domingo, 26 de enero de 2014

MI NIÑA.


Cuanta Tristeza y rabia siento al verte con tu enfermedad, la que sin embargo no te doblega para brindarme la mejor de tus sonrisas y la cordialidad de tu atención.
Créeme, me da coraje ser impotente a tu desgracia, no tener económicamente los recursos para aliviarte, yo sé que existen métodos para que tu lleves una vida normal, pero tanto tu sordera como la ausencia de voz, te hacen difícil la comunicación ante los demás.

Cuando tengo la dicha de verte pasar y que me saludes, te juro que me siento el humano más feliz de la tierra, porque concibo muy orgulloso del afecto que quizás me puedas tener, pero también me veo como la persona más desafortunada de que no me puedas oír lo mucho que te quiero, que oigas mi voz que te dice que eres la niña más hermosa que mis ojos hayan visto, porque el silencio de tu boca y el oscuro fluir de sonido en tus oídos, lo compensas con la chispa alegre de tus ojos, esos ojos vivarachos que denotan la felicidad que vives en tu mundo.

Hoy que te detuviste y tomaste mi mano para indicarme que ahí estabas frente a mí, ha sido el bálsamo que atenúo mi tristeza, porque sólo al mirar tus lindos ojos, me sentí tan miserable al estarme lamentando de mi situación y observar en ti ese derroche de alegría, a pesar de tu incapacidad; me puse a pensar si era necesario tener una discapacidad para vivir en armonía y sin resentimientos con la vida.

Por cierto ese beso que me diste en la mejilla, quedará como una huella de que jamás había recibido un ósculo con tanta inocencia y mucha sinceridad, porque con ese mimo, me diste la oportunidad de agradecer a la vida que personas como tu demuestren que son felices a pesar de las limitantes que la misma naturaleza le ha puesto, pero que jamás se declararan vencidas porque su corazón esta fuerte, rojo de las ganas de seguir viviendo para entregar su amor espontáneamente.

Créeme mi niña, si ya había decidido cambiar, con sólo verte el día de hoy, con haber admirado tu rostro, me propongo olvidar todo lo malo que haya cruzado en mi camino o las cosas indebidas que yo haya hecho, seré más receptivo en las criticas que me hagan y más abierto al dialogo, porque ese hermoso rostro, me hizo comprender que Dios está contigo, que por eso eres feliz y no te importan tus limitaciones. Te amo mucho mi niña, tu figura en mí siempre permanecerá.

VIVE TU VIDA Y DÉJAME.


Si tan solo tuviera la entereza de que no me has olvidado, contigo volvería a recorrer el camino de ese amor tan lastimado;

Si pudieras verme como un ser humano y no el ideal que en tu mente formaste, tal vez volveríamos a ser felices;

Si recordaras los momentos que disfrutamos y que no veías mis defectos, tal vez los repetiríamos;

Si tan solo te pusieras a pensar que por tu amor enfrenté a tantas y tantas personas, volvería el amor que por ti concibo;

Cuando nos conocimos, sentimos que habíamos conocido el amor que tanto esperábamos, y a pesar de la distancia, luchamos por mantener nuestro amor vigente, aunque te separaron de mi, logramos tener esas citas clandestinas llenas de una pasión ardiente y avasalladora;

¿Recuerdas? Nuestro amor no se basaba en convencionalismos, ese sentimiento estaba asentado en el cariño y respeto que nos profesábamos;

Cuando sentados en una banca, nos deleitábamos viendo la puesta del sol, haciendo el juramento de nunca olvidarnos, permanecer juntos para siempre, y, que por cierto en el café que se encontraba ahí enfrente leyeron en nuestras tazas que nuestro destino era el que nuestras almas iban a permanecer por siempre juntas;

Pero fue más fuerte tu orgullo que todo el amor que según tú tenías por mi, te fuiste alejando poco a poco, sin dar explicaciones mucho menos razones. Me di cuenta de tus acciones pero no hice nada para retenerte, porque dejándote libre yo mismo me sentía feliz;

Porque un amor debe estar sin ataduras, sin presiones, sin chantajes mucho menos con sentimientos comprometidos. No quiero tu lastima, no deseo tampoco tu resignación, te puedo expresar con total convencimiento que la soledad me ha convencido que Tú y Yo fuimos solamente una ilusión un espejismo en el desierto de la vida;

Sé feliz, demuéstrame que existe otra persona mejor que yo, por mi parte te manifestaré que jamás estaré encadenado a una persona que vacile en sus sentimientos, porque tengo un corazón que jamás se cansa de amar, aunque en ocasiones salga lastimado, porque soy una persona que para vivir necesita amar, pero en correspondencia también necesita ser amado. Vive tu vida, pero por favor déjame vivir la mía.

UN DÍA MÁS.


Nuevamente como varios años atrás, me dispongo a vivir un día más, mi Padre Eterno me da la posibilidad de tratar de seguir honrando la vida que me ha confiado.

Quizás sea un día igual que otros, tal vez sea diferente, pero al menos tengo que agradecer que se me da la oportunidad de estar viviendo, de que puedo con un granito de arena tratar de ser diferente, amar a los míos y dejar que ellos me demuestren su cariño, porque no todos tenemos la dicha de abrir los ojos para disfrutar de un día más.

He de afrontar las tareas que me propuse realizar, buenas o malas pero todas las tengo que resolver, porque haré de cuenta que quizás sea este el ultimo día de mi existencia y no deseo dejar cosas pendientes que sean un problema para mi familia, por no saber como resolverlas.

Limpiare el saco de mis congojas, aunque el día de ayer haya recibido alguna mala noticia, hoy con toda calma trataré de descifrar ese enorme misterio para poder disfrutar más tarde la benevolencia de ese Ser Eterno que me brinda la oportunidad de vivir un Día Más.

A mis amigos o personas que se me acerquen, trataré de disfrutarlos en toda su magnitud, porque sé que ellos me dan la oportunidad de demostrar que soy una persona que todavía merece ser tomado en cuenta, porque como humano tengo el deseo y las ansias de seguir viviendo, mis problemas siempre estarán ahí junto a mi, pero tengo un escudo poderoso que es mil veces más potente que ellos, y ese es el Dios en que yo creo.

A mi familia le otorgaré todo mi amor, a las personas que de mi se alejaron con toda humildad esperare a que regresen a mi y cuando lo hagan, les abriré mi corazón para decirles con toda la honestidad que me caracteriza, que me han hecho falta, que me he sentido huérfano de sus caricias, de sus afectos, de sus palabras, de sus besos, pero sobre todo que extraño mucho su presencia.

Por eso bendigo estos momentos, los voy a vivir como si fueran los últimos de mi existencia, ya no me interesa lo que haya vivido, hoy solamente por el día de hoy disfrutaré la oportunidad de vivir un Día más, porque siento que aún tengo tareas pendientes por realizar, tengo el deber de seguir sirviendo a mis semejantes, dar y recibir amor, pero sobre todo vivir esta gran oportunidad que se me está brindando, que es el vivir un día más.

Por eso al empezar este nuevo día, mis propósitos son el de fortalecerme con la atención que me puedan dispensar, con el cariño que me puedan regalar, con el amor que se atrevan a proporcionarme y con el saludo que puedan extenderme, porque solamente puedo expresar Padre: Gracias por darme la oportunidad de vivir UN DÍA MAS.
Nuevamente como varios años atrás, me dispongo a vivir un día más, mi Padre Eterno me da la posibilidad de tratar de seguir honrando la vida que me ha confiado.

Quizás sea un día igual que otros, tal vez sea diferente, pero al menos tengo que agradecer que se me da la oportunidad de estar viviendo, de que puedo con un granito de arena tratar de ser diferente, amar a los míos y dejar que ellos me demuestren su cariño, porque no todos tenemos la dicha de abrir los ojos para disfrutar de un día más.

He de afrontar las tareas que me propuse realizar, buenas o malas pero todas las tengo que resolver, porque haré de cuenta que quizás sea este el ultimo día de mi existencia y no deseo dejar cosas pendientes que sean un problema para mi familia, por no saber como resolverlas.

Limpiare el saco de mis congojas, aunque el día de ayer haya recibido alguna mala noticia, hoy con toda calma trataré de descifrar ese enorme misterio para poder disfrutar más tarde la benevolencia de ese Ser Eterno que me brinda la oportunidad de vivir un Día Más.

A mis amigos o personas que se me acerquen, trataré de disfrutarlos en toda su magnitud, porque sé que ellos me dan la oportunidad de demostrar que soy una persona que todavía merece ser tomado en cuenta, porque como humano tengo el deseo y las ansias de seguir viviendo, mis problemas siempre estarán ahí junto a mi, pero tengo un escudo poderoso que es mil veces más potente que ellos, y ese es el Dios en que yo creo.

A mi familia le otorgaré todo mi amor, a las personas que de mi se alejaron con toda humildad esperare a que regresen a mi y cuando lo hagan, les abriré mi corazón para decirles con toda la honestidad que me caracteriza, que me han hecho falta, que me he sentido huérfano de sus caricias, de sus afectos, de sus palabras, de sus besos, pero sobre todo que extraño mucho su presencia.

Por eso bendigo estos momentos, los voy a vivir como si fueran los últimos de mi existencia, ya no me interesa lo que haya vivido, hoy solamente por el día de hoy disfrutaré la oportunidad de vivir un Día más, porque siento que aún tengo tareas pendientes por realizar, tengo el deber de seguir sirviendo a mis semejantes, dar y recibir amor, pero sobre todo vivir esta gran oportunidad que se me está brindando, que es el vivir un día más.

Por eso al empezar este nuevo día, mis propósitos son el de fortalecerme con la atención que me puedan dispensar, con el cariño que me puedan regalar, con el amor que se atrevan a proporcionarme y con el saludo que puedan extenderme, porque solamente puedo expresar Padre: Gracias por darme la oportunidad de vivir UN DÍA MAS.

lunes, 13 de enero de 2014

LA LAVANDERA (capitulo 8 )

Doña Juana, mucho sintió la ausencia de Bibiana, a pesar de que su consentida era Vicky, ella mucho protegía a Bibiana, quizás por ser una mujer que desde niña dio a demostrar su gran responsabilidad en los deberes hogareños como en los de la fonda, jamás se quejó de que se iban temprano y que regresaban tarde de la fonda, la cual por cierto ya era propiedad de Mayon, se veló y se enterró a Bibiana, además de que por iniciativa de Doña Juana, se le hizo una pequeña lapida, con sus dos flores a los lados y una placa en la cual anotaron que en ese lugar descansaba la Señorita Bibiana Galeana Hernández, su fecha de nacimiento: 2 de diciembre de 1950 y su fecha de defunción 9 de mayo de 1973, recuerdo de su madre, tía y hermanos. D.E.P.

Quizás ese haya sido el motivo por el cual Mayòn vendió su fonda, así que las piezas del ajedrez en la vida de estas tres mujeres se movieron, Mayòn y Rosita en la venta de tortillas, Juana se dedico a seguir lavando ajeno, a pesar de que su hijo Enrique ya no quería que lo hiciera, y no es porque le diera vergüenza, sino que pues el ya trabajaba en un banco y ya podía darle más dinero, pero como dice una canción: No cabe duda, que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor, de la locura de haber deshecho el horno en donde hacían las tortillas, nadie se acordaba de eso, pero quizás doña Juana no se quería apartar de la lavada, no tanto porque llevara mucha ropa a lavar, sino que para no quedarse sola en la casa prefería irse a cotorrear con la banda de las demás lavanderas, ese era más que nada el motivo por el cual ella iba todos los días a la lavandería, excepto los domingos que es cuando se quedaban en casa a descansar, es que anteriormente Enrique trabaja hasta los sábados en el banco.

Un nuevo golpe le da la vida a Juana López, a mediados del año de 1979, su hijo Enrique sufre un accidente casi llegando a su casa en la fábrica, en este accidente quedó todo destrozado el automóvil de su hijo, un Volkswagen, la gente comentó y así se lo hizo saber a la señora, de que su hijo estaba muerto, ella se encontraba acostada en una hamaca, cuando llego una mujer diciéndole “Doña Juana, vaya a recoger a su hijo, tuvo un choque y esta muerto” de verdad bonita la forma que tiene la gente de mi pueblo para dar las noticias, ella acudió al lugar del accidente, pero ya lo estaba atendiendo el hijo de un Diputado, el cual insistió en llevarlo a un hospital, lo internaron en el Centro Medico, se podría decir que no tenía ninguna fractura de consideración, solo un golpe en el mentón y los huesos todo adoloridos por el golpe del choque que fue de frente.

Doña Juana, se va con su hijo y se queda en el hospital a esperarlo que se recupere, pero no le dan tanto tiempo, ya que al otro día, casi al mediodía, se lo llevan detenido y es recluido en la cárcel municipal por delitos en propiedad ajena, Doña Juana no sabe que hacer, Jaime por ser el hermano mayor se encarga de arreglar todo, pero debido a que el es demasiado practico, le dice a Enrique que no lo van a dejar salir hasta que pague todos los daños, después de golpeado, aporreado. Pero el tipo del otro carro, rectifica y reconoce que el tuvo la culpa, Enrique sale en compañía de su madre y de Jaime, y se lo llevan a vivir al hogar de Jaime (quien ya estaba casado). Todos los días que Enrique estuvo con Jaime, doña Juana se la pasó cuidando a su hijo, hasta que este cansado, quiso dejar la comodidad de estar puro acostado y decidió junto con su mamá, irse a su casa en la zapata.

Pero doña Juana se queda aún sorprendida, cuando al llegar a su casa, les dice su hijo: se preparan porque nos vamos de vacaciones (en ese entonces la señora tenía en su casa viviendo a Leticia, su nieta, hija de Victoria), diciendo y haciendo, Enrique se quita todas las vendas tanto del cuerpo que le tenían sujeto el brazo, como los de las costillas, se baña, hace maletas y junto con doña Juana y Leticia, salen fuera del puerto. Primero llegaron a Monterrey, donde Enrique tenía amigos que había conocido cuando en sus vacaciones lo invitaron a conocer esa ciudad regiomontana, pasados algunos días, se fueron a Guanajuato (Leòn, Irapuato, Guanajuato, Silao y el Cerro del cubilete). Pasearon, se divirtieron, visitaron las momias, al Cristo, la alhóndiga, la catedral, el monumento al Pípila, en fin un bonito paseo, posteriormente enfilaron sus pasos a la ciudad de México y de ahí a Acapulco.

La vida sigue su curso, Enrique aprovecha una ocasión en que su madre se enferma y la lleva al doctor a que la revise, estando en el consultorio, entra primero a hablar con el galeno y le pide a este, que le diga a su mamá que ya no siga lavando, porque le hace daño, ya que puede llegar a enfermarse de los pulmones o a sufrir fatiga por el exceso del trabajo, pero el doctor interroga a Enrique respecto a esta actividad, al ultimo le dice que no le prohíba lo que le gusta a su mamá, ya que si lo hace se le puede enfermar y quizás esta tristeza la lleve a la muerte.

A Enrique le dan un departamento por parte del infonavit, pero veamos antes que es lo que pasó con el lugar en donde vivían, así que retrocedamos el tiempo.

A principios de los años 80’s, después de haber estado como paracaidista en las colonias del Jardín, campo de tiro y barranca de la laja, a doña Juana le asignan un terreno ubicado, en lo que eran unas huertas localizadas en las afueras de Acapulco, concretamente a un costado de la carretera federal que conduce a la ciudad de México, D. F., al que le denominaron colonia Emiliano Zapata, donde estableció lo que posteriormente sería su hogar, empezando con una estructura hecha de fajillas y hojas de palmera cubriéndola, con un techo de laminas de cartón, como en ese entonces no llegaba la energía eléctrica, se ayudaban con candiles de latón y un mechón.

sábado, 11 de enero de 2014

UNA PLATICA CON MI MADRE.

Hola Mamá, feliz cumpleaños, después de 20 años y 6 meses vengo a desearte felicidades por tu 85 aniversario, y aprovechando, deseo platicar un momento contigo.

Sabes, todos estos años en que no te he visto físicamente, en algunas noches puedo ver tu hermoso rostro, esa mirada dulce que siempre se te observaba y de la cual jamás olvidaré, a mi me corroe la duda desde el momento que tan precipitadamente me dejaste, ha sido saber como fue tu partida, porque hasta el momento ninguna persona se me ha acercado para comentarme la versión de tu accidente, ¿Mami, que pasó ese día?

Hola hijo, antes de contestar tu pregunta, quiero decirte que por fortuna, yo puedo mirarte todos los días, he visto tus penurias y debo decirte que siempre he estado a tu lado, nunca te he dejado porque aún aquí donde estoy te sigo queriendo con todo mi amor y mi corazón, siempre serás mi niño consentido, mi Melito del alma. El momento de mi partida, se debió quizás a una imprudencia del chofer que rebasó en sentido contrario, no lo sé, esto porque al llegar fue lo que me notificaron. Como todas las tardes venía saliendo de la fábrica, iba rumbo al departamento, pero como rutina ya lo sabes, pasaba a ver a Amalia, ahí al mercado, por lo cual al atravesar la calle, me di cuenta que todos los carros estaban parados, el semáforo tenía la luz roja por lo cual había un alto, con total seguridad me dispuse a cruzar, cuando de pronto vi dos luces sobre mi rostro, después, todo fue una completa oscuridad.

Cuando desperté vi que alrededor mío, había demasiada gente mirándome, algunas de las señoras llorando, un policía escribiendo en una libreta, una persona con bata blanca y con unas letras azules en ella, que de verdad no sé que significaban preparando una camilla, me dispuse a levantarme y con gran sorpresa me percate de que mi cuerpo seguía tendido, yo me toqué, me golpee la cabeza para despejarme, miraba a la gente y escuché que decían, “pobre señora, la pasó a traer el urbano”, yo no entendía, volví la vista a mi cuerpo, lo vi ensangrentado, con las piernas todas reventadas y la cabeza destrozada, ahí junto a mi quedó la bolsa que siempre me acompañaba, entonces con verdadero espasmo recapacite y me dije “Dios Mío, no puede ser, estoy muerta”, pero aún así, trate de decirle a alguna persona que te hablara para poder avisarte que había tenido un accidente, nadie me hacía caso todos estaban pasando por mi cuerpo como si fuera fantasma, deseaba llorar, pero no podía, en ese momento pensé en ti mi Hijo, en el gran dolor que te iba a causar, e ilógicamente pensé en morir antes de causarte alguna pena, pero claro no podía, porque ahí estaba el cuerpo similar al mío con las piernas reventadas y el rostro todo desfigurado por el golpe.

Mamá, ¿Por qué tuviste que irte así? , cuando noté que no llegabas, fui por mi novia –que hoy es mi esposa- y me acompañó a buscarte a todos los hospitales, clínicas del puerto, incluso fuimos a ver a Mayòn y ella nos comentó que escucho decir que habían atropellado a una mujer frente a una tienda, pero que no sabían quien era, ahí mismo les dije: Es mi mami, es mi mami, vamos al semefo a buscarla, todavía mi chava me hizo ir a buscar a mi hermano Nicolás para que nos ayudara a buscarte, yo empecinado en decirles que mejor nos dirigiéramos al Servicio Medico Forense, ellos no quisieron, volvimos a buscarte otra vez en los centros médicos en los cuales podrías estar por algún accidente, pero todo fue inútil, no había nada, hasta que nos dirigimos al lugar que les indicaba, en el momento en que preguntamos por ti, el encargado nos comunicó: “Deben de ser fuertes, ahí dentro se encuentra una señora con las características que ustedes me están dando, pásenle a ver si es ella”.

Efectivamente cuando te vi con tus piernas cosidas y por igual tu rostro, Madre, no sabes que gran dolor me causó verte ahí tendida en una mesa fría, sola, tan sola, como quizás lo estuviste mucho tiempo, y créemelo me sentí la persona más despreciable de todo el universo, me tire a tu cuerpo, lo abrace, lo llene de besos y recrimine al Dios, al que tu me enseñaste a querer y respetar, quizás blasfeme, pero no era para menos, me había quitado al ser que siempre se ocupó y preocupó por mi, mi novia y mi hermano me jalaban de los brazos queriendo que te soltara, los hice a un lado, en ese momento lo que más deseaba era estar para siempre a tu lado, no dejarte, pero pudo más el dolor de verte ahí y me desvanecí, no supe ya de mi.

Lo sé Melo, porque sentí el calor de tu cuerpo, yo también quise abrazarte y besarte mucho, pero mucho, más no se me tenía permitido que mi cuerpo se moviera, ya no era de tu mundo, ya estaba con seres que me cuidaban, créemelo mi Hijo, que quizás te hubieras percatado pero en mi rostro pálido y en mis ojos un pocos hundidos, una lagrima alcanzó a correr por mis mejillas, eso era para demostrarte que yo me sentía terriblemente mal, al verte ahí solo, como quizás así serian tus años siguientes.

Lo más irónico Madre, cuando recuperé el sentido, me llevaron a declarar, pero yo solo quería estar contigo, no deseaba hablar con nadie, deseaba seguir estrechando tu cuerpo y porque no, morirme junto a ti, porque la vida desde ese momento ya no me interesaba, me habían cortado la fuente de vida, no quería vivir, no deseaba vivir y además de todas las cosas, no merecía vivir, porque descuidé al brillante mas hermoso de mi vida, porque no te brinde todo el amor del cual eras tu merecedora; al no querer yo hablar, le dijeron a Jaime, que si yo no cooperaba me iban a encerrar, te das cuenta aparte de privarme de tu presencia, se me iba a privar de mi libertad, pero así es la justicia de los hombres, entonces Jaime se comprometió a declarar por mi y el fue el que dio todos tus datos.

Si mi niño, todo eso lo sé, porque todavía seguía esperando mi turno para que se me recibiera y me dejaran entrar, algo que se me explicó ya que mi muerte no fue natural y aún no me tocaba partir, pero en fin, quiero que sepas que me dio gusto de ver nuevamente a mis tres hijos juntos, ahí mirándome y cayendo sus lagrimas sobre mi cuerpo, de verdad mi melito, todo lo que dijiste y lo que tus hermanos expresaron los oigo como si apenas hubiese sido ayer que los deje.

Mami, yo no quisiera enfadarte con tantas preguntas, pero quizás aprovecho este momento para que tu me contestes algunas cosas que han hecho de mi vida un mar de dudas, y es que, a los pocos días que te fuiste, en el departamento sucedieron cosas extrañas, como por ejemplo, estando dormido te vi sentada en el sillón de tu preferencia, claramente observé como estabas sentada y hasta le dije a mi mujer que estabas en el departamento, al otro día le comenté que te había soñado ahí en tu sillón, me sorprendió cuando me dijo: No mi amor, no la soñaste, porque estabas despierto, todavía no te dormías…….

Efectivamente mi niño, mi Melito del alma, ese día ya me andaba despidiendo, se me estaba esperando, quizás te diste cuenta que te sonreí, y antes de que me preguntes otras cosas, yo te las diré, efectivamente, yo te apagaba la televisión, también la luz y te cerraba las puertas, quería darte señales de que aún seguía contigo y que lo haría mientras se me diera la licencia y la oportunidad de estarte haciendo “Travesuras” , miré con demasiada alegría como regalaste mi ropa a las personas que de verdad lo necesitaban, mi nuera se quedó con mi vestido de india, que hermosa se veía, también me di cuenta todo lo que te sucedía por el dolor de que me fui, no creas Melito, estando acá, todo eso me dolía, porque lo que siempre desee era verte alegre.

Otra cosa Mami, mi hijo no te conoció físicamente y jamás le habíamos enseñado tus fotos, ¿Por que en las noches lloraba y nos decía que había sido su “tita” quien le pegaba? y un día en la mañana, mirando la foto donde estas con mi abuelita, claramente nos dijo: “Ella Tita, pegó aquí” y nos señalaba sus pompis, ¿Que sucedió con tu nieto Mami?

En efecto, mi nieto me miró, no sabes que gusto me dio cuando vi que los preparativos para su nacimiento estaban hechos, vi como tu esposa sufrió por ese embarazo y como te dijeron que eligieras a uno de los dos porque solo uno se salvaría, por eso nos viste en la sala de espera con tu hermana, porque habíamos pedido una indulgencia para que se te concediera que tus seres queridos siguieran viviendo y no me aguanté y le acaricié los cabellos a mi nuera, como para manifestarle mi solidaridad y decirle “No temas, aquí estoy y estoy para cuidarte, no temas, nada te pasara, porque traíamos una instrucción de mi Padre Celestial, que ellos salieran bien de la operación, pero tu lo tomaste en otro sentido, pero no podía hacer nada para explicártelo, ya no podías oír mi voz. Por eso de mucha alegría pasaba por la cuna de mi nieto y le daba su nalgada, porque aquí donde me encuentro me sentía satisfecha del nacimiento de esa criatura, por cierto gracias por haberle puesto mi nombre, aunque tu bien sabes que si hubiera sido mujer, que nombre me gustaba.

Si Mamá, nunca se me va a olvidar cuando me pediste que si se me daba tener un hijo y salía mujer le pusiera Juana Iris pero ya vez fue un hombrecito, oye mami, tú tuviste muchos secretos para mí, ¿por que nunca me hiciste saber de las ofensas que te hicieron y que te dijeron? Cuando me lo comentaron créeme que me hirvió la sangre, porque por muy humilde y sencilla que fuiste, como persona valías mucho más que aquellas que te ofendieron, pero claro, tenías que sacar siempre tus mismas palabras: No fue nada, mi hijo.

Yo no deseaba amargar tus momentos felices por el nacimiento de tu hija, no, yo te veía muy feliz y era lógico, habías tenido varios hijos, pero no eran tuyos, eran tus hijos de crianza, más sin embargo con el paso del tiempo vi que no pudiste salvar la situación y el divorcio llegó a tu vida, pero corazón, creo que fue lo mejor, si seguías empecinado en llevar ese matrimonio con el pretexto de tu hija, a la larga te iba a salir demasiado caro e ibas a llorar demasiado, más ahora que con alegría puedo verte como has logrado rehacer tu vida, con la persona con la cual tuve poco trato, créemelo, yo también me siento feliz, por que siempre te decía, que mi único miedo era irme y que tu siguieras con esa forma tan inestable de vivir, siempre andando como las mariposas de flor en flor, y eso para mi créelo era desgastante, porque sufría al ver la edad que tenías y no sentabas cabeza, después me enteré que te habías casado por compromiso, porque no quisiste que esa mujer abortara a la niña y te felicito por tus buenos sentimientos.

Desde que aprendí a vivir la vida, me di cuenta que tu mucho sufrías en silencio, no es mi deseo preguntarte el por que, ya que viviste una vida muy desdichada, sin suerte en el amor y con personas que te engañaron sentimentalmente, yo no quiero ni debo de saber el por que de tus separaciones tanto con mi padre, como el de mis hermanos, porque con el de Chucho y Margarita, sé los motivos y créemelo Madre, que aunque no soy nadie para criticarlo, si me dio demasiado coraje cuando vi que te puso la pistola en la cabeza para que le entregaras a Chucho, también porque vi el gran corazón de mi hermano, que te amó demasiado y sacrificó la felicidad al lado tuyo por irse a emprender la aventura en busca de otros horizontes.

Pero si, lo que no alcanzo a comprender Mamá, es si estando joven y bonita, en ese entonces y haciendo mis cuentas cuando yo nací tu tenías 22 años, demasiado joven, como para que te hubieras vuelto a casar, además por las fotos que te vi con Petra y lo que me platicó Mayòn, tu eras muy bonita, así que con todos estos atributos yo todavía no logro comprender porque te sacrificaste, porque no buscaste tu felicidad, yo era pequeño no creo que hubieras tenido problemas conmigo, pero en fin, si me puedes decir ¿Por qué no te casaste?

Por todo eso que me acabas de decir, por eso no me casé, con mis dos anteriores parejas, sufrí demasiado, con el papá de tus hermanos, porque era soldado, de esos militares, tercos, ignorantes, que creían que a la mujer deberían tener como a las escopetas, en la esquina y bien cargada, soberana estupidez de esos hombres que a la mujer no la dominan con los sentimientos, sino a base de golpes, por eso me escapé de él, porque no deseaba que me siguiera maltratando, pero con tan mala suerte que me quito a tus hermanos, solo Jesús tuvo el valor para escapársele y venirse conmigo, con tu padre, un hombre hosco, de mal semblante, siempre con un carácter voluble, además de que me había engañado, me dijo que no tenía compromisos y atrás de él, ya había tenido a una mujer y dos hijas, cuando lo dejé, fácil encontró acomodo en otra mujer, ni siquiera tuvo la dignidad de buscarme cuando supo que había quedado embarazada, por eso no me casé, además no quería darte un padrastro, yo podía sola contigo, por eso me ocupé en tener trabajo tanto en el día como en la noche, trayendo con esto, que te descuidara, que te dejara encerrado junto con los hijos de Mayon, porque no deseábamos que te perdieras, por eso Melito, no quise felicidad a costa de la tuya, además te tenía a ti y a tus hermanos, que aunque no los veía sabia de ellos, ustedes eran mi felicidad, eran mi mundo, ustedes formaron con su ser el hombre que fungía como mi marido.

Madre, cuantas cosas quisiera estarte preguntando para saber más de ti, se que tu tiempo es limitado, pero solo quiero que sepas que nunca te he dejado de querer, jamás podré olvidarte, porque sé los sufrimientos que pasaste desde que nací hasta que me separé de tu lado, hay momentos de nostalgia que me hacen desear estar contigo, aunque ya tenga a mi familia, pero en ocasiones las cosas no funcionan como uno quisiera, es cuando alzo la vista al cielo, te busco en ese cielo estrellado, dirigiéndome a ti, pregunto: Madre, ¿Por qué tenías que haberte ido? ¿Por qué las cosas trágicas solo suceden en las personas buenas, las que jamás hacen daño, las que se preocupan por los demás, esas personas que todo su ser solamente es amor y bondad? ¿Por qué? ¿Por qué?

Mira hijo, todo el acontecer de la vida de un Ser Humano, esta marcada por los designios divinos a los que venimos sujetos cuando vemos por vez primera la luz de la vida, yo te diría que en el momento que en el departamento grite: Ya llévame Dios Mío, de una vez, era, porque presentía que tenía que ir a rendirle cuentas al Todopoderoso, pero sentía miedo, pero ese miedo no era a morir, te diré sinceramente que jamás tuve temor a morirme, tenia inquietud de saber que sería de ti cuando ya no estuviera contigo, tu que me demostraste una conducta inestable, tenía una cobardía a dejarte solo, desamparado, sin saber adonde dirigir tus pasos, pero el día que vi a tu novia llorando en el departamento, de verdad, créemelo vi en su rostro todo el amor que sentía por ti, pero que con tu carácter lo estabas destruyendo, por eso te dije, que si no la querías que mejor la dejaras, pero lo sabía de antemano, que ella iba llegar a ser algo más que una novia para ti, vi tu semblante y me convencí de que tu también la querías, pero lo primero que tenías que hacer era dominar tu carácter, tus arranques impulsivos.

Yo te conocía demasiado bien, melito, por eso te pedí que la dejaras; cuando sucedió lo de mi accidente, me fui con ese pendiente, porque mi mayor satisfacción, hubiera sido haberte visto nuevamente casado, en un hogar en donde se escuchara el llanto de un niño, o los gritos tuyos y de tu esposa, porque eso si te lo aclaro, yo me iba a ir a mi casa, te iba dejar que vivieras tu vida, no iba a ser la suegra molona, menos la madre consentidora o la abuela alcahueta, no, mi hijo, si en tu primer matrimonio me hice a un lado, en esta no iba a ser la excepción.

Todo lo que me has dicho Madre, me ha dejado una satisfacción, en todo mi cuerpo y mi corazón se encuentra radiante, porque siempre fuiste una buena madre, quizás si en este momento me sincero contigo, te podría decir que yo para ti no fui un buen hijo, me faltó mucho para compensar un poco todo lo que tu me diste, quizás ya sea demasiado tarde para reconocer todos mis errores, mis faltas y quizás mi forma de ser tan grosero contigo, si Dios me diera la oportunidad de tenerte otra vez, trataría de darte todo lo que te mereces y que comparado con lo que tu das, es muy poco, quizás mi error tan grande fue que traté de cumplir con las cosas materiales, pero jamás pude darte parte de mi tiempo, cuando no me encontraba trabajando, me encontraba descansando, tu esperando para platicarme tus sucesos en la lavandería, en el barrio o en el mercado con Mayòn, yo te escuchaba pero siempre me vencía el sueño.

No te culpes de nada Melito, quizás fuiste el único hijo que me dio todo, ya vez tu hermano huyendo para que su padre no lo encontrara y tu hermana viviendo a fuerzas con su padre, en cambio tu, permaneciste conmigo toda tu vida de soltero, aún casado me ibas a buscar a mi casa, a la lavandería o al barrio, no me puedo quejar de ti, fuiste lo que tenías que haber sido conmigo, me diste tu tiempo, platicaste conmigo cuando nos íbamos en el taxi, cuando te quedabas en la lavandería tomándote tu chilate, mi hijo, no te sientas mal, de verdad quiero decirte que al igual que tu, yo lamento también no estar al lado tuyo, pero quizás en este momento te veo feliz y a lo mejor sería un estorbo en tu vida conyugal, mejor déjame aquí, recuérdame, cuando puedas emite una oración para mi eterno descanso, trata de vivir tu vida sin mi, algún día nos volveremos a reunir, y, te prometo que entonces jamás nadie nos podrá separar, viviremos por siempre felices en este lugar en donde todo es amor.

Gracias Madre por esta charla, me siento contento de haber tenido la oportunidad de hablar contigo, celebro que estés de acuerdo con el matrimonio que llevo, solo te pido que desde allá arriba donde estas, envíame tus bendiciones, cuídame y evita que algo malo me pase o le suceda a mi familia, te quiero mucho Mamá y siempre te recordaré aunque mis amigos me recomienden que ya te deje en paz, tu sabes que así lo he hecho, pero nadie me puede pedir ni quitar, el estar pensando en ti, el extrañarte, el seguirte amando cada día más, ya que la persona que está allá arriba mirándome es el Ángel que Dios me dio para darme la vida y ahora se ha convertido en mi principal protector.

Y así colocando cuidadosamente la fotografía de mi Madre, ahí en la mesa de la sala, dándole un beso, procedí a retirarme, me sentía tan aliviado, de saber que mi madre, supo entender mi proceder, de constatar que cuando uno lo desea, puede tener una platica con su ser querido, podrán tacharme de loco, pero personas cuerdas y de alta jerarquía en la sociedad hablan solos, yo en cambio tuve una platica con mi Madre.

viernes, 10 de enero de 2014

LA LAVANDERA (capitulo 7)

Caray, es difícil de describir el estado emocional en que se ponía Doña Juana cuando recibía la carta de su hijo, el primer día que recibió noticias de Jesús, no paró en estarle dando gracias a su virgencita de Guadalupe, puso flores y veladoras en el altar de esa imagen, rezándole y prometiéndole que le diera la vida necesaria para nuevamente ver a su hijo, es notorio decir que desde que Chucho se fue, el militar dejó de molestar a doña Juana, motivo por el cual su vida transcurría más tranquila y sin tanto sobresaltos, ella se imaginaba que Jesús pudo haberle escrito a su papá y decirle donde se encontraba, porque solamente así se comprende que esta persona la haya dejado de estar acosando, lo que haya sido, la señora le dio gracias a Dios porque su hijo se encontraba bien, sobre todo se encontraba trabajando.

La comunicación por medio de las cartas se hizo frecuente, tal parecía que estaban cerca tanto la madre como el hijo, olvidaba decir que antes de que Enrique se fuera con su padrino de viaje por otros lugares de la Republica Mexicana, en un afán de ayudar a sus progenitoras, Jaime y Enrique se dedican a trabajar en lo que encuentran y es así como aparte de la canasteada, los vemos laborar en una carpa convertida en Teatro, el famoso Tayita, de ahí siguen en la venta de empanadas, doña Juana lavando ropa ajena en los lavaderos de la Fabrica, hacemos referencia a esta actividad ultima, en virtud de que cuando Enrique regresó de su viaje, se encontró con la novedad que Doña Juana, tenía el negocio de las empanadas, sin alabar mucho a esta señora, podríamos decir que era como una hormiguita, nunca estaba quieta, se movía de aquí, para allá y de allá para acá, temprano se levantaba para preparar todo para la hechura de este producto gastronómico de alimentación a bajo precio, pero que también lo consumían turistas extranjeros, ya que los muchachos se iban a vender a las playas del en ese entonces floreciente puerto de Acapulco, el lugar preferido Caleta y Caletilla.

La vida sigue su curso, las hermanas cada quien en sus labores, levantándose temprano cada una de ellas, Mayòn y Rosita para irse a la fonda y a la venta de tortillas, doña Juana en la mañana a elaborar el producto que más tarde se llevarían sus vendedores a expender, terminando, se iba a lavar la ropa, regresando por la noche, en que hacían cuentas todos los vendedores del producto que hubiesen vendido, por lo regular, nunca regresaban con alguna empanada.

Los jóvenes terminan sus estudios primarios y secundarios, el único que no siguió estudiando fue Víctor, Jaime ingresa a la preparatoria, pero debido a que en ese entonces se originaban los pleitos entre estudiantes de una prepa y otra, tiene que salir e interrumpir sus estudios, motivo de que en una bronca, por poco le sacan un ojo, así que tanto su madre real como su madre de crianza le piden que ya no vuelva, Enrique al terminar su secundaria se mete a una escuela particular y logra terminar una carrera corta, esto es la de Contador Privado. Jaime se dedica a la música, forma un grupo y empiezan tocando en la zona de tolerancia, pero lo hacen también a nivel de centros nocturnos, como el zorrito, graban dos discos, pero por desacuerdo entre los mismos integrantes se desintegra, pero bueno la historia es de doña Juana y con ella seguimos, perdón por haberme desviado pero muchas veces me gana el sentimiento y se mueve más rápido el sentir de mi corazón que mis dedos sobre el teclado.

Es en el año de 1973, el 9 de mayo para ser exactos, cuando el destino, mejor bien dicho y explicado, la muerte le da su regalo a Doña Juana y a Mayon, muere en un sanatorio del puerto, Bibiana, Juana siente volverse loca, entra y sale por toda la casa, gritando les dice a los vecinos que ha muerto Bibiana, Mayòn no se diga, esta hecha un mar de llanto, y pensar que un día antes, la jovencita había sido internada, le cortaron un pequeño trozo de su intestino, ya que lo tenía quemado y en su lugar le habían insertado un pedazo de tubo de plástico, se le había notificado a la familia, que la operación había sido un éxito, solo se esperaba la reacción de su organismo por soportar un objeto extraño y para eso se ponían un plazo de 72 horas, aquí deseo hacer mención, que Bibiana, siempre estuvo consciente y en estado lucido, durante toda su enfermedad, se le inflamó su vientre y se le acondicionó un lugar fuera de la casa, bajo la sombra de un tamarindo, donde la colocaron en un catre de jarcia, abajo le pusieron un tina con hielo, ya que ella sentía mucho calor.
Dos cosas podremos decir de ella, con lo cual manifestó siempre estar al pendiente de lo que sucedía, Primero: Le dijo a doña Juana: Tía Juana anoche soñé que la muerte me llevaba de la mano, yo no quería ir con ella, pero me jalaba, me dio mucho miedo y desperté llorando, esto sucedió quizás a los 8 días antes de su muerte, Segundo: casi por esas mismas fechas, Jaime le pidió a Enrique que lo acompañara a pedir a su novia para casarse, cuando salieron de la casa bien arreglados, Bibiana les gritó: Ya se van los arrechos a pedir la novia.

Sobra decir todo el sufrimiento pasado por toda la familia, pero quizás más por Doña Juana, la cual no se hacía a la idea, que esa persona que se encontraba en la caja, era su Bibiana, esa dientona como le decía ella, se enterró y con ella se fueron las ilusiones de una mujer que podría haber llegado muy lejos, su inteligencia y su responsabilidad, fueron sus mejores cartas de presentación. Lo sorprendente es que a su entierro acudieron demasiadas personas, amistades de Juana, de Mayon, de sus hijos que ya trabajaban por otro lado, amigos de sus escuelas, en fin, la casa ubicada en el barrio de Fabrica, fue insuficiente para albergar a tantas personas, que tuvieron que invadir la banqueta y el espacio que había entre las casas.

Los hijos de estas tres mujeres no cejaron en su intento de progresar, es así como Jaime sigue con su conjunto, dándose a conocer no solamente en el puerto, sino casi en toda la Republica Mexicana, y es que se puede decir que la música que tocaban era la que andaba de moda, la empezaron los del Acapulco Tropical, de ahí siguieron varios grupos, Enrique se dedicó a laborar en la rama contable, estuvo en la administración de mercados, posteriormente en una oficina de gobierno, ya como corolario trabajó en un banco, Víctor, se dedicó a la mecánica aeronáutica, Vicky estudiando y ayudándole a su mamá en la fonda, Nicolás, por igual estudiando, pero nuevamente me salí del tema.

LA LAVANDERA (Capitulo 6)

Pero ya lo anotábamos desde el principio, al parecer el estigma de Doña Juana, era el estar siempre tras de un lavadero. Quizás algo que se nos pasa decir, que tal parece que estas tres mujeres hicieron un pacto de no hombre en sus vidas, ya que ninguna tuvo amoríos con alguna persona, claro que fuera realmente conocido, Juana López se dedicó completamente al cuidado de su hijo Enrique, Rosita Soto en cuidar a Víctor y a Carlos, solo Mayon que quizás por lo cansado de su trabajo o de su carácter tan bonachón y alegre, decidió dejar el cuidado de sus hijos a Juana. Doña Juana aprovecha, después de algunos meses de estar yendo a lavar a las instalaciones de la fábrica, la proposición de la líder de las lavanderas de nombre Doña Vicenta (una mujer delgada con su rostro lleno de arrugas que parecía ciruela pasa) persona de un carácter tolerante, pero sobre todo con su gesto de bondad, que ayudaba a medio mundo, pues le propone que se quede como propietaria de un lavadero, lo único que tenia que hacer, era pagar mensualmente una pequeña cuota, ya que ellas estaban adheridas a la unión de mujeres revolucionarias.

Esta organización fue fundada por la Señora María de la O, mujer revolucionaria, ligada a las causas nobles de los hermanos Escuderos, por cierto su tumba se encuentra en el panteón de San Francisco, justamente esta en la calle paralela de los lavaderos de la fábrica.

Es la década de los sesenta, más o menos en el año del 60 o 61, Enrique acepta la invitación de su padrino de primera comunión el Contramaestre de maquinas José Esquivel Ayala, para salir fuera de Acapulco, claro con la anuencia de su señora Madre, fueron cuatro largos meses, en que doña Juana tenía sobresaltos en la noche por la ausencia de su hijo, aunque esto lo aligeraba con la presencia de Mayon y Rosita y el irse a lavar a la lavandería, en donde contaba que se sentía sola sin la presencia de su hijo, en el mes de abril, desesperada la señora de no saber nada de su hijo, aprovechando que su compadre, fue a visitarla para notificarle que Enrique se encontraba bien feliz en Manzanillo, Colima, le expresa en una forma de broma: Sabe que compadre, ya quiero que me mande a mi criatura, la extraño demasiado, si usted no lo hace, le voy a echar brujería, jajajajajajaja como si la señora se dedicara a esos menesteres.

Es el motivo principal por el cual, acompañado de un oficial del buque de Guerra Cañonero Potosí, llega Enrique a la lavandería que en ese entonces se encontraba ubicada junto a la planta de la Industria de Hielo y Agua, para lo cual el marino al hacer entrega del niño, le dice a la madre: Señora, vengo a entregarle a este joven, que durante el trayecto en el barco, se ha comportado de una forma excelente, me fue recomendado que lo dejara y entregara a usted en sus manos, dándole las más expresivas gracias mi contramaestre José Esquivel, pidiéndole de antemano la tardanza. Cuando quedan a solas, doña Juana ve a su hijo de forma muy diferente, gordo, cachetón, de color mas Blanco (él era de color moreno), el pelo grifo y güero, deja de lavar y notifica a sus amigas de lavadero, que su hijo ya había llegado, lo abrazaba y lo adelantaba para que sus amigas lo vieran, el chavo todo chiveado, nada más se escondía en las espaldas de su madre.

Al llegar su hijo, la señora con todo y pena acude a la escuela primaria en que estudiaba Enrique, para notificarle al director que su hijo ya iba a regresar a clases, este le indica que se lo comunique a su profesor, para que vea si sigue todavía en la lista de alumnos que el preside, todo se arregla, con la condición del maestro Zenón de que Enrique se pusiera a estudiar para que se regularice en sus estudios, ya que por la falta a clases de 3 meses se suponía que estaba atrasado. Pero esa labor para la señora era de lo más fácil, ya que ponía a su hijo a que le macheteara y esto era no dejándolo salir a jugar futbol con sus compañeros, Doña Juana no era una persona preparada, pero ante sus hijos daba la impresión de que había tenido estudios, era muy estricta en cuestiones escolares.

A principio de los años sesenta, Enrique termina sus estudios primarios e ingresa a la secundaria Técnica, escuela en la cual ya Jaime cursaba el tercer año, hemos de hacer notar que por estas fechas, le llegan noticias a doña Juana de su hijo Jesús, el le manda una extensa carta, en la cual le explica los motivos por lo cual tuvo que salir huyendo de su bello puerto, diciéndole que era mucho el amor que le tenía, que ella representaba para él lo más sagrado de la vida, motivo por el cual le dolía mucho que su padre la insultara y en ocasiones la golpeara, ya que el mismo sufrió en carne propia el mal genio por la ordenanza militar de su progenitor, le pedía perdón y le suplica que no le guarde rencor, ya que era mejor mantenerse alejado, en virtud de que comprendía que él era la causa por la cual su padre se comportaba de esa manera. Habremos de anotar que Jesús anduvo como emigrante en los estados de Quintana Roo, Campeche y Tabasco, cuando le envió esta carta la cual por cierto venía acompañada por unos cortes de tela, para que según él, su madre se hiciera unos lindos vestidos.

Cuando Enrique le leía las cartas a su madre, él se emocionaba mucho de lo que su hermano escribía, ya que en ellas indicaba que se encontraba trabajando en la selva lacandona y que por tiempos bajaba a la ciudad, que es cuando Jesús aprovechaba para comprar lo que necesitaba y mandarle la carta a su mamá, como todo joven, Enrique imaginaba la selva llena de animales, así que platicando con Doña Juana, le dijo que le iba a pedir un monito a su hermano.