Cuando la señora sale, Jesús sabrá Dios como le hace, pero finge o quizás de verdad se corta la planta de su pie, se dirige a su pequeño hermano Enrique diciéndole: Mira hermano, tengo que salir a que me curen la herida, dile a mamá que fui a la cruz roja que en tan pronto me curen me regreso, Enrique presintiendo quizás algo que haría mucho sufrir a su mamá, decide acompañarlo, pero Jesús no lo acepta y ya no es una petición sino una orden de que se quede hasta que el regrese. Podríamos anotar quizás el año de 1967 a 1968 en que a Jesús se le vio por ultima vez en Acapulco, no fue sino hasta el año de 1990 o 1991 en que madre e hijo se volvieron a ver, pero eso es parte de la historia que habremos de contar más adelante.
El padre de Jesús cumplió su promesa de acudir al otro día a buscar a su hijo, pero esta vez, quien le da la cara es Mayòn, ya que Juana se encuentra totalmente destrozada por no saber nada de su hijo, pensaba miles de cosas, le había pedido a Enrique que le leyera el periódico La Verdad y El trópico, si le pasó algo a Jesús ahí tendría que salir la mala noticia, pero se buscó en la nota roja y no se encontró nada, casi en la madrugada sin haber pegado los ojos, la señora ya había acudido a las instalaciones de la cruz roja, ahí le notificaron que no habían recibido a ninguna persona que estuviera cortada del pie, ella les dio la fisonomía de su hijo, pero, no, no acudió a esa benemérita institución, por lo cual, cuando arribó esta persona a buscarla a su casa, estaba en un trance depresivo, que en su rostro se reflejaba el dolor por no haber encontrado a su hijo.
Decíamos que fue Mayon quien recibió al militar, ella le explico, que efectivamente Jesús había llegado el día anterior a la casa, incluso que escucho cuando amenazaron a su madre, como quiso evitarle un problema a quien le dio la vida, él jamás seria el culpable que por su causa se la quitaran, así que decidió retirarse de la casa y no se sabia nada de el, explicándole que la noche anterior y casi toda la madrugada, lo estuvieron buscando en los diversos centros de asistencia medica que había en el puerto y en ningún lugar fue localizado.
Quizás al ver el rostro de doña Juana, el tipo comprendió que le estaban diciendo la verdad, por lo cual opto por retirarse y dejar en santa paz a la señora. Fueron varios días y sus noches que doña Juana se la pasaba afuera del bajareque, fumándose su cigarro delicados, en espera de que Jesús regresara, pero todo fue en vano, su hijo nunca regresó, pero ella tenía la corazonada de que no le había pasado nada a su hijo, pero la incertidumbre de adonde se habría ido, su depresión, producto de la perdida momentánea de su hijo, hizo que cayera enferma, su hijo Enrique no podía reanimarla a pesar de las miles payasadas que le hacía, pero la vida tiene que seguir su curso, enfermo, vivo o muerto, el mundo sigue su evolución, por lo tanto, doña Juana a pesar de su dolor, tenía que ser fuerte, existían otros 2 hijos que la necesitaban, aunque su hija no se encontrara con ella, con el transcurrir del tiempo, esta acción de no responderle al padre de su hija para quitársela, fue el motivo principal de que se pensara que ella no la quería, su destino quedó marcado como una madre insensible a lo que le pasara a la niña.
La buena forma y el toque de saber hacer las tortillas, hicieron a estas mujeres que fueran reconocidas por su producto, diariamente se veía en ese callejón como acudían personas a adquirir sus tortillas hechas a mano y calientitas, personas de posición económica holgada por no decir de ricos, mandaban a sus hijos a comprar las tortillas, como tenían que esperar a que les despacharan a los que primero habían llegado, esto era aprovechado por los chavitos que se ponían a platicar con los hijos de las vendedoras, es así como empiezan a socializar con personas refinadas y de buen vivir, cosa que las madres no miraban con buenos ojos, ya que esto podría ocasionar que sus hijos fueran humillados por la forma en como se vestían.
Podríamos decir que estas tres mujeres con sus respectivos hijos, lograron encontrar la química para poder convivir en familia, debemos de anotar, que a pesar de su temprana edad, Jaime, Enrique y Víctor, ya se lanzaban al nuevo Mercado a buscar ganar algo de dinero, se iban desde temprano a canastear, ellos se costeaban sus alimentos, juntando lo que ganaban en ocasiones podían comer un bolillo con relleno, o bolillo con queso y chile en vinagre y si no había para más solamente el bolillo, porque habrá que decir que aunque todavía eran unos niños, eran muy responsables, porque procuraban siempre llevar dinero a la casa y lo conseguían, haciendo con esto que sus respectivas madres se sintieran orgullosas por la actitud de sus hijos.
Pero, esta labor que realizaban, le hizo creerse con derechos para ya no permitir que sus madres estuvieran atizando el fogón para calentar el enorme comal donde cocían las tortillas que hacían, y un día bajo la sugerencia diabólica de Enrique, porque podríamos decir que el único chico con los sentidos bien puestos y con actitud responsable en sus actos era Jaime, el más atrabancado lo era Enrique y el que se sumaba a las intenciones era Víctor, aunque este ultimo siempre que había consecuencias se hacía a un lado y negaba todo mal acto que lo implicara. Pues decíamos que a Enrique se le ocurrió una locura, la cual fue secundada por Víctor y desaprobada por Jaime, ¿en que consistió esta travesura?, pues en que con un pico y una pala, rompieron el gran comal y tumbaron la estructura que sostenía tal utensilio, derrumbaron y limpiaron el lugar, dejando totalmente destruido el centro de manufactura de las tortillas, claro esto lo hicieron en un día que dizque descansaron las hermanas, consecuencias de esta diablura, fue una azotaina con unos cables de la luz, quizás quien llevo la peor parte fue Enrique, pues se descubrió que fue el de la idea y quien empezó a tirar toda la estructura ante la mirada atónita de Jaime y de Víctor, que ya empezada la labor tuvieron que sumarse, tomándolo como un juego.
Se quedaron estas pobres mujeres sin su fuente de trabajo, pero como ningún vendaval las abatía, retornaron a trabajar en las fondas del mercado el parazal, posteriormente lo harían en el recién inaugurado Mercado Central en el año de 1969, a Mayon le trapasan un local, el cual trabajan ella y Bibiana (por cierto la Bibis se caracterizo por ser una buena tesorera, el dinero que salía por las diarias ventas, reposaba bajo la cama donde dormía ella), Juana se dedica a la cocina, a ella le corresponde elaborar los alimentos, Rosita se dedica a la venta de tortillas, posteriormente Bibiana y doña Juana atienden el negocio, dedicándose Rosita y Mayon a la venta de tortillas. Así que los niños ya no comen nadamàs tortillas con agua y sal, ya hay un menú con diversos platillos.
sábado, 26 de octubre de 2013
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