sábado, 14 de junio de 2014

LA MAS HERMOSA HISTORIA DE AMOR JAMAS CONTADA.- Capitulo Octavo.

Se toman un pequeño respiro, acuden a cubrir una deuda con una amiga de Carmelo la cual conoció por medio del Internet de nombre Malena Casanova, ella vive en Morelia, Michoacán, les brinda la hospitalidad de su ciudad y abre las puertas de su casa, para que la familia Rio Patiño pasen una estancia de 3 o 4 días en tan bella ciudad colonial. Pasan unos días felices llenos de ensueño, Juan Enrique feliz de la vida atendido por su madrina Male (en su cumpleaños le obsequió una guitarra, por eso adquirió el titulo de madrina), disfrutaron del calor de tan atenta anfitriona, fueron momentos esplendorosos que quizás nunca olviden, asistieron a la catedral, a un recorrido por la ciudad en un auto bus turístico, fueron a un centro de baile a escuchar y a bailar salsa, conocieron centros comerciales así como el zoológico de la ciudad, pero todo fue tan rápido y tuvieron que volver a viajar, ya que el compromiso era también de asistir a la misa de cabo de año del hermano de Carmelo, Jesús Aparicio en la ciudad del Triunfo en Tabasco.

Dice por ahí un consejo que va perdido en el viento;
Si quieres llegar a viejo, Si quieres vivir contento,
Si quieres ver las estrellas Más lindas del firmamento,
Ven a Tabasco, que aquí te espera El sol ardiente, la luna bella
El agua fresca y la tierra buena

Ven, ven ven, ven, ven, ven,
Vamos a Tabasco Que tabasco es un Edén, ¡a Tabasco!.

Al salir de Morelia, el plan era de que la flakis se regresaba a donde sus papas a pasar el año nuevo con ellos, esto por lo recortado del presupuesto, pero en su locura de Carmelo le dijo que no, que mejor los acompañara hasta Tabasco, siendo así, se van los tres, pero primeramente se quedan unas cuantas horas en Puebla, recorren parte de la ciudad y ya casi en la tarde noche, se van a Veracruz, están en Veracruz por el lapso de un día entero, en el cual conocen la ciudad y puerto, recorren el malecón, el café de la parroquia, miran desde lejos el castillo de San Juan de Ulúa, compran recuerdos para los familiares y las amistades, ya cayendo la noche después de haber paseado y comido en el zócalo, emprenden la marcha hacía tabasco, por cierto el año nuevo lo pasan en el autobús y llegando a la terminal de Villahermosa se dan el abrazo, jajajajaja que cosas tiene la vida mariana y que forma de divertirse de este matrimonio.

Después de conocer en el trayecto hacia el Triunfo, conoce pequeños poblados de Tabasco, pasan Macuspana y llegando a Balancan le hablan a Irlanda, sobrina de Carmelo, quien va por ellos y de ahí se los lleva al Triunfo donde radica la familia del Negro Jesús, en el trayecto su sobrina le platica a Carmelo como sucedió el accidente en donde empezó a quedar mal su papa y que fue la causa principal de su muerte, recorren los hermosos campos del estado de tabasco así como la hermosura de su rio el Usumacinta, entre platicas y recuerdos, llegan al lugar ya conocido por Carmelo y Silvia, de Juan Enrique es la primera vez que visita este lugar, al llegar a la casa paterna, donde en su luna de miel la pareja Rio Patiño llegó, pasan a lo que es el corredor de la casa utilizada como la sala de la misma, tienen que esperar un poco, ya que le están rezando al Negro Aparicio por el cabo de un año de su fallecimiento.

Al salir la gente, empiezan a conocerse los familiares, por lo cual empiezan los abrazos y los besos en la mejilla, tanto de la cuñada de Carmelo como de sus sobrinos, la pareja presenta a Juan Enrique, se sientan empiezan a recordar los bellos momentos en que se pasaron cuando vivía Jesús, la forma de ser tan bromista y como se la pasaron cuando ellos pasaron su luna de miel en ese lugar, los invitan a almorzar, se quedan un rato a estar nuevamente platicando, de ahí al anochecer, se aprestan para asistir a la misa que se oficiara por el eterno descanso de Chucho, al salir de la misa se van por unos momentos al parque que se encuentra ahí enfrenta, Carmelo no pierde la oportunidad de estarle dando rienda suelta a su cámara fotográfica, tomas de hermosas localidades así como de las poses de su familia, de ahí se encaminan a la casa, como siempre platicando, por esas tranquilas avenidas, en donde no existen rastros de violencia, porque hasta los perros se encuentran tranquilos sin levantarse a ladrar a las personas desconocidas.

Se esperan unos momentos en la casa paterna, donde platican todas las incidencias que han sucedido desde el momento en que el negrito falleció, de ahí se conviene que la familia Rio Patiño se fuera a dormir a la casa de Irlanda, a donde se dirigen caminando ya que se encuentra realmente cerca, llegando se instalan en un sofá acondicionado como cama para que descansen Silvia y Carmelo, mientras Juan Enrique se introduce a una recamara donde se encuentran los hijos de Irla, pero antes debido a que el calor en Tabasco es algo tremendo, se dirigen al baño para darse un regaderazo y dormir un poco frescos, la noche se convierte en momentos de relajo entre Silvia y Carmelo, ya que la mayor parte del tiempo establecido para dormir, ellos se la pasan jugando con los pies y jalándose la manta que les dieron para cubrirse por los mosquitos.

Al otro día se disponen a preparar sus cosas, ya que ese mismo día tienen que partir hacia el puerto de Acapulco, en la mañana se van a la casa paterna de la familia, donde almuerzan, se ponen a conversar un poco, acuerdan irse al panteón a dejar flores a la tumba del Negro, en un auto se van parte de las mujeres, los hombres lo hacen a pie, ya que el panteón no está tan retirado, pero como la plática es amena se hace bien corto, al llegar al panteón les enseñan la tumba de Jesús, así como la de un hijo de Chucho y su mujer (me parece), se quedan unos momentos, platicando todo lo referente a la vida y cómo fue que perdió la existencia Chucho, empiezan a bromear con la sangre que se encuentra en la entrada del panteón, de ahí, se regresan a la casa, donde se quedan por unos momentos platicando, comen, descansan y ya en el atardecer, empiezan los preparativos para la partida de Carmelo, un sobrino hijo de Juanita va a dejar a la familia Rio Patiño a la terminal, se despiden entre un sentimiento enorme de que Carmelo encontró a esa familia que tenía tiempo de no verlos.

A la salida pasan a despedirse de Irlanda la cual se encuentra trabajando, se toman la foto respectiva del recuerdo, se despiden amorosamente con la franca promesa de volver de nuevo, sin imaginar que estoy ya no será posible por extraños sucesos que pronto se asentaran, pero en fin sigamos con la historia, llegan a lo que es el paradero de los autobuses, por cierto en el mercado de la localidad, esperan a que llegue el autobús porque hay que agarrarlo ya que viene de paso, cuando hace su arribo tanto Silvia como Juan se ponen atentos y se suben de prisa para alcanzar lugar, mientras Carmelo se pone atento para subir su equipaje en el maletero, ya que todo está en su lugar, proceden a despedirse del sobrino y adiós al hermoso Edén.

De regreso, lo hicieron de El Triunfo a Villahermosa, ahí esperaron un buen tiempo, cenaron, en la terminal que llegaron una persona al parecer el encargado de una línea de transportes patito, le indicó que en tal avenida estaban los autobuses que a esa hora salían porque en la terminal que se encontraban solamente encontrarían autobús hasta el día siguiente, por lo cual la Familia Rio Patiño se encamino junto con el susodicho sujeto, al momento de llegar a las oficinas, el se metió a un cubículo y pidió que lo esperaran que iba a checar el horario de los autobuses que llegarían, se dio el caso de que uno pasaría casi a la una de la mañana, por lo cual estuvieron de acuerdo y ahí mismo compraron su boleto, pero únicamente hasta el Puerto de Veracruz, ya que no llevaban asientos disponibles hasta la ciudad de México.

Llegándose la hora y unos minutos de retraso, llega el autobús, suben su equipaje al maletero y se disponen a abordar el autobús, se acomodan en sus respectivos asientos, pero Carmelo se dispone a disfrutar del viaje, pero también a esperar la oportunidad de que le puedan vender los boletos hasta México, esto sucede como a una hora de llegar al puerto de Veracruz, donde bajan unas personas y el chofer le comunica a Carmelo, que si así lo desean pueden pagar el complemento e irse hasta la Ciudad de México, él acepta y sufraga el resto y ahora si se dispone a descansar como lo han hecho su hijo y su esposa, no duerme mucho, se percata de que están entrando a la ciudad del smog, por lo cual les habla a sus familiares, e inicia una charla con el chofer para saber por dónde puede dejarlos para abordar el metro e irse a la terminal de autobuses del Sur.

El chofer les indica que se encuentran en el área donde está ubicado el Aeropuerto, pero que él les indicara donde bajarse para que tomen el medio de transporte de referencia, lo cual hace en su momento, se baja la familia junto con su equipaje, se dirigen a la terminal y abordan el metro, trasbordando en otra estación se dirigen a la central camionera del Sur, donde llegan después de unos minutos de travesía, estando en la terminal, se informan de la salida de los autobuses y encuentran disponibles y con descuentos en la línea de la Estrella de Oro, compran sus boletos, guardan sus equipajes y se salen a almorzar para poder resistir el viaje. Así es como termina un viaje no de placer, sino de cumplir con los compromisos pactados, pagarle a la Comadre Male y asistir a la misa de cabo de año del hermano de Carmelo, quizás lo más importante el hecho de que Juan Enrique conociera otros lugares y también la familia desconocida hasta esos momentos para él.

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