Disculpe, ¿se siente bien, quiere que llame a algún familiar?
Pero el muchacho no oía, no veía, su mundo era el nada más, su sufrimiento lo tenía trastornado, se encontraba en otra dimensión, se encontraba muy perturbado.
Joven, puedo ayudarlo en algo, míreme soy la chica de la fonda de ahí enfrente, oiga ¿me escucha?, al ver que no le hace caso, lo jala por el hombro y con voz firme le dice: Me está escuchando, ¿lo puedo ayudar en algo?
Es cuando Freddysbundo reacciona y se vuelve a la persona que le está hablando, ahí frente a él se encuentra el único ser que fue a declarar a su favor, limpiándose las lágrimas se vuelve hacia ella y le dice:
Discúlpeme, ¿Qué me decía? ¿En qué puedo ayudarla?
Le preguntaba, que si se sentía bien, si deseaba que llamara a algún familiar, mire, quizás se acuerde de mi, soy la mesera de la fonda de enfrente la que…….
Si, ya me acuerdo de usted –contesta él-
¿Le pasó algo?, ¿lo volvieron a asaltar?, ¿lo golpearon? ¿Se encuentra ya bien?
Al tenerla ahí junto a él, pudo constatar la belleza de la chica, pero sobre todo pudo apreciar su bondad y su amabilidad, ahí estaba junto a él, platicando con un completo desconocido, dedicándole su tiempo por saber que le sucedía, teniéndole tanta confianza para detenerse y preguntarle; de verdad era una chica muy confiada, pero eso fue quizás el motivo por el cual Freddysbundo se detuvo a pensar, el pidió que esa divinidad se le manifestara, y ¿no era eso una clara señal de que había sido escuchado? ¿Acaso ese gesto no significaba que el Eterno, todavía tenía planes para él? Por lo tanto dejo a un lado su dolor y se presentó ante la chica de referencia:
Ya, ya, me siento bien, mire mi nombre es Freddysbundo Carreto Torrentera, vecino del poblado de San Ignacio del Cerro Prieto en el vecino estado de Jalistlán., o sea vecino de esta localidad, cuando me encontró tenía unos minutos de haberme enterado de una tragedia que ha enlutado todo mi cuerpo y en una forma especial mi corazón, me han notificado de la muerte de mi Madre y de mis dos hermanos, por eso me encontró en ese estado, noticia que aún no logro digerir, porque pienso que no es verdad.
Notándolo con un ánimo un poco sereno, la chica en cuestión le expresa:
Espero no se ría o se mofe de mi nombre, ya que el mismo ha sido motivo de chascarrillos con las demás meseras, mi nombre es Dulce Purificación Asunción de todos los Santos, pero me puede llamar Dulce, Puri o Chonita, y de verdad le manifiesto mi profundo sentir por tan irreparable pérdida, pero siento que usted debe sobreponerse para que este trago amargo pase muy pronto, su familia no ha muerto, morirá en el momento en que usted los olvide, mientras tanto téngalos en su mente, en su vida y muy dentro de su corazón, se lo digo, por experiencia, yo ya pasé por ese trance, en la actualidad vivo con una tía muy cerca de aquí, a la que ayudo en los quehaceres de la casa y en la manutención de la misma, con mi salario nos ayudamos las dos y así de esta forma vemos pasar los días.
Cuanta dulzura existía en esa chica, cuanta candidez, cuanta inocencia, Freddy, quedó prendado de ella, sentía que esa atracción iba en aumento conforme la oía hablar, que linda manera de expresarse, que soltura de palabras, él, ahí como bobalicón viendo sus gestos y porque no, viendo lo hermosa que era ella, que rápido le había pasado su duelo, que pronto se olvidó de Frumencia (la Menchita de su corazón), pero es que ahí junto a él se encontraba un Ángel del Señor, a ese, que rato antes le había reclamado, pero ahí se encontraba una prueba fehaciente, real y de carne y hueso, de que sus reclamos habían sido escuchados.
Bueno me tengo que marchar –le expreso ella- (CONTINUARA..............)
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