sábado, 11 de enero de 2014

UNA PLATICA CON MI MADRE.

Hola Mamá, feliz cumpleaños, después de 20 años y 6 meses vengo a desearte felicidades por tu 85 aniversario, y aprovechando, deseo platicar un momento contigo.

Sabes, todos estos años en que no te he visto físicamente, en algunas noches puedo ver tu hermoso rostro, esa mirada dulce que siempre se te observaba y de la cual jamás olvidaré, a mi me corroe la duda desde el momento que tan precipitadamente me dejaste, ha sido saber como fue tu partida, porque hasta el momento ninguna persona se me ha acercado para comentarme la versión de tu accidente, ¿Mami, que pasó ese día?

Hola hijo, antes de contestar tu pregunta, quiero decirte que por fortuna, yo puedo mirarte todos los días, he visto tus penurias y debo decirte que siempre he estado a tu lado, nunca te he dejado porque aún aquí donde estoy te sigo queriendo con todo mi amor y mi corazón, siempre serás mi niño consentido, mi Melito del alma. El momento de mi partida, se debió quizás a una imprudencia del chofer que rebasó en sentido contrario, no lo sé, esto porque al llegar fue lo que me notificaron. Como todas las tardes venía saliendo de la fábrica, iba rumbo al departamento, pero como rutina ya lo sabes, pasaba a ver a Amalia, ahí al mercado, por lo cual al atravesar la calle, me di cuenta que todos los carros estaban parados, el semáforo tenía la luz roja por lo cual había un alto, con total seguridad me dispuse a cruzar, cuando de pronto vi dos luces sobre mi rostro, después, todo fue una completa oscuridad.

Cuando desperté vi que alrededor mío, había demasiada gente mirándome, algunas de las señoras llorando, un policía escribiendo en una libreta, una persona con bata blanca y con unas letras azules en ella, que de verdad no sé que significaban preparando una camilla, me dispuse a levantarme y con gran sorpresa me percate de que mi cuerpo seguía tendido, yo me toqué, me golpee la cabeza para despejarme, miraba a la gente y escuché que decían, “pobre señora, la pasó a traer el urbano”, yo no entendía, volví la vista a mi cuerpo, lo vi ensangrentado, con las piernas todas reventadas y la cabeza destrozada, ahí junto a mi quedó la bolsa que siempre me acompañaba, entonces con verdadero espasmo recapacite y me dije “Dios Mío, no puede ser, estoy muerta”, pero aún así, trate de decirle a alguna persona que te hablara para poder avisarte que había tenido un accidente, nadie me hacía caso todos estaban pasando por mi cuerpo como si fuera fantasma, deseaba llorar, pero no podía, en ese momento pensé en ti mi Hijo, en el gran dolor que te iba a causar, e ilógicamente pensé en morir antes de causarte alguna pena, pero claro no podía, porque ahí estaba el cuerpo similar al mío con las piernas reventadas y el rostro todo desfigurado por el golpe.

Mamá, ¿Por qué tuviste que irte así? , cuando noté que no llegabas, fui por mi novia –que hoy es mi esposa- y me acompañó a buscarte a todos los hospitales, clínicas del puerto, incluso fuimos a ver a Mayòn y ella nos comentó que escucho decir que habían atropellado a una mujer frente a una tienda, pero que no sabían quien era, ahí mismo les dije: Es mi mami, es mi mami, vamos al semefo a buscarla, todavía mi chava me hizo ir a buscar a mi hermano Nicolás para que nos ayudara a buscarte, yo empecinado en decirles que mejor nos dirigiéramos al Servicio Medico Forense, ellos no quisieron, volvimos a buscarte otra vez en los centros médicos en los cuales podrías estar por algún accidente, pero todo fue inútil, no había nada, hasta que nos dirigimos al lugar que les indicaba, en el momento en que preguntamos por ti, el encargado nos comunicó: “Deben de ser fuertes, ahí dentro se encuentra una señora con las características que ustedes me están dando, pásenle a ver si es ella”.

Efectivamente cuando te vi con tus piernas cosidas y por igual tu rostro, Madre, no sabes que gran dolor me causó verte ahí tendida en una mesa fría, sola, tan sola, como quizás lo estuviste mucho tiempo, y créemelo me sentí la persona más despreciable de todo el universo, me tire a tu cuerpo, lo abrace, lo llene de besos y recrimine al Dios, al que tu me enseñaste a querer y respetar, quizás blasfeme, pero no era para menos, me había quitado al ser que siempre se ocupó y preocupó por mi, mi novia y mi hermano me jalaban de los brazos queriendo que te soltara, los hice a un lado, en ese momento lo que más deseaba era estar para siempre a tu lado, no dejarte, pero pudo más el dolor de verte ahí y me desvanecí, no supe ya de mi.

Lo sé Melo, porque sentí el calor de tu cuerpo, yo también quise abrazarte y besarte mucho, pero mucho, más no se me tenía permitido que mi cuerpo se moviera, ya no era de tu mundo, ya estaba con seres que me cuidaban, créemelo mi Hijo, que quizás te hubieras percatado pero en mi rostro pálido y en mis ojos un pocos hundidos, una lagrima alcanzó a correr por mis mejillas, eso era para demostrarte que yo me sentía terriblemente mal, al verte ahí solo, como quizás así serian tus años siguientes.

Lo más irónico Madre, cuando recuperé el sentido, me llevaron a declarar, pero yo solo quería estar contigo, no deseaba hablar con nadie, deseaba seguir estrechando tu cuerpo y porque no, morirme junto a ti, porque la vida desde ese momento ya no me interesaba, me habían cortado la fuente de vida, no quería vivir, no deseaba vivir y además de todas las cosas, no merecía vivir, porque descuidé al brillante mas hermoso de mi vida, porque no te brinde todo el amor del cual eras tu merecedora; al no querer yo hablar, le dijeron a Jaime, que si yo no cooperaba me iban a encerrar, te das cuenta aparte de privarme de tu presencia, se me iba a privar de mi libertad, pero así es la justicia de los hombres, entonces Jaime se comprometió a declarar por mi y el fue el que dio todos tus datos.

Si mi niño, todo eso lo sé, porque todavía seguía esperando mi turno para que se me recibiera y me dejaran entrar, algo que se me explicó ya que mi muerte no fue natural y aún no me tocaba partir, pero en fin, quiero que sepas que me dio gusto de ver nuevamente a mis tres hijos juntos, ahí mirándome y cayendo sus lagrimas sobre mi cuerpo, de verdad mi melito, todo lo que dijiste y lo que tus hermanos expresaron los oigo como si apenas hubiese sido ayer que los deje.

Mami, yo no quisiera enfadarte con tantas preguntas, pero quizás aprovecho este momento para que tu me contestes algunas cosas que han hecho de mi vida un mar de dudas, y es que, a los pocos días que te fuiste, en el departamento sucedieron cosas extrañas, como por ejemplo, estando dormido te vi sentada en el sillón de tu preferencia, claramente observé como estabas sentada y hasta le dije a mi mujer que estabas en el departamento, al otro día le comenté que te había soñado ahí en tu sillón, me sorprendió cuando me dijo: No mi amor, no la soñaste, porque estabas despierto, todavía no te dormías…….

Efectivamente mi niño, mi Melito del alma, ese día ya me andaba despidiendo, se me estaba esperando, quizás te diste cuenta que te sonreí, y antes de que me preguntes otras cosas, yo te las diré, efectivamente, yo te apagaba la televisión, también la luz y te cerraba las puertas, quería darte señales de que aún seguía contigo y que lo haría mientras se me diera la licencia y la oportunidad de estarte haciendo “Travesuras” , miré con demasiada alegría como regalaste mi ropa a las personas que de verdad lo necesitaban, mi nuera se quedó con mi vestido de india, que hermosa se veía, también me di cuenta todo lo que te sucedía por el dolor de que me fui, no creas Melito, estando acá, todo eso me dolía, porque lo que siempre desee era verte alegre.

Otra cosa Mami, mi hijo no te conoció físicamente y jamás le habíamos enseñado tus fotos, ¿Por que en las noches lloraba y nos decía que había sido su “tita” quien le pegaba? y un día en la mañana, mirando la foto donde estas con mi abuelita, claramente nos dijo: “Ella Tita, pegó aquí” y nos señalaba sus pompis, ¿Que sucedió con tu nieto Mami?

En efecto, mi nieto me miró, no sabes que gusto me dio cuando vi que los preparativos para su nacimiento estaban hechos, vi como tu esposa sufrió por ese embarazo y como te dijeron que eligieras a uno de los dos porque solo uno se salvaría, por eso nos viste en la sala de espera con tu hermana, porque habíamos pedido una indulgencia para que se te concediera que tus seres queridos siguieran viviendo y no me aguanté y le acaricié los cabellos a mi nuera, como para manifestarle mi solidaridad y decirle “No temas, aquí estoy y estoy para cuidarte, no temas, nada te pasara, porque traíamos una instrucción de mi Padre Celestial, que ellos salieran bien de la operación, pero tu lo tomaste en otro sentido, pero no podía hacer nada para explicártelo, ya no podías oír mi voz. Por eso de mucha alegría pasaba por la cuna de mi nieto y le daba su nalgada, porque aquí donde me encuentro me sentía satisfecha del nacimiento de esa criatura, por cierto gracias por haberle puesto mi nombre, aunque tu bien sabes que si hubiera sido mujer, que nombre me gustaba.

Si Mamá, nunca se me va a olvidar cuando me pediste que si se me daba tener un hijo y salía mujer le pusiera Juana Iris pero ya vez fue un hombrecito, oye mami, tú tuviste muchos secretos para mí, ¿por que nunca me hiciste saber de las ofensas que te hicieron y que te dijeron? Cuando me lo comentaron créeme que me hirvió la sangre, porque por muy humilde y sencilla que fuiste, como persona valías mucho más que aquellas que te ofendieron, pero claro, tenías que sacar siempre tus mismas palabras: No fue nada, mi hijo.

Yo no deseaba amargar tus momentos felices por el nacimiento de tu hija, no, yo te veía muy feliz y era lógico, habías tenido varios hijos, pero no eran tuyos, eran tus hijos de crianza, más sin embargo con el paso del tiempo vi que no pudiste salvar la situación y el divorcio llegó a tu vida, pero corazón, creo que fue lo mejor, si seguías empecinado en llevar ese matrimonio con el pretexto de tu hija, a la larga te iba a salir demasiado caro e ibas a llorar demasiado, más ahora que con alegría puedo verte como has logrado rehacer tu vida, con la persona con la cual tuve poco trato, créemelo, yo también me siento feliz, por que siempre te decía, que mi único miedo era irme y que tu siguieras con esa forma tan inestable de vivir, siempre andando como las mariposas de flor en flor, y eso para mi créelo era desgastante, porque sufría al ver la edad que tenías y no sentabas cabeza, después me enteré que te habías casado por compromiso, porque no quisiste que esa mujer abortara a la niña y te felicito por tus buenos sentimientos.

Desde que aprendí a vivir la vida, me di cuenta que tu mucho sufrías en silencio, no es mi deseo preguntarte el por que, ya que viviste una vida muy desdichada, sin suerte en el amor y con personas que te engañaron sentimentalmente, yo no quiero ni debo de saber el por que de tus separaciones tanto con mi padre, como el de mis hermanos, porque con el de Chucho y Margarita, sé los motivos y créemelo Madre, que aunque no soy nadie para criticarlo, si me dio demasiado coraje cuando vi que te puso la pistola en la cabeza para que le entregaras a Chucho, también porque vi el gran corazón de mi hermano, que te amó demasiado y sacrificó la felicidad al lado tuyo por irse a emprender la aventura en busca de otros horizontes.

Pero si, lo que no alcanzo a comprender Mamá, es si estando joven y bonita, en ese entonces y haciendo mis cuentas cuando yo nací tu tenías 22 años, demasiado joven, como para que te hubieras vuelto a casar, además por las fotos que te vi con Petra y lo que me platicó Mayòn, tu eras muy bonita, así que con todos estos atributos yo todavía no logro comprender porque te sacrificaste, porque no buscaste tu felicidad, yo era pequeño no creo que hubieras tenido problemas conmigo, pero en fin, si me puedes decir ¿Por qué no te casaste?

Por todo eso que me acabas de decir, por eso no me casé, con mis dos anteriores parejas, sufrí demasiado, con el papá de tus hermanos, porque era soldado, de esos militares, tercos, ignorantes, que creían que a la mujer deberían tener como a las escopetas, en la esquina y bien cargada, soberana estupidez de esos hombres que a la mujer no la dominan con los sentimientos, sino a base de golpes, por eso me escapé de él, porque no deseaba que me siguiera maltratando, pero con tan mala suerte que me quito a tus hermanos, solo Jesús tuvo el valor para escapársele y venirse conmigo, con tu padre, un hombre hosco, de mal semblante, siempre con un carácter voluble, además de que me había engañado, me dijo que no tenía compromisos y atrás de él, ya había tenido a una mujer y dos hijas, cuando lo dejé, fácil encontró acomodo en otra mujer, ni siquiera tuvo la dignidad de buscarme cuando supo que había quedado embarazada, por eso no me casé, además no quería darte un padrastro, yo podía sola contigo, por eso me ocupé en tener trabajo tanto en el día como en la noche, trayendo con esto, que te descuidara, que te dejara encerrado junto con los hijos de Mayon, porque no deseábamos que te perdieras, por eso Melito, no quise felicidad a costa de la tuya, además te tenía a ti y a tus hermanos, que aunque no los veía sabia de ellos, ustedes eran mi felicidad, eran mi mundo, ustedes formaron con su ser el hombre que fungía como mi marido.

Madre, cuantas cosas quisiera estarte preguntando para saber más de ti, se que tu tiempo es limitado, pero solo quiero que sepas que nunca te he dejado de querer, jamás podré olvidarte, porque sé los sufrimientos que pasaste desde que nací hasta que me separé de tu lado, hay momentos de nostalgia que me hacen desear estar contigo, aunque ya tenga a mi familia, pero en ocasiones las cosas no funcionan como uno quisiera, es cuando alzo la vista al cielo, te busco en ese cielo estrellado, dirigiéndome a ti, pregunto: Madre, ¿Por qué tenías que haberte ido? ¿Por qué las cosas trágicas solo suceden en las personas buenas, las que jamás hacen daño, las que se preocupan por los demás, esas personas que todo su ser solamente es amor y bondad? ¿Por qué? ¿Por qué?

Mira hijo, todo el acontecer de la vida de un Ser Humano, esta marcada por los designios divinos a los que venimos sujetos cuando vemos por vez primera la luz de la vida, yo te diría que en el momento que en el departamento grite: Ya llévame Dios Mío, de una vez, era, porque presentía que tenía que ir a rendirle cuentas al Todopoderoso, pero sentía miedo, pero ese miedo no era a morir, te diré sinceramente que jamás tuve temor a morirme, tenia inquietud de saber que sería de ti cuando ya no estuviera contigo, tu que me demostraste una conducta inestable, tenía una cobardía a dejarte solo, desamparado, sin saber adonde dirigir tus pasos, pero el día que vi a tu novia llorando en el departamento, de verdad, créemelo vi en su rostro todo el amor que sentía por ti, pero que con tu carácter lo estabas destruyendo, por eso te dije, que si no la querías que mejor la dejaras, pero lo sabía de antemano, que ella iba llegar a ser algo más que una novia para ti, vi tu semblante y me convencí de que tu también la querías, pero lo primero que tenías que hacer era dominar tu carácter, tus arranques impulsivos.

Yo te conocía demasiado bien, melito, por eso te pedí que la dejaras; cuando sucedió lo de mi accidente, me fui con ese pendiente, porque mi mayor satisfacción, hubiera sido haberte visto nuevamente casado, en un hogar en donde se escuchara el llanto de un niño, o los gritos tuyos y de tu esposa, porque eso si te lo aclaro, yo me iba a ir a mi casa, te iba dejar que vivieras tu vida, no iba a ser la suegra molona, menos la madre consentidora o la abuela alcahueta, no, mi hijo, si en tu primer matrimonio me hice a un lado, en esta no iba a ser la excepción.

Todo lo que me has dicho Madre, me ha dejado una satisfacción, en todo mi cuerpo y mi corazón se encuentra radiante, porque siempre fuiste una buena madre, quizás si en este momento me sincero contigo, te podría decir que yo para ti no fui un buen hijo, me faltó mucho para compensar un poco todo lo que tu me diste, quizás ya sea demasiado tarde para reconocer todos mis errores, mis faltas y quizás mi forma de ser tan grosero contigo, si Dios me diera la oportunidad de tenerte otra vez, trataría de darte todo lo que te mereces y que comparado con lo que tu das, es muy poco, quizás mi error tan grande fue que traté de cumplir con las cosas materiales, pero jamás pude darte parte de mi tiempo, cuando no me encontraba trabajando, me encontraba descansando, tu esperando para platicarme tus sucesos en la lavandería, en el barrio o en el mercado con Mayòn, yo te escuchaba pero siempre me vencía el sueño.

No te culpes de nada Melito, quizás fuiste el único hijo que me dio todo, ya vez tu hermano huyendo para que su padre no lo encontrara y tu hermana viviendo a fuerzas con su padre, en cambio tu, permaneciste conmigo toda tu vida de soltero, aún casado me ibas a buscar a mi casa, a la lavandería o al barrio, no me puedo quejar de ti, fuiste lo que tenías que haber sido conmigo, me diste tu tiempo, platicaste conmigo cuando nos íbamos en el taxi, cuando te quedabas en la lavandería tomándote tu chilate, mi hijo, no te sientas mal, de verdad quiero decirte que al igual que tu, yo lamento también no estar al lado tuyo, pero quizás en este momento te veo feliz y a lo mejor sería un estorbo en tu vida conyugal, mejor déjame aquí, recuérdame, cuando puedas emite una oración para mi eterno descanso, trata de vivir tu vida sin mi, algún día nos volveremos a reunir, y, te prometo que entonces jamás nadie nos podrá separar, viviremos por siempre felices en este lugar en donde todo es amor.

Gracias Madre por esta charla, me siento contento de haber tenido la oportunidad de hablar contigo, celebro que estés de acuerdo con el matrimonio que llevo, solo te pido que desde allá arriba donde estas, envíame tus bendiciones, cuídame y evita que algo malo me pase o le suceda a mi familia, te quiero mucho Mamá y siempre te recordaré aunque mis amigos me recomienden que ya te deje en paz, tu sabes que así lo he hecho, pero nadie me puede pedir ni quitar, el estar pensando en ti, el extrañarte, el seguirte amando cada día más, ya que la persona que está allá arriba mirándome es el Ángel que Dios me dio para darme la vida y ahora se ha convertido en mi principal protector.

Y así colocando cuidadosamente la fotografía de mi Madre, ahí en la mesa de la sala, dándole un beso, procedí a retirarme, me sentía tan aliviado, de saber que mi madre, supo entender mi proceder, de constatar que cuando uno lo desea, puede tener una platica con su ser querido, podrán tacharme de loco, pero personas cuerdas y de alta jerarquía en la sociedad hablan solos, yo en cambio tuve una platica con mi Madre.

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