viernes, 10 de enero de 2014

LA LAVANDERA (capitulo 7)

Caray, es difícil de describir el estado emocional en que se ponía Doña Juana cuando recibía la carta de su hijo, el primer día que recibió noticias de Jesús, no paró en estarle dando gracias a su virgencita de Guadalupe, puso flores y veladoras en el altar de esa imagen, rezándole y prometiéndole que le diera la vida necesaria para nuevamente ver a su hijo, es notorio decir que desde que Chucho se fue, el militar dejó de molestar a doña Juana, motivo por el cual su vida transcurría más tranquila y sin tanto sobresaltos, ella se imaginaba que Jesús pudo haberle escrito a su papá y decirle donde se encontraba, porque solamente así se comprende que esta persona la haya dejado de estar acosando, lo que haya sido, la señora le dio gracias a Dios porque su hijo se encontraba bien, sobre todo se encontraba trabajando.

La comunicación por medio de las cartas se hizo frecuente, tal parecía que estaban cerca tanto la madre como el hijo, olvidaba decir que antes de que Enrique se fuera con su padrino de viaje por otros lugares de la Republica Mexicana, en un afán de ayudar a sus progenitoras, Jaime y Enrique se dedican a trabajar en lo que encuentran y es así como aparte de la canasteada, los vemos laborar en una carpa convertida en Teatro, el famoso Tayita, de ahí siguen en la venta de empanadas, doña Juana lavando ropa ajena en los lavaderos de la Fabrica, hacemos referencia a esta actividad ultima, en virtud de que cuando Enrique regresó de su viaje, se encontró con la novedad que Doña Juana, tenía el negocio de las empanadas, sin alabar mucho a esta señora, podríamos decir que era como una hormiguita, nunca estaba quieta, se movía de aquí, para allá y de allá para acá, temprano se levantaba para preparar todo para la hechura de este producto gastronómico de alimentación a bajo precio, pero que también lo consumían turistas extranjeros, ya que los muchachos se iban a vender a las playas del en ese entonces floreciente puerto de Acapulco, el lugar preferido Caleta y Caletilla.

La vida sigue su curso, las hermanas cada quien en sus labores, levantándose temprano cada una de ellas, Mayòn y Rosita para irse a la fonda y a la venta de tortillas, doña Juana en la mañana a elaborar el producto que más tarde se llevarían sus vendedores a expender, terminando, se iba a lavar la ropa, regresando por la noche, en que hacían cuentas todos los vendedores del producto que hubiesen vendido, por lo regular, nunca regresaban con alguna empanada.

Los jóvenes terminan sus estudios primarios y secundarios, el único que no siguió estudiando fue Víctor, Jaime ingresa a la preparatoria, pero debido a que en ese entonces se originaban los pleitos entre estudiantes de una prepa y otra, tiene que salir e interrumpir sus estudios, motivo de que en una bronca, por poco le sacan un ojo, así que tanto su madre real como su madre de crianza le piden que ya no vuelva, Enrique al terminar su secundaria se mete a una escuela particular y logra terminar una carrera corta, esto es la de Contador Privado. Jaime se dedica a la música, forma un grupo y empiezan tocando en la zona de tolerancia, pero lo hacen también a nivel de centros nocturnos, como el zorrito, graban dos discos, pero por desacuerdo entre los mismos integrantes se desintegra, pero bueno la historia es de doña Juana y con ella seguimos, perdón por haberme desviado pero muchas veces me gana el sentimiento y se mueve más rápido el sentir de mi corazón que mis dedos sobre el teclado.

Es en el año de 1973, el 9 de mayo para ser exactos, cuando el destino, mejor bien dicho y explicado, la muerte le da su regalo a Doña Juana y a Mayon, muere en un sanatorio del puerto, Bibiana, Juana siente volverse loca, entra y sale por toda la casa, gritando les dice a los vecinos que ha muerto Bibiana, Mayòn no se diga, esta hecha un mar de llanto, y pensar que un día antes, la jovencita había sido internada, le cortaron un pequeño trozo de su intestino, ya que lo tenía quemado y en su lugar le habían insertado un pedazo de tubo de plástico, se le había notificado a la familia, que la operación había sido un éxito, solo se esperaba la reacción de su organismo por soportar un objeto extraño y para eso se ponían un plazo de 72 horas, aquí deseo hacer mención, que Bibiana, siempre estuvo consciente y en estado lucido, durante toda su enfermedad, se le inflamó su vientre y se le acondicionó un lugar fuera de la casa, bajo la sombra de un tamarindo, donde la colocaron en un catre de jarcia, abajo le pusieron un tina con hielo, ya que ella sentía mucho calor.
Dos cosas podremos decir de ella, con lo cual manifestó siempre estar al pendiente de lo que sucedía, Primero: Le dijo a doña Juana: Tía Juana anoche soñé que la muerte me llevaba de la mano, yo no quería ir con ella, pero me jalaba, me dio mucho miedo y desperté llorando, esto sucedió quizás a los 8 días antes de su muerte, Segundo: casi por esas mismas fechas, Jaime le pidió a Enrique que lo acompañara a pedir a su novia para casarse, cuando salieron de la casa bien arreglados, Bibiana les gritó: Ya se van los arrechos a pedir la novia.

Sobra decir todo el sufrimiento pasado por toda la familia, pero quizás más por Doña Juana, la cual no se hacía a la idea, que esa persona que se encontraba en la caja, era su Bibiana, esa dientona como le decía ella, se enterró y con ella se fueron las ilusiones de una mujer que podría haber llegado muy lejos, su inteligencia y su responsabilidad, fueron sus mejores cartas de presentación. Lo sorprendente es que a su entierro acudieron demasiadas personas, amistades de Juana, de Mayon, de sus hijos que ya trabajaban por otro lado, amigos de sus escuelas, en fin, la casa ubicada en el barrio de Fabrica, fue insuficiente para albergar a tantas personas, que tuvieron que invadir la banqueta y el espacio que había entre las casas.

Los hijos de estas tres mujeres no cejaron en su intento de progresar, es así como Jaime sigue con su conjunto, dándose a conocer no solamente en el puerto, sino casi en toda la Republica Mexicana, y es que se puede decir que la música que tocaban era la que andaba de moda, la empezaron los del Acapulco Tropical, de ahí siguieron varios grupos, Enrique se dedicó a laborar en la rama contable, estuvo en la administración de mercados, posteriormente en una oficina de gobierno, ya como corolario trabajó en un banco, Víctor, se dedicó a la mecánica aeronáutica, Vicky estudiando y ayudándole a su mamá en la fonda, Nicolás, por igual estudiando, pero nuevamente me salí del tema.

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