática, como nadie fue a reclamar sus restos, estos fueron a dar a la fosa común, claro esto ya tenía alrededor de unos 10 días que lo encontraron tirado. Freddy sintió un nudo en la garganta, no tanto porque quisiera a Modesto, simple y sencillamente como él lo decía, ningún ser humano debería morir solo y enterrado en un lugar en donde van a parar todos los desconocidos, pero en fin, la vida tenía que seguir, él en esos momentos no estaba en condiciones de seguir sufriendo, había encontrado la felicidad y no pensaba empañarla con esa noticia.
Ahora el problema que tenían era donde iban a vivir, el cuarto de Freddy era pequeño y con tantos aparatos por arreglar, sus cosas personales y otros enseres, ocupaban gran espacio y Dulce no iba a tener donde hacer la comida, lavar sus trastes y la ropa, por lo cual tuvieron que pedirle a doña Evodia que por el momento los aguantara, ya que ellos iban a tramitar su vivienda para tener más espacio y sobre todo para vivir aparte, no querían importunar al matrimonio estando como arrimados en su casa, claro que tanto Evodia como Eleuterio no querían que se alejaran, por lo cual, les comunicaron que podían hacerse unos arreglos a la casa, para que se quedaran a vivir ahí, Freddy con todo el tacto que pudo, les comunico que por el momento se quedaban, pero cuando tuvieran su vivienda se iban a mudar. (Continuara...................)
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