Cuando salieron, lo hicieron abrazados, besándose, Carmelo bromeo con los policías que se encontraban en la guardia, ya que los conocía, ya afuera de las instalaciones de la oficina, Carmelo toma por el talle a Silvia pero por la espalda, se le acerca al oído y le susurra, ya ves hasta este cabrón te extraña, la voltea le da un beso en la boca, la separa de él y le pregunta en que van a quedar, entonces ella reclama que su hijo ni siquiera la saludó al llegar, entonces Carmelo le dice a Juan que pasa con él, le pide que salude a su madre, él solo le extiende su mano, Silvia se molesta y le dice a su esposo, “ya ves como me saluda” se oye una voz que le dice al hijo : “Juan saluda a tu madre de beso”, viene el muchacho abraza a su madre y le da un beso en la mejilla, acto seguido se encaminan a la parada de autobuses, Carmelo la lleva abrazada y besándola, diciéndole que piensa hacer, ella le manifiesta que lo va a pensar, que luego le habla para comunicarle que es lo que va a hacer.
Pasan dos días después de la entrevista, Silvia le habla a su hijo para saludarlo pero no habla con Carmelo, pasa sábado y domingo sin noticias de la esposa, Carmelo se inquieta creyendo que algo malo le sucedió, el lunes temprano desde el negocio se comunica con ella, dice que está bien, entonces él le pregunta cuándo va a regresar, empieza a notarse el cambio del sube baja de Silvia, ya que le dice en un tono enojada “Ya te dije que no voy a volver, que ya tengo a otra persona que amo más que a ti”, Carmelo tranquilo, le dice “bueno está bien, entonces te espero el viernes en el Palacio de Justicia para empezar a tramitar el divorcio”, ella le contesta “ya te dije que no me quiero divorciar, si tu quieres hazlo, divórciate tu”, él argumenta “Pero si me estás diciendo que ya tienes a otro, entonces para que seguimos además ya no quiero que sigas enlodando mi nombre”, ella pretexta “ya te he dicho que no ando con nadie, si te lo digo es porque me gusta hacerte enojar y yo sé que cuando te digo que ando con otra persona tú te encabronas fácilmente”, Carmelo no aguanta tanta burla y le cuelga”.
Han pasado ya cinco meses desde que Silvia se salió de su hogar (fue el 22 de diciembre de 2013) a Carmelo le han manifestado demasiadas personas que su esposa está enferma de la Menopausia, que es mejor que la deje, que se olvide de ella, ya que esa enfermedad tarda para que se recupere la persona, pero aún más cuando quien la padece no quiere aceptar que está enferma, no se cura, no se medicina, no se trata ni acude a consulta con el doctor especialista en esa enfermedad, otras personas han manifestado que Silvia comentaba que ya estaba cansada de tanta pobreza y que por eso se iba a separar de su esposo, otros más dicen que hubo una persona que le habló al oído y la convenció para irse a vivir con él, muchos más dicen que le asustó que su esposo iba a envejecer más rápido que ella, en fin muchas versiones que Carmelo no acepta pero que tampoco desecha, ya que la actitud de Silvia da a notar que algo hubo, que probablemente oyó el canto de algún Tritón, la convenció y se fue con él.
Lo que tú quieres es divorciarte de mi cariño,
te vas con otro porque pretendes vivir mejor.
Porque soy pobre te convencieron que me dejaras,
mientras con otro lo que tú quieras menos amor.
Carmelo enfadado de tantos chismes, decide hablar con un amigo para que le tramite su divorcio, pero éste le recomienda a un defensor de oficio, diciéndole que se lo va a mandar al negocio, pero que él sugiere que no se divorcie de su mujer, ya que no puede creer que esto esté pasando, ya que los consideraba una hermosa pareja, porqué siempre los veía de buen humor a los dos, platicando y riéndose continuamente, que lo deje a él hablar con su esposa para convencerla de que regrese a su casa, Carmelo le dice que sí, que se lo va a agradecer. Cuando se va el Licenciado, se le acerca a Melo, un señor que vende ropas que trae de México de nombre Héctor, entonces le dice: Oí que se quiere divorciar de su mujer, le dice Melo, si es lo mejor, ya que ella se encuentra totalmente desconocida y me dice que ya anda con otra persona, entonces Don Héctor, le pregunta: “¿me permite decirle algo, señor Carmelo?” a lo que le contesta “Si con todo gusto, adelante”, de golpe y porrazo viene y le dice: “No sea pendejo señor Carmelo, después de que su esposa le regaló casi 22 años de su vida, ahora que ella está enferma la abandona diciéndole que se va a divorciar, no, no se vale, ¿Por qué no la ayuda? Dos cabezas piensan mejor que una, ella está mal de su organismo, tiene menopausia, su cuerpo horita no está para andar con otra persona, en este momento a usted lo odia, por eso le dice eso de que anda con otra persona, lo bueno es que ella está tranquila, pero si no se atiende, puede atentar contra su propia vida o volverse loca. Además tiene usted para pagar al abogado lo que va a costar el divorcio”, Melo le dice que no, “ya ve, ahí esta otra de sus pendejadas”, no señor, busque a su esposa y ayúdela, ella necesita ver a un ginecólogo, hacerle un cuadro clínico e injertarle la hormona que perdió tratarla a base de puras vitaminas”.
Me pide dios, que arregle cuentas con mi pasado, lo llevo a cuestas
mi mayor miedo es que tus ojos no hacen prisioneros
otra vez, el reloj se ha parado otra vez, y yo empiezo a sentirme pequeño,
como siempre colgando de un sueño el sueño de quererte, dejar de ser inerte
De ser tu Robinson y de que tú seas mi viernes
de ser el veterano, de estar condecorado, en esta dura lucha que mantengo con tus labios
dejar de ser el perro, triste y apaleado, que mira por los ojos de un cielo malhumorado
dejar de ser el socio, fiel y desaliñado, hacer ritmo en las gradas del deportivo fracaso
Volvamos a empezar
Carmelo hace lo que le aconsejan, pero Silvia sigue en su mismo discurso: “ando con otro, ya no te quiero lastimar, lo amo más que a ti”, “ya te dije que no tengo a nadie, solo lo digo para que te enojes”, “no tengo nada, me encuentro bien”, “¿yo enferma? Jajajajajaja, el enfermo eres tú”, “si, ya lo pensé después te digo cuando me voy”, “ya te dije que no voy a regresar, no entiendes”, y así con el sí y con el no, han transcurrido varios meses y la situación de esta pareja no se arregla, Carmelo está en tratamiento con una señora que es católica pero que también es espiritualista, lo cual lo ha ayudado demasiado, también asiste a un templo en donde le practican la sanación, por igual lo orientan y le recetan para que poco a poco vaya superando su situación, nada se sabe de Silvia, donde trabaja, donde vive, cómo y con quien vive.
Carmelo y su hijo, han hecho mancuerna en el mantenimiento de la casa, la elaboración de sus alimentos, el cuidado de su ropa, Melo se ha visto en diversos problemas tanto económicos, morales y sentimentales, trata de olvidar todo buscando trabajo en lo que sea, por apuros monetarios cerró su negocio, hoy en día se pone a trabajar un taxi que le dan para que lo posturee, en ocasiones trabaja seguido y en otras descansa varios días, así se han ido meses tratando de sobrevivir, de que su hijo siga estudiando, se preocupa porque su infante se encuentre bien, aunque él en ocasiones ande enfermo de temperatura, come lo necesario y en ocasiones deja de comer para que su hijo coma bien, su hijo vive su vida sin que le haya afectado en lo más mínimo que su madre se haya salido del hogar, el lo se lo ha manifestado a su Papá diciéndole que él ha superado ese problema.
Es una verdadera tristeza, que por una enfermedad, por un enamoramiento fugaz o quizás el convencimiento negativo de una familia, se haya desmoronado la felicidad de un hogar que por casi 22 años llevaban disfrutando, esta historia no terminó de una manera como terminan todas las historias de amor, de princesas o príncipes, esta historia terminó en una tragedia, donde el marido y el hijo se sostienen con sus esfuerzos, se mantienen de acuerdo a como Dios se los da a entender, elaborando sus alimentos, lavándose, planchándose, haciendo el aseo de la casa, en fin, dedicándole más tiempo a su hogar, mientras que la madre, su única preocupación es el trabajo, quizás durmiendo más tiempo del necesario, no podemos decir que con una relación marital, pero a lo mejor con una aventura que la está haciendo perder completamente a su hijo; sin tener obligaciones hogareñas, ni preocupaciones del pago de servicios públicos, viviendo su vida de acuerdo a como siempre lo quiso, estando sujeta a los lineamientos de su familia, a la manipulación de su hermana y malos consejos de la otra hermana.
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