Señor ¿Por qué hace usted todo esto por mi?, soy solamente un desconocido, alguien que pisó la cárcel, aunque injustificadamente, pero la pise, estuve dentro de ella y quizás adquirí malos hábitos dentro de ella, de verdad, contésteme ¿Por qué lo hace?
Mira muchacho –le dice Eleuterio- la vida en su constante evolución y diaria rotación, nos ofrece miles de caminos en los que podemos transitar, nos toca a nosotros escoger cual será el mejor, nos ofrece oportunidades para realizar nuestros sueños y realidades, en ocasiones tomamos la peor decisión, y, en otras acertamos, pero la vida sigue su curso, no se detiene, somos los seres humanos los que nos atrasamos porque no sabemos definir o no sabemos elegir la senda que nos conduzca al triunfo.
Es mentira que la oportunidad –seguía diciendo Eleuterio- se presenta una sola vez, se nos presenta en infinidad de ocasiones, pero no somos capaces de vislumbrarlas porque nos encontramos cegados por el dolor o el arrepentimiento de no haber acertado en la primera. La vida misma es una gran oportunidad que se nos da para realizarnos, pero no somos capaces de absorberla al 100%, dejamos ir los días y, a la vida la vemos pasar sin tomar la experiencia que nos ofrece en forma de lecciones o golpes que se nos dan, y así vamos transitando, cayendo, levantándonos y en ocasiones permanecemos en el suelo tirados, sin ánimo de ponernos de pie, porque nos sentimos derrotados sin haber peleado, sin siquiera empuñar las armas que se nos dan para salir adelante.
Si, Freddy, así es la vida, caprichosa unas veces y otras tolerante, pero la debemos de tomar como venga, no debemos de rehuir los problemas, ni tampoco engolosinarnos con la buena suerte, son cosas del destino, tu vida está regida por alguien o por algo que no tiene esencia, pero que su presencia está ahí, junto a ti, junto a mí, o junto a quien la quiera tomar, todo es cuestión de tener fe, esa fe que mueve montañas, esa fe que hizo a Jesucristo sanar al paralitico o convertir el vino en agua o multiplicar los peces y los panes, esa fe que tuvo Moisés al atravesar el mar rojo cuando Dios sacó a la gente de Egipto, con una simple vara dividiendo las aguas en dos paredes y formando un sendero seco en medio, esa es la razón por la cual te ofrezco ayudarte, porque desde el primer instante que pisaste mi casa, tuve confianza en ti, y hoy deposito mi fe para que seas tú quien recupere la confianza en ti mismo.
Freddy, que creció con todas las adversidades, tuvo la certeza de que todo lo expuesto por Eleuterio era una gran verdad, tuvo la convicción de que esta era su mejor oportunidad para salir adelante, se había hecho el firme propósito de renovarse o mejor morir, quería dar un giro importante en su vida, no deseaba dar la imagen de un chico problemático, el hecho de haber caído en la cárcel, significaba estar marcado, y las puertas que pudieran darle trabajo no se abrirían, esa fue quizá la razón que lo hizo aceptar el ofrecimiento del tío de Dulce, claro que era una buena oportunidad para salir avante, prosperar, llevar una vida holgada y sin tantas preocupaciones, pero también en este ofrecimiento, vislumbraba la oportunidad de seguir fomentando la amistad de Dulce Purificación.
Quizás por un momento cruzó por su mente, poner en práctica todo lo que aprendió en el bajo mundo de la delincuencia, pero ese recuerdo perenne de su señora Madre lo detenía, claro que él sabía que esa era la forma más fácil y rápida de hacer fortuna, sin embargo esos malos pensamientos chocaban con los buenos consejos que recibió de doña Aldegunda e inmediatamente se esfumaban, por igual contaban los buenos sentimientos que se anidaban dentro de su Ser. En la cárcel tuvo que adoptar la firmeza y dureza de su carácter por las circunstancias que se le presentaban, pero por su mente jamás cruzó la idea de hacerle daño a alguien por puro capricho, todo lo que hizo, fue para sobrevivir en ese ambiente tan hostil y violento, como lo es el de los penales. (CONTINUARA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario