Con el tiempo el matrimonio Rio Patiño, logró que la tienda estuviera bien surtida, de todo había un poco, estuvieron progresando, ya tenían la mayor parte de productos que la clientela exigía, pero tal parece que el progreso de otras personas es la envidia que sienten otros, la dueña del local al percatarse de lo prospero que estaba resultando el negocio, le entro la envidia y le pidió el local a Carmelo, según que ya se iba a cambiar, que se iba a vivir con sus hijos, otra que ya iba a vender, en fin subterfugios para poder sacarlos y quedarse ella vendiendo, pero ellos supieron mantenerse por algún tiempo, los cuales aprovecho Carmelo para visitar un puesto de revista al cual ya le había echado el ojo, que se encontraba instalado en plena avenida de la colonia, por lo cual se mostraba interesado en trabajarlo, se lo comentó a Silvia y ella estuvo de acuerdo, en que tratara de que se lo rentaran, por lo cual Melo se entrevisto con el dueño, se pusieron de acuerdo y resolvieron que se lo rentarían por determinado tiempo.
Antes de ir a tomar posesión del puesto de revista, Carmelo y Silvia, deciden dejarle todo la mercancía y refrigeradores a un compadre que vivía a un costado de la tienda, dándole así un golpe trapero a la dueña del local, ya que ella pensaba que le iban a vender todo el producto de la tienda, jamás se imaginó que todo lo iban a sacar por el frente y por ese mismo lado se acarrearon las cosas al otro local, cuando la señora llegó para ver que había pensado Carmelo, simplemente este le extendió las llaves, diciéndole que el local estaba totalmente desocupado, limpiado y lavado, que le agradecía todas amabilidades, la señora se quedó de una pieza al comprobar de que no había nadie, le empezó a insultar, diciéndole que no tenía respeto por ella, ya que hasta el de la corona y la coca cola habían quedado que le dieran los aparatos a ella, entonces Carmelo le comunicó que en la mañana se habían puesto de acuerdo con los vendedores para que los refrigeradores se le dieran a su compadre, así que él ya no tenía nada que ver.
Se mudaron al otro negocio, por cierto en los primeros días de estarlo atendiendo, Carmelo se atravesó la calle para ir a comprar un refresco, sin darse cuenta de que Juan se le quedó viendo y enseguida quiso ir tras de él, la oportuna intervención de Silvia evito que el niño fuera atropellado por un automóvil que venía bajando, así como este incidente, le sucedieron demasiados a Enrique, otro día tropezó con unos cables de unos juegos mecánicos que se encontraban tirados en el parque y se fue a estrellar con el muro de unas jardineras, consiguiendo con esto abrirse la frente ocasionándose una herida que lo tuvieron, mejor dicho lo llevó Silvia, porque Carmelo pecó de cobarde y no quiso mira cuando lo cosiera, así que fue una sutura de 4 o puntos, quedando listo para otro tropiezo, y es que el niño era inquieto, no lo podían tener sentado en un solo lugar.
Se llegaron los 3 años de Juanito, le pidieron a una señora que tenía su miscelánea, frente al negocio de ellos que si podía ser su madrina, a su hermano de Carmelo llamado Nicolás se le hizo el mismo ofrecimiento, fueron 2 los padrinos asistentes cada uno con su anillo, además del que le mando su tía Mary hermana de Silvia, se le hizo una pequeña fiesta en el patio del hogar, donde asistieron infinidad de chiquillos amigos de Juanito, se divirtió como un enano y los padres orgullosos de tener un hijo tan sano y lleno de vida. La vida de esta pareja siguió su curso dentro de lo laboral como de lo hogareño, los dos compartían las obligaciones adquiridas en ambos lugares, Silvia atendiendo el hogar y quedándose en el puesto mientras Carmelo se iba a traer el periódico nacional al centro, así fue por algún tiempo.
Pero el tiempo pasa también por la humanidad del niño, después de asistir al kínder, en donde por cierto, desde el primero día la maestra le dice a Silvia que su hijo es muy inquieto, pero que le gusta así, ya que él mueve a los demás niños, sigue Juan con su forma de proceder no cambia en nada, estando en el tercer año del kínder se organiza en el día del niño un concurso para sacar el mejor pensamiento que el Padre haga a su hijo, Carmelo después de tanto insistirle Silvia, decide competir, para esto elabora 3 escritos dirigidos a su hijo, cuando es el festejo del día del niño, dan a conocer a los ganadores de este certamen en donde Carmelo obtiene el primer lugar, pero el jurado se encuentra en la disyuntiva de no saber por cual escrito darle el premio, a lo que ponen a consideración de Melo, que sea él quien escoja el que más le gustó, por cierto el titulo de cada narración eran: Querido Hijo, Milagro de Dios e Hijo Mío, Carmelo escoge la que a él le costó trabajo elaborar y que es MILAGRO DE DIOS, por cierto le pidieron los del jurado, que por favor fuera tan amable de darle lectura, cuando lo hacía se le quebró la voz a punto de soltar las lagrimas, pero se contuvo, al final una carretada de aplausos sonaron felicitándolo por tan hermosa composición.
Así es como Juan Enrique termina sus estudios en el Kínder, con buenas calificaciones y según su maestra con excelente conducta, de ahí ingresa a la primaria, en donde empieza a desarrollar su enorme intelecto, es un niño dedicado al estudio, pero desafortunadamente sigue con su inquietud y es la causa por la cual son las llamadas de atención, Silvia como siempre al pendiente de lo que solicite su hijo, acude a las reuniones, firma de boletas, así como a las juntas de padre de familia y por decirlo también acude a las llamadas de atención a su hijo por su comportamiento, más sin embargo es en tercer año cuando participa en la olimpiada del conocimiento en donde por una sola respuesta se queda en el segundo lugar. Termina sus estudios primarios con muy buenas calificaciones y con las enormes muestras de cariño y afecto por parte de sus maestros. Desafortunadamente no hay dicha permanente, a Acapulco y a casi toda la república mexicana lo azota la violencia, no se puede salir confiado a las calles, muertes de un lado y otro, y ellos dentro de su negocio empiezan a tener problema por las bajas ventas de su negocio, empiezan las estiradas del dinero.
Ya con la violencia en su apogeo y estando Juan Enrique en la primaria, recibe Carmelo una llamada agresiva de una extorsión, cuando se encontraba dándose un regaderazo, suena el teléfono, contesta Silvia y le dice a Carmelo: Amor te habla un Comandante Cabañas, Carmelo contesta y es cuando con groserías le dicen que tiene que entregar tal cantidad, si no quiere sufrir las consecuencias que es de un cartel y en fin todo ese rollo de una extorsión, esto origino que Carmelo cortará de inmediato, se alistaron para irse a abrir el negocio, pero por el temor se llevaron a su hijo, para que continuara durmiendo en el negocio, fueron alrededor de dos semanas que procedieron de la misma manera, hasta que vieron y también por indicaciones de un comandante de la Policía Judicial, que todo era una mentira para ver si caía.
En esta etapa, se recrudece la violencia, Juan ingresa a la secundaria, pero siempre que se va a clases es acompañado por su Madre, aunque a él no le parezca, ya que según dice él que es lo suficientemente grandecito para andar solo. Silvia y Carmelo empiezan a sentir los estragos de la falta de ventas en su negocio, poco a poco se van deshaciendo de sus pertenencias, todo con el afán de que Juan siga estudiando, por más sacrificios hechos por los dos, el dinero no les alcanza, es el momento en que se deshacen de un patrimonio familiar que a Carmelo le tocó mucho esfuerzo conseguir cuando él trabajaba en el banco, pero no hay de otra, las deudas los empezaron a cercar, ya no tenían a quien pedirle prestado ya debían demasiado, la familia se les escondía para no ayudarlos, los amigos les daban la vuelta en fin, todo eso origino que se desprendieran de ese patrimonio que un principio se había pensado iba a quedar para el futuro de su hijo, pero estando la situación tan crítica, tuvieron que venderlo y con el producto del mismo, sufragar todos los compromisos adquiridos.
Por cierto, en estas fechas Juan Enrique cumple sus 15 años, por la falta de dinero, se pensó en hacerle algo sencillo, solamente una comida para la familia y algunos amigos que fueran seleccionados por Juan, pero cuál es la sorpresa que de pronto se organiza una fiesta de Traje, es así como una conocida de Carmelo que en ese entonces era regidora de nombre Rosario Mandujano, colabora con una cantidad para comprar el relleno, los amigos del Joven, se cooperan y compran los refrescos, vasos, platos, cucharas, etc., etc., viene el papá de uno de sus amigo y decide obsequiarle la música –el era dueño de un sonido para bailes-, un amigo de Silvia le regala la manta, se hace una fiesta como nunca se habían imaginado, los padres de Juan dejaron que ellos hicieran de la fiesta su fiesta, solo se encargaron de andar de meseros sirviendo, pero el ritmo del agasajo lo llevaron ellos, por cierto, el relleno lo hizo una buena señora del mercado llamada Reyna, un marrano bien grande que les cobró casi la mitad de lo que costaba. Algo curioso y muy signo de contar es que en esa fiesta una niña que ni siquiera conocían Carmelo y Silvia, tuvo los arrestos suficientes como para tomar el micrófono, felicitar a Juan y declarársele.
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